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Rumbo de colisión en la Antártida

Rumbo de colisión en la Antártida

Un iceberg de 130 kilómetros de largo, a punto de chocar con un glaciar

Escrito por Malen Ruiz de Elvira
El País - 20/01/05

Casi cinco años lleva una mole de hielo de 130 kilómetros de largo por unos 25 de ancho flotando en un ambiente de compleja y cambiante interacción entre el mar y el hielo en el continente antártico, frente a Nueva Zelanda.
En el inicio del verano en el hemisferio sur, el iceberg B-15A, que se desprendió en marzo de 2000 de la plataforma del mar de Ross, estaba tan pegado a la helada costa que ha impedido que se deshiciera, como es habitual, gran parte del hielo, lo que permite acceder por mar a la base McMurdo de Estados Unidos y a la base Scott de Nueva Zelanda.
Además, el iceberg parecía ir en diciembre en ruta de colisión directa con la lengua flotante del glaciar de Drygalski y los satélites de la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA, de su denominación en inglés) y otras instituciones científicas han vigilado el rumbo de la masa flotante para obtener imágenes de este magno choque, que puede causar la rotura de la frágil lengua del glaciar.

Por ahora, sin embargo, la colisión no se ha producido. El iceberg, que se movía a una velocidad de uno a tres kilómetros por día, parece haber encallado, porque en los últimos días prácticamente ha dejado de moverse, a sólo cuatro kilómetros de la orilla. "No hay seguridad de que se produzca una colisión, pero puede haberla, y sería catastrófica, tendría grandes consecuencias", ha comentado a Reuters Neal Young, especialista australiano en la Antártida.

El choque puede fragmentar el iceberg, lo que haría más fácil que se dirigiera al mar de Ross y dejara de bloquear el paso, pero también puede romper la lengua del glaciar, con lo que habría más hielo flotando en el paso hacia la base italiana de Mario Zuchelli. La base española se encuentra muy lejos de allí, en la zona de la Antártida más cercana al continente americano.

Por otra parte, el suministro a la bases de McMurdo y Scott está asegurado tras haber conseguido hace unos días un rompehielos estadounidense abrir una ruta por el estrecho de McMurdo, entre el iceberg y la plataforma. La situación, sin embargo, no ha mejorado mucho para las decenas de miles de pingüinos que habitan en la zona, que tienen que recorrer muchos más kilómetros de los habituales en esta época del año para alcanzar el mar abierto y obtener el alimento necesario, en forma de pescado, para sus crías recién nacidas.

El iceberg amenaza dos de las cuatro colonias de pingüinos que los científicos llevan estudiando un cuarto de siglo. En una de ellas, la de cabo Royds, con 3.000 parejas, los pingüinos tienen que recorrer para llegar al mar unos 180 kilómetros si se suman el viaje de ida y el de vuelta.
Transportan el pescado obtenido para sus crías en una bolsa en el cuello, pero pueden llegar a comérselo si el viaje es demasiado largo para hacerlo sin alimentarse. En la otra colonia afectada -la de cabo Bird-, hay 50.000 parejas, el recorrido necesario es de 100 kilómetros, y los científicos estiman que sólo un 10% llegará a sacar adelante una cría.

El B-15A es uno de los dos trozos de mayor tamaño de los fragmentos en que se rompió el primitivo iceberg -el mayor detectado hasta ahora- tras desprenderse en 2000. El desgaje de icebergs forma parte de un ciclo natural que los científicos creen que se produce en la zona en periodos que oscilan entre los 50 y los 100 años.

El otro gran fragmento salió de la zona pronto, pero éste y otros más pequeños han derivado a lo largo de la costa. Ahora, la suerte del iceberg B-15A sigue sin estar clara, ya que su rumbo se ve afectado por las corrientes, los vientos y las mareas. Si sigue intacto hacia el norte, puede llegar a fundirse, y si choca contra el glaciar, puede entrar en una trayectoria circular y hacerlo varias veces.

El "tsunami": un aviso de la madre Naturaleza

El "tsunami": un aviso de la madre Naturaleza

Escrito por Vandana Shiva.Es escritora india y militante internacional en campañas por los derechos de la mujer y por el medioambiente

El Mundo - 20/01/05

Gaia, diosa de la Tierra, no podía haber elegido un sitio y un tiempo más apropiados para enviarnos este mensaje acerca de sus poderes ocultos: nosotros somos indios e indonesios, cingaleses y suecos, tailandeses y maldivos sólo en segundo lugar, puesto que por sobre todo somos ciudadanos e hijos de la Tierra y estamos compartiendo el destino común de una catástrofe y un mismo deseo de ayudar y tratar de remediar el mal sufrido.
Las vacaciones de Navidad y de Año Nuevo traen gente del mundo entero a las playas de Asia. El tsunami, provocado por un terremoto el 26 de diciembre en el océano Indico, se convirtió en una tragedia planetaria porque afectó no sólo a los asiáticos sino también a gran número de turistas occidentales.

Aunque la tragedia inmediata sufrida por millones debe ser nuestra primera preocupación y objeto de rápida respuesta, hay también lecciones a largo plazo que nos da el tsunami. Necesitamos escuchar a Gaia.

La primera lección se refiere al desarrollo en las regiones costeras.A lo largo de los últimos años de globalización dirigida por el libre mercado, el respeto a la vulnerabilidad de los ecosistemas costeros ha sido sacrificado en aras de la construcción de hoteles, de criaderos de camarones a escala industrial y de refinerías.
Los manglares y los arrecifes de coral han sido implacablemente destruidos, quitándose así las barreras protectoras naturales contra tormentas, ciclones, huracanes y maremotos.

Cuando realizamos un estudio sobre el ciclón de Orissa, que mató a 30.000 personas en 1999, hallamos que la destrucción fue mucho más severa donde se habían eliminado los manglares para hacer criaderos de camarones y refinerías.
El movimiento popular hizo que la Suprema Corte de India ordenara cerrar estos criaderos ubicados a menos de 500 metros de la línea de la costa. Para argumentar su voto dos miembros de la Suprema Corte señalaron que «el daño causado a la ecología y la economía por los establecimientos industriales de piscicultura es más alto que las ganancias por la venta de sus productos.
Quizás por esa razón los países europeos y Estados Unidos no permiten que sus aguas costeras sean explotadas por criaderos de camarones».

Sin embargo, en lugar de obedecer la orden judicial, la industria camaronera trató de hacer anular las leyes ecológicas para la protección de las zonas costeras e influyó sobre los gobiernos para que les eximieran de cumplir dichas leyes.
Este incumplimiento de las normas ambientales que protegen a las áreas costeras tuvo un claro papel en el incremento de la destrucción causado por el tsunami. Así Nagapattinam, la zona más duramente golpeada por el maremoto, fue también la más afectada debido a la abundancia de criaderos industriales de camarones.

Sin embargo las tribus indígenas de los andamanes y los nicobar, los onges, los jaawas, los sentinelese y los shompen, que viven con barreras naturales y ecológicas, tuvieron las menores pérdidas humanas aunque en el subcontinente indio eran los que estaban más cerca del epicentro del terremoto.

Ojalá que los gobiernos aprendan una lección que la Tierra ha tratado de dar al «desarrollo» que hace caso omiso de los límites ecológicos y de los imperativos ambientales y que sólo puede llevar a una destrucción inimaginable.

La segunda lección que nos enseñó el tsunami es que un mundo organizado en torno a los mercados y al lucro, que olvida a la naturaleza y la gente, está mal pertrechado para hacer frente a tales desastres.

Aunque nos engañemos a nosotros mismos al creer que vivimos en una era de la información y en economías del conocimiento, el conocimiento de los 8,9 grados de la escala Richter para los terremotos no pudo ser comunicado a tiempo por el US Geological Survey -el organismo estadounidense que vigila ese tipo de accidentes geológicos- a los países amenazados para que pudieran tomar medidas oportunas para salvar vidas.

Mientras que los mercados de valores del mundo reaccionan instantáneamente ante las señales y mientras que toda la economía de las tecnologías de la información (IT) se basa en comunicaciones inmediatas, al mundo le ha llevado días poder establecer cuántas personas murieron y cuántas han quedado sin hogar a causa del maremoto.

El tsunami nos enseña que no vivimos en una era de la información basada en la «conectividad» sino en la ignorancia, en la exclusión y la incomunicación. La revolución de las IT ha evolucionado para servir a los mercados, pero ha dejado de lado a las necesidades de la gente. Los animales y las comunidades indígenas tienen la inteligencia de anticipar a los tsunamis y de protegerse a ellos mismos.

A las culturas del siglo XXI personificadas por la tecnología de la información les faltó el respeto a Gaia y la disposición para conectarse y protegerse a tiempo del terremoto y del tsunami.Tenemos que reconsiderar los conceptos dominantes en el área de la inteligencia y la información, para tomar lecciones de Gaia acerca de cómo vivir inteligentemente en este planeta.

Una lección crucial que el mundo debe extraer del tsunami es que debemos prepararnos para otros previsibles desastres ambientales, anticipándonos, por ejemplo, al impacto del cambio climático.Cuando la crecida de las aguas sumergió las islas Maldivas yo sentí que la naturaleza nos estaba diciendo que lo mismo puede suceder con una subida del nivel del mar provocada por el cambio climático, y que así será como sociedades enteras podrán ser despojadas del espacio ecológico en el que ahora viven tranquilamente.

Mientras que el Gobierno de Estados Unidos y otros escépticos continúan argumentando, con respecto a las advertencias de los expertos en medioambiente, que el rico hemisferio norte no puede permitirse la adopción de medidas contra las emisiones de CO2 ni trabajar por la reducción del impacto del cambio climático, el tsunami nos muestra cuán altos pueden ser los costos de continuar actuando con la actual mentalidad mercantilista.

Además de la movilización por las víctimas del maremoto, necesitamos llevar a cabo inmediatamente acciones para que en el futuro se haga justicia con las futuras víctimas del cambio climático.Como dijo un dirigente de la Alianza de los Estados de las Pequeñas Islas del océano Indico, durante las negociaciones para la firma del tratado de la ONU sobre el cambio climático, «el instinto humano más fuerte no es el de la codicia sino el de la supervivencia y no permitiremos que algunos trafiquen con nuestros pueblos y nuestras culturas para satisfacer sus intereses económicos de corto plazo».

El próximo desastre no tendrá necesariamente que ser un maremoto.Puede ser, por ejemplo, una inundación por la rotura a causa de un terremoto de una represa sobre el río Ganges, donde el dique Tehri está siendo construido sobre una falla sísmica. El agua de la presa será recogida a cientos de millas de Nueva Delhi para ser privatizada por Suez, la mayor empresa mundial de venta de agua.

La represa Tehri, de más de 260 metros de altura, acumulará 3.022.000 metros cúbicos de agua y su embalse se extenderá por 45 kilómetros en el valle de Bhagirathi y por más de 25 kilómetros en el Bhilangana.Si el dique se rompiera a causa de un terremoto, en menos de una hora y media un muro de agua de 260 metros de agua -20 veces más alto que el tsunami- se abatirá sobre las ciudades santas de Rishikesh y Haridwar y las borrará del mapa.

Asimismo, en ocho horas, una pared de agua de 10 metros de altura golpeará a Meerut, 214 kilómetros más abajo y en 12 horas una ola de ocho metros chocará contra Bulanshahar, 286 kilómetros río abajo.

Una verdadera preparación contra los desastres implicaría reducir la vulnerabilidad ambiental e incrementar la adaptabilidad ecológica en lugar de aumentar los riesgos mediante la exclusión de los costos ambientales de los cálculos para el crecimiento económico.

El bien público y la responsabilidad social de los gobiernos no pueden ser sacrificados en aras del lucro privado y de la codicia empresarial. Los alimentos, el agua y los medicamentos son las necesidades más urgentes de los supervivientes del maremoto.Pero, al mismo tiempo que los sistemas públicos necesitan movilizarse para enviar esas ayudas esenciales, la globalización de las grandes corporaciones empresariales está llevando hacia delante a toda marcha sus privatizaciones.

Si todos los alimentos y el agua son reducidos a la categoría de materias primas controladas y son comerciadas libremente por las corporaciones globales para su propio beneficio ¿cómo hará la sociedad para alimentar a los hambrientos y dar agua a los sedientos?

Para contrarrestar la vulnerabilidad que padecen millones de personas son necesarios fuertes sistemas públicos para suministrar comida y agua, asistencia médica y medicamentos.
Las necesidades de bienes y servicios públicos para la ayuda y la rehabilitación de estas catastrofes, nos empujan en una dirección que se aleja de las demandas de privatización de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y del Banco Mundial. El maremoto del 26 de diciembre nos recuerda que no somos sino unos seres frágiles e interconectados que habitamos un planeta también frágil.

De modo que el tsunami nos llama a reconocer nuestra debilidad.En el maremoto no fueron sólo las olas del mar las que chocaron con la costa. También chocaron dos modos de ver al mundo, el de los libres mercados y la globalización empresarial y el que propugna por una democracia planetaria.
El primero, nos deja inoperantes y desvalidos para enfrentar los desastres ambientales a los que ha contribuido, mientras que para el segundo, la gente a lo largo y ancho del mundo constituye una sola humanidad capaz de reconstruir sus vidas y de prepararse para un futuro incierto al vivir con plena conciencia de nuestras vulnerabilidad ambientales.

«Estar más horas en el trabajo no es trabajar más»

«Estar más horas en el trabajo no es trabajar más»

Entrevista: Ignacio Buqueras, economista
Ignacio Buqueras es presidente de la Fundación Independiente Empresario.

Escrito por Núria Navarro
El Periódico - 19/01/05

España es el tercer país europeo que más horas pasa en el trabajo y uno de los menos productivos. ¿Por qué? Porque aquí se calienta silla, se dilata el almuerzo y se trasnocha a base de late show. La Fundación Independiente, que preside el entusiasta Ignacio Buqueras, ha puesto en marcha la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles y su Normalización con los demás Países Europeos.

--España es diferente... ¡hasta en el horario!
--Hasta los años 30, los horarios españoles eran similares a los de los demás países europeos. Como en Londres, París y Berlín, se almorzaba al mediodía y se cenaba a las ocho.

--¿Qué retrasó el tiempo?
--Tuvo mucho que ver el hambre de la posguerra, que hizo de los almuerzos largos un símbolo de riqueza. Pero, sobre todo, influyó el pluriempleo. En aquellos años de zozobra, el español prolongó sus jornadas laborales. Y luego la rutina ha perpetuado esa mala costumbre.

--¿La rutina o el interés del capital?
--La rutina. Pero si queremos tener una mejor calidad de vida y conciliar la vida personal, familiar y laboral hay que cambiar los horarios. Todos somos ya conscientes de ello.

--¿Todos? ¿La empresa también?
--Debería y sin temor. España es uno de los países europeos que más horas pasa en el trabajo y que menos productivo es. Estar más horas en el trabajo no es trabajar más. Y estar 9 o 10 horas no debe ser ya motivo de orgullo. Es más, la empresa debería considerar a ese tipo de empleado de forma negativa, porque define a alguien que no sabe valorar su tiempo, que no tiene en cuenta a la familia y a la formación personal.

--Difícil el cambio de mentalidad, imagino.
--¡En absoluto! Cada vez más empresas se apuntan a la jornada continua, y no son las menos productivas. IBM, presidida por una mujer, ya tiene flexibilidad de horarios, jornada continua y procura no convocar una reunión después de las cuatro. Además, los jóvenes empiezan a primar el tiempo sobre el dinero.

--Total. Hay que reclamar la flexibilidad de horarios.
--Sí. La flexibilidad de horarios no sólo sería buena para el trabajador y la empresa. También evitaría las dramáticas horas punta en las zonas urbanas, permitiría atender a los hijos, mejoraría la salud pública.

--¿Qué tiene que ver el horario con la salud?
--Mucho. Está demostrado que el español duerme una hora menos que la media europea. La Dirección General de Tráfico y las mutuas señalan la incidencia de la falta de sueño en el número de accidentes.

--Oiga, ¿al estómago español le sentará bien almorzar a las doce?
--¡Es cuestión de acostumbrarse! Lo importante es ser autores de cada minuto de nuestras vidas.

--Ya. Pero qué triste apurar el túper en un banco del parque, ¿no?
--Comer de una manera excesiva va en perjuicio del rendimiento. Nosotros sugerimos que al mediodía uno se detenga tres cuartos o una hora, tiempo suficiente para comer. Luego se puede tener una tarde más relajada y cenar alrededor de las ocho.

--Y ayudar a hacer los deberes.
--Sí. En las grandes ciudades aumenta el fenómeno de los niños llave, que llegan a casa a las cinco y no hay adultos hasta pasadas las ocho. Durante esas horas están abandonados a los riesgos de la tele y de internet.

--Usted también pide el recorte de las vacaciones escolares.
--Recientes estudios dicen que España es uno de los países con peores resultados escolares. Pero hay otro dato alarmante: el 63% de los docentes sufren estrés elevado. ¿Por qué? Los padres españoles depositan todo el peso de la educación en la escuela.

--No dan abasto, los padres.
--¡Claro! Y el actual horario hace que vayamos tensos desde que salimos de casa hasta que nos acostamos. Los atascos, las jornadas laborales larguísimas, los hijos desatendidos, la nevera condenada al vacío, el inicio de programas de TV con gancho a las once que te hacen trasnochar...

--Hay oficios que no pueden acortar horarios. ¿Qué solución les da?
--En una sociedad moderna tiene que haber servicios las 24 horas. Nosotros defendemos la libertad de horarios. Así que, en esos casos, se imponen los turnos. Eso fomentará la creación de más puestos de trabajo.

--¡Ahí está la pega!
--No tiene por qué.

--¿Cuándo cambiará la cosa?
--Cuando la sociedad tome conciencia y haga presión.

--En el siglo XXII, vaya.
--En el 2007, confío. Fíjese en el insospechado éxito de las campañas antitabaco. ¡Y el horario afecta a 42 millones de españoles!

Encuesta prejuiciosa y sospechosa hacia los ciudadanos Marroquies

Encuesta prejuiciosa y sospechosa hacia los ciudadanos Marroquies

Por un buen uso de datos publicos de las Administraciones

Escrito por Diego Llorente, Coordinador de SOS RACISMO en la CAM

Las organizaciones firmantes, hemos tenido conocimiento a través de la Oficina de Información y Denuncias de SOS Racismo Madrid, de la existencia y circulación de una encuesta de opinión elaborada por la consultora IMOP, dirigida a población marroquí residente en Madrid. Nos encontramos sorprendidos por el contenido de las encuestas, por la forma en que se realiza el estudio, por la incoherencia entre los fines aducidos y los contenidos sobre los que se indaga y por quien y para qué se utilizará la información recabada. El estudio estaría dirigido por la profesora Berta Alvarez Miranda, del Departamento de Sociología de la Educación de la Facultad de Cc. Políticas y Sociología, Univ. Complutense de Madrid. El financiamiento correspondería a la Comunidad Europea, quien enmarcaría este estudio en uno más amplio realizado simultáneamente en Londres y Berlin.

El fin de la investigación sería el de “aportar elementos que enriquezcan el debate sobre las condiciones necesarias para una plena integración de la comunidad musulmana en las sociedades europeas ”.

Las organizaciones firmantes, tras habernos puesto en contacto con la empresa IMOP, así como con la Universidad Complutense, en este último caso con el Departamento de Sociología de la Educación y al Rector, hemos decidido sacar el caso a la luz, al no obtener ninguna respuesta convincente, ya que entendemos reviste mucha gravedad por las siguientes razones:

- En relación a la metodología de selección de los entrevistados utilizada, por un lado se plantea que el encuestado ha sido elegido “al azar”, pero se tiene previamente el nombre, apellido, domicilio y teléfono de las personas a ntrevistar, a partir del acceso a datos del padrón del Ayuntamiento de Madrid. Según la empresa, el Ayuntamiento de Madrid fue quien facilitó a la Universidad los datos de marroquíes extraídos del padrón, amparándose en el marco de la Ley Orgánica 15/1999 “cuyos artículos 11 y 21 permiten la cesión de datos personales sin conocimiento previo del interesado "cuando la cesión se produzca entre Administraciones Públicas y tenga por objeto el tratamiento posterior de los datos con fines históricos, estadísticos o científicos ". Sin embargo, creemos que la utilización de las direcciones y nombres de los encuestados sí que puede vulnerar su derecho a la intimidad, por no ser conforme su uso de
acuerdo a la Ley de Protección de Datos citada. Desde la consultora autora de la encuesta se nos dice que al tratarse de un intercambio de datos entre Administraciones públicas y con fines estadísticos, no se necesita el consentimiento de los afectados. Así está dispuesto por la ley, pero lo que la ley señala a continuación es que para que sea posible esta excepción hay que informar al interesado de forma clara de la razón de la petición de los datos y su destino final. Nada de esto parece haberse hecho. En ningún sitio de la encuesta se menciona a la UCM, ni colocan datos básicos como ser un encabezado con un logo de la universidad, nombre del responsable y teléfono, como sí suele hacerse en otros estudios sociológicos que promueven las universidades.

- La encuesta contiene una serie de preguntas que afectan directamente a la libertad religiosa de las personas, como las referidas a sitios donde se ha recibido formación islámica, si se envía dinero a alguna organización, intensidad de vivencia del hecho religioso y frecuencia a mezquitas y, una serie de frases donde se pregunta a la persona si está de acuerdo y donde una expresa textualmente “Los atentados del 11 de marzo en Madrid fueron un acto de defensa del Islam”.

- No consideramos ajustadas a la legalidad vigente, que consagra del derecho a la intimidad de las personas, algunas de las preguntas del instrumento de recolección de información en cuestión, que avanza en datos muy delicados y en forma cuasi policial, y que pueden afectar la integridad y la seguridad de las personas a las que entrevistan. Por ejemplo, preguntas como ¿Quiénes viven en el hogar? ¿Si ha ido a vivir a otro país durante más de seis meses?, etc...

Creemos que indagar sobre estas cuestiones, en un momento tan delicado para la comunidad marroquí, que se ha visto sacudida por actos terroristas de individuos de su comunidad y que han aumentado paralelamente actitudes abiertamente racistas y discriminadoras hacia esta comunidad, que es considerada “sospechosa per se”, genera miedos y susceptibilidades legítimas en las personas encuestadas.

Asimismo el conjunto de organizaciones firmantes, consideramos peligroso el manejo de estos datos, además de los reparos éticos que de por si nos plantea el hecho de identificar con nombre y apellido a las personas que respondan, así como su domicilio. No es una encuesta de promoción de un producto o de intención de voto, los datos son muy comprometidos, el “para que” es difuso y no se respeta el anonimato de las personas.

Tampoco se ha informado/explicado este estudio a las asociaciones de marroquíes y mezquitas, como sostiene en su defensa la empresa IMOP

En definitiva, por todo lo dicho, pensamos que se pueden estar violando principios básicos que consagran la intimidad y los derechos de las personas y que las respuestas, que reiteramos, distan de ser anónimas, y pueden comprometer seriamente a las familias marroquíes que residen en Madrid. Además esta metodología genera un efecto de temores lógicos en una población muy sensibilizada. No entendemos tampoco, pero ya no nos metemos en eso, qué validez pueden tener unas respuestas condicionadas por la desconfianza que seguramente no guardarán relación con la realidad ya que estimamos tendrán un alto grado de error. El estudio tal como se lo encara nos parece que poca cosa puede aportar a la integración de la comunidad inmigrante musulmana y al conocimiento científico de la misma. Ni la metodología ni los cuestionarios parecen ajustarse a los fines ni a una realidad a la que se la debería afrontar con un mayor rigor científico, sutileza y respeto a las personas.

Por tales motivos, les solicitamos a los responsables que retiren de circulación dicha encuesta, perjudicial por las razones enumeradas, reservándonos el derecho de emprender las acciones legales oportunas, de continuar por este camino. Queremos dejar en claro que no queremos boicotear ni actuar a la defensiva ante estudios que involucren a la población árabe y/o musulmana, es más, estamos abiertos y dispuestos a colaborar en todas aquellas investigaciones que estimemos serias y respetuosas de los plenos derechos y libertades de la gente, pero este no parece ser el caso.

nota del editor: si alguien precisa el contacto directo con este señor lo tenemos a su disposicion

«Es lamentable el silencio de los medios de comunicación ante la propuesta de Zapatero en la ONU para una Alianza entre las civilizaciones occidental y arabo-musulmana»

Escrito por Mate Guerra
P. Digital -12/01/05

Entrevista a Francisco Carrillo

«La unidad de una especie humana debería ser una referencia inamovible»

«Hay que educar y formar ciudadanos, pero que sean al mismo tiempo ciudadanos del mundo»
«Sería ingenuo pensar que la modernidad se implantará desde fuera como una fábrica llave en mano»

BIOGRAFIA

Francisco Javier Carrillo Montesino, Málaga, 1944, Casado, dos hijos Estudios: Master en Sociología; Licenciado en Derecho; Licenciado en Ciencias Políticas (Sociología) y Licenciado en Letras. Escritor, poeta y ex-alto funcionario de la Unesco y de la ONU. Ex-Representante/Embajador de la Unesco en Túnez y en Libia; ex-Consejero regional en la región árabe; ex-Observador permanente ante el Instituto Árabe de Derechos Humanos; ex-Representante ante la Organización de la Liga Árabe para la Educación, la Ciencia y la Cultura; ex-Representante de la UNESCO ante el Presidente Arafat (época de la OLP en Túnez); ex-Coordinador Residente de la ONU en Túnez.

Libros publicados. "Nueva estrategia en Oriente Medio" (con prólogo de Maxime Rodinson),Barcelona, 1967. "Reflexiones literarias sobre arte" (Málaga, 1968). "Jácaras de pasión de un V Centenario" (prólogo de Jorge Amado), Málaga, 1992. "Búcaro de plata" (prólogo de Carlos Barral), Málaga 1992. "Jardín de Dar Almutamid" (en castellano, árabe y francés, con prólogo de María Teresa de Borbón Parma), Túnez, 2000. "Diálogo de culturas y desconocimiento del ’Otro’" (en castellano, árabe y francés", discurso de toma de posesión como académico de número en la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo.
-Colaborador con artículos de opinión en España (SUR y EL PERIODICO DE CATALUÑA. Ha escrito en EL PAÍS, así como en el mensual HABITANIA y en la revista de la Fundación Intervida, HABITANIA) En el pasado, fue colaborador de "Cuadernos para el Diálogo", "Signo", "Mundo Social", "El Correo de Andalucía", "La voz de Asturias", "Ruedo Ibérico" etc.. Y fuera de España: REALITÉS (Túnez), JEUNE AFRIQUE (París), en la revista ASTROLABE, y "El Correo de la Unesco".

-Premio de Poesía "Litoral" 1967. Premio de Periodismo "Francisco de la Torre Acosta", 1969. Miembro del Consejo del Instituto Europeo del Mediterráneo. Miembro del Consejo Mediterráneo de Cultura. Miembro del Consejo Asesor de la Fundación INTERVIDA. Académico correspondiente de la Academia Europea de Ciencias, Artes y Letras.

-Orden de Alfonso X El Sabio (Encomienda con Placa), España. -Orden de la República de Túnez (Comendador), Túnez. -Orden de la Artes y de las Letras (Oficial), Francia. -Orden de las Palmas Académicas (Oficial), Francia.

Francisco Carrillo ha sido nombrado miembro del Consejo Asesor del Instituto Europeo del Mediterráneo el pasado mes de diciembre. Diplomático de los pies a la cabeza, Carrillo aboga por el conocimiento reciproco de las culturas que rodean el Mediterráneo como requisito imprescindible para un mejor “estado de cosas”.

Políticas mediterráneas, migraciones, Culturas e identidades son nada menos que los tres pilares que sustentan la base de las discusiones al interior de este foro que pretende promover la cooperación entre los países mediterráneos, sin olvidar el arte, la ciencia y la cultura. 2005 es el Año del Mediterráneo. Pero ¿es posible lograr una bienestar mas o menos equilibrado en una zona tan llena de desiguales? Para responder a esta y otras cuestiones Francisco Carrillo conversó con P.D

¿Qué significado le atribuye a su nombramiento como miembro del Consejo del Instituto?

El hecho de haber sido nombrado para formar parte del Consejo del Instituto Europeo del Mediterráneo significa simplemente poner mi experiencia acumulada en numerosos años (entre ellos, 12 en el mundo árabe) al servicio de la cooperación internacional y de la diplomacia preventiva. El IEM creo es el instrumento de conocimiento mutuo, dialogo y cooperación más dinámico y activo que existe en España. No deja de ser un honor y gran satisfacción de estar en ese consejo con personas tan clarividentes y comprometidas con la paz, como son Amin Maaluf, Federico Mayor Zaragoza, Mohamed Charfi (el autor de "Islam y Libertad"), etc. Sigo partiendo de la base que hay un enorme incluso total desconocimiento e ignorancia cultural entre las dos orillas del Mediterráneo. No nos conocemos. Y para dialogar es preciso conocerse un poquito y crear bases de confianza mutua. Y el "no conocernos" es aplicable a otras culturas. Me atrevería a decir que es aplicable en el interior de España al desconocimiento casi radical, desde la castellaneidad, de la cultura catalana o de las fuertes tradiciones culturales en Euskadi. Si invertimos el mapa, algo semejante ocurre con las tradiciones culturales de Andalucía, que fue tierra de inmigración que demostró lo que es trabajar duro, muy duro, para sacar adelante las vendimias francesas o las fabricas de automóviles. Y todavía continúan residuos de aquel estereotipo de los andaluces que no les gusta trabajar... Si. Nos movemos en redes de estereotipos que es preciso desmontar a través del conocimiento y de mutuo respeto. Esta gran lección la he ido aprendiendo, sobre todo, a través de mis vivencias y convivencias en el mundo árabe, ya a finales de los años 60. No es fácil que las gentes se convenzan que la unidad de una especie humana debería ser una referencia inamovible y que su traducción en culturas diversas responde precisamente a la libertad de opciones que se derivan de esa unidad de la especie. Ni jerarquía biológica, ni jerarquía cultural. Pero no todos piensan así....

¿Cuáles cree que son los principales desafíos de esta instancia?...

Los desafíos, todos por delante. Abrir todas las vías posible (de ida y vuelta) para conocernos y para ayudarnos mutuamente. Cooperar para vivir un poquito mejor. ¿Por qué la emigración? ¿Por qué el Mediterráneo nunca fue un mar de paz y debería llegar a serlo? ¿Por qué tanto fanatismo? Me inquieta el neoracismo contemporáneo y el consiguiente rechazo del "Otro", rechazo que se encubre en peligrosas generalización es tales como todo el islam es terrorismo; todo árabe o musulmán, es un terrorista, etc. Pero no hay que sorprenderse demasiado. No hace muchos años, ese racismo cuyo hilo conductor proviene de la época de los Reyes Católicos y de la Reconquista, hacia estragos en plana guerra civil y en la post guerra con estereotipos tan elocuentes como "el moro traicionero", el "moro que esconde el cuchillo bajo la djillaba", "el moro y- la ausencia de higiene" (a este respecto, la cultura arabo-musulmana es una de las mas higiénicas del mundo)....

El silencio de los medios

Usted habla que en el Mediterráneo "no nos conocemos". Es un tema que se arrastra históricamente y tal como están las cosas ¿no cree que hay falta de compromiso de los Estados involucrados en romper esas barreras?

Lo que creo ha habido es un gran retraso para tomar conciencia de las consecuencias graves de este desconocimiento. El problema viene de lejos, cuando unas culturas se consideraron superiores a otras culturas. Cuando la civilización occidental se creyó hegemónica y excluyente, así como la única portadora de valores universales, incluyendo los religiosos y las creencias. Se llegó a establecer una jerarquía de culturas, incluso se llegó a defender una jerarquía biológica (los indios, Americanos y los negros de África no tienen “alma”, como ejemplo desgarrador). El problema se agrava en todos los procesos de colonización. Los efectos aún los sentimos en nuestros días.

¿Cuál debe ser el grado de compromiso del Estado español en este tema?

A este respecto, el compromiso de los Estados y de los intelectuales es insoslayable. El intelectual –como recientemente afirmó Jorge Semprún en Túnez, debe actuar con total independencia, incluso si es miembro de un partido político. A los Estados corresponde estar a la escucha de la voz de los intelectuales para abordar este tema tan fundamental como es el desconocimiento del “otro”. Los sistemas educativos tienen una responsabilidad particular. Es urgente proceder a nuevas revisiones de los manuales escolares, sobre todo, los de historia y de las ciencias sociales y humanas en general. Sería preciso generalizar el método comparativo: historia comparada, historia comparada de las ciencias, literatura comparada, estudios comparados del hecho religioso, etc., tanto de un lado como del otro. Hay que educar y formar ciudadanos, pero que sean al mismo tiempo ciudadanos del mundo. La tarea es ardua para liquidar todos los estereotipos que se presentan como grandes obstáculos para que los pueblos del mundo lleguen a remar juntos.

¿Cómo el Consejo del Instituto Europeo del Mediterráneo puede acercarse más a los ciudadanos que a veces parecen tan alejados de estas instancias?

Los programas del IEMed tienen como objetivos acercar a pueblos y culturas a través del conocimiento y de los intercambios. La reflexión, los estudios y la acción son los instrumentos básicos de navegación a través de la cuenca mediterránea, que históricamente y hasta los tiempos actuales fue no sólo una encrucijada de civilizaciones y de culturas, sino también un espacio de guerras y de confrontaciones. El trabajo es de gran envergadura. Podría decirse que el IEMed es como una aguja en un pajar. Se buscan sinergias y efectos multiplicadores a través de otras instituciones, organismos y ONG de todos los países mediterráneos. Me parece irremplazable, como digo más arriba, el papel de los sistemas educativos de esos países. El IEMed puede incrementar su función de concientización y difundir sus experiencias y actividades conjuntas con los países en los que opera y con los que coopera. Me consta desde hace muchos años que el Sr. Pasqual Maragall, Presidente del IEMed, al tiempo que President de la Generalitat, conoce bien los datos de la problemática mediterránea y que dará un impulso real y operativo para ir encontrando soluciones a través de la cooperación, el acercamiento y el diálogo. Lo mismo podría decir del Vicepresidente del IEMed, el Ministro Miguel Angel Moratinos, buen conocedor de la zona. Son personas adecuadas para que los problemas se traten de resolver con un nuevo estilo y una renovada sensibilidad en términos de justicia y de solidaridad. ¿Cómo llegar, si no, a encontrar una solución a la pobreza irritante y sus efectos de desesperanza, de rechazo y de intolerancia que inundan aún amplias zonas del Mediterráneo? ¿Cómo sería posible contribuir a la solución adecuada de la problemática del pueblo palestino, sin la justicia y sin la solidaridad como fundamentos?

La precariedad social, mientras sea tan profunda y diferente entre unos y otros ¿es el mayor impedimento para lograr un bienestar más general en la región mediterránea?

Me remito a lo hasta aquí dicho. Efectivamente, el conocimiento o es mutuo o sólo se queda en especulaciones mentales. No hay que olvidar que la situación actual es consecuencia directa
de las colonizaciones y del subdesarrollo. Baste con echar un vistazo a los indicadores sociales (educación, salud, mortalidad infantil, esperanza de vida, pobreza, distribución de la renta, etc.). En cierta medida, el actual “estilo” de la globalización (económica, financiera, cultural, desequilibrio de los flujos de información y de comunicación...), está agravando, a nivel de la ciudadanía, la situación global e incrementando las distancias. El subdesarrollo requiere inversiones para su superación endógena. Sería ingenuo pensar que la modernidad se implantará desde fuera como una fábrica llave en mano. (El caso actual de Irak es muy aleccionador). En este proceso, cuyos resultados no son a corto plazo aunque pueden acelerarse, no bastan solamente inversores. Se requiere una movilización de las sociedades civiles, a través de los muchos instrumentos de que disponen, para “entrar en contacto” a partir de sus diversos niveles de desarrollo. Con respeto mutuo. Con conciencia de la alteridad en fecundación mutua. Me atrevería a decir, con “talante democrático” y sin modelos políticos preconcebidos. Sin olvidar que Internet, uno de los ejes de la sociedad global de la comunicación y de la información, hace la guerra por su cuenta –valga la expresión coloquial-, y a veces va mucho más veloz que la cooperación entre Estados o que el diálogo intercultural entre sociedades civiles.

¿No parece un poco utópico hablar de conocernos un poquito más cuando la desigualdad entre los ciudadanos del Mediterráneo es tan profunda?

Me remito al discurso pronunciado por el Presidente del Gobierno español ante la Asamblea General de la ONU. En este discurso se desvela todo un “plan de acción” de cooperación con el llamado Tercer Mundo basado en la justicia, en la solidaridad y en el respeto del derecho internacional. (La retirada de las tropas españolas de Irak, porque así lo deseaba la mayoría de los integrante de la sociedad civil en el Estado Español, es un importante botón de muestra).El Presidente Zapatero planteó en la ONU la necesidad de una “Alianza de la civilización occidental con la civilización arabo-musulmana”, en lo político, en lo económico y en lo cultural. Y pidió que la ONU actuara en esa perspectiva, lo que no quiere decir, -es de suponer-, que el Gobierno español se cruzará los brazos en la espera de la acción de la ONU.

¿Cuáles son los hechos concretos?

Me consta que el tema ya fue debatido en la Cumbre de Estados Iberoamericanos, que se trató con la Liga de los Estados Árabes, y que cada país está recibiendo la propuesta hecha en la ONU para pasar a la subsiguiente acción conjunta. Creo que esta propuesta es una de las más importantes que se han sometido a la ONU desde hace muchos años. Creo que así queda respondida su pregunta. Hablo como ciudadano de a pié. El Gobierno español tendría muchas cosas que decir al respecto. Por mi parte, creo fue y es verdaderamente lamentable que la inmensa mayoría de los medios de comunicación guardaron un silencio inquietante –como está ocurriendo con las nuevas bases de la cooperación de ida y vuelta con Marruecos y con los programas y prioridades con este país vecino, así como con la reciprocidad marroquí. Por no hablar de los otros países del Magreb, como Túnez y Argelia en particular. He citado estos ejemplos para no salirme de la cuenca del Mediterráneo."

HIPOTECAS AÚN POCO EUROPEAS

Escrito por Josep-Maria Ureta
El Periódico - 01/01/05

El volumen del crédito hipotecario español a final del 2004 era de 582.000 millones de euros (96,8 billones de pesetas). Un 24,5% más que en el 2003. Una parte del incremento también se puede atribuir a que el precio de la vivienda mantiene la tendencia alcista. Dicen que este año sí habrá moderación, pero con el manido recurso de decir que no se verá hasta el segundo semestre
Es una explicación que raya el tópico afirmar que esa tendencia a endeudarse --con eufemismo: aumenta la riqueza patrimonial de las familias-- se debe a los bajos tipos de interés que, combinados con un alargamiento de los periodos de amortización, hace que los prestatarios no sientan la agudeza de sus compromisos financieros. Otro tópico que se cumple menos es el que asegura que el euro crearía una convergencia de precios y de mercados. Ha sido así desde el punto de vista de los tipos hipotecarios en cada país, que a mediados de los años 90 podía ser de hasta 10 puntos y hoy se cuenta en décimas. Pero el panorama hipotecario europeo sigue presentando fuertes tendencias locales.
Hay muchas causas. Desde las culturales hasta el tratamiento fiscal que cada Gobierno otorga a la compra de vivenda. Desde el punto de vista estrictamente bancario, también hay mucha variedad en las fórmulas de acceder a un crédito hipotecario, cómo se garantiza y con qué disponibilidad para otras operaciones desvinculadas de la vivienda. En el caso español, la evolución del mercado hipotecario presenta un perfil singular con respecto al del resto de países del euro. El crecimiento del endeudamiento es de los más destacados de la UE, pero sin perder competitividad en costes. Por contra, uno de los aspectos de riesgo que más diferencia a España de sus socios es el ingente volumen de hipotecas a tipos de interés variable (68% del total), y más concretamente al interbancario europeo a un año. Esa tendencia sólo se da en Reino Unido, pero ese país está fuera del euro y el Banco de Inglaterra aún tiene poder de incidencia sobre los tipos.

Los nuevos rostros del imperialismo

Entrevista a David Harvey

David Harvey nació en 1935 en el Reino Unido. Se doctoró en la Universidad de Cambridge en geografía histórica, y en 1969 se mudó a Baltimore, en Estados Unidos, como profesor de geografía en la John Hopkins University. En ese mismo año aparece su primer libro, La explicación en geografía, y a partir de ese momento su interés comienza a centrarse en los aspectos sociales y políticos de la disciplina. En 1973 publica La ciudad y la justicia social, y durante los años 1970 estudia a Marx en profundidad. Este esfuerzo culmina en 1982 con la publicación de una obra mayor de teoría económica, Los límites del capital. En 1985 publica dos libros de ensayos sobre urbanismo, La conciencia y la experiencia urbana y La urbanización del capital, y en 1989 aparece La condición de la postmodernidad (publicado en español por Amorrortu), probablemente su obra más conocida, donde investiga la emergencia de la cultura y del arte postmodernos como un efecto de las transformaciones del capitalismo y de la aparición del postfordismo. De 1987 a 1993 ocupa la cátedra Halford Mackinder de geografía en la universidad de Oxford, y en 1993 vuelve a Johns Hopkins, donde permanece hasta el año 2000. En la actualidad es profesor en el Graduate Center in Anthropology de la City University of New York. Además de las obras ya mencionadas, Harvey es autor de Justicia, naturaleza y la geografía de la diferencia (1996) y, más recientemente, de Espacios de esperanza (2000) y El nuevo imperialismo (2003), ambos publicados en español por Akal.

Entrevistadores: Uno de los temas recurrentes de su trabajo ha sido la manera en la que la acumulación de capital estructura el espacio geográfico, y usted ha analizado el urbanismo moderno desde ese punto de vista en libros como La urbanización del capital. ¿Cómo está transformándose la ciudad contemporánea en la era de la globalización capitalista?

David Harvey: Tengo que decir como prefacio a esto que una gran parte de mi trabajo teórico en este tema está marcado por la experiencia de vivir en una ciudad norteamericana como Baltimore, observando su evolución e involucrándome -algunas veces políticamente- en lo que allí sucedía.

En los años 1950 y 1960 el estado jugaba un papel muy importante en la transformación de las infraestructuras urbanas, incluso en los Estados Unidos. Pero a partir de finales de los años 1960 las cosas cambiaron. El desarrollo inmobiliario es un campo muy importante para la acumulación de capital, directa e indirectamente, y las instituciones financieras comenzaron a involucrarse a fondo en el desarrollo urbano. Los lobbies inmobiliario y de la construcción se convirtieron en las fuerzas motrices, y estaban interesados principalmente en la construcción de viviendas para gente con muchos ingresos, ya que es de ahí de donde sacan la mayor parte de sus beneficios, a no ser que exista un subsidio estatal para las viviendas de gente de pocos ingresos. Pero en los años 1970, con la crisis fiscal del estado, estos subsidios fueron prácticamente eliminados. Además, en los Estados Unidos hay un importante subsidio fiscal a la vivienda para las clases acomodadas: deduces de tus impuestos todos los intereses que pagas por la compra de una casa. Esto no es más que un mecanismo redistributivo mediante el cual el dinero se va a las clases altas y al lobby inmobiliario.

En definitiva, hubo una explosión de viviendas caras, con la excusa de que la gente rica dejaría tras de sí casas que luego la gente de menos ingresos podría ocupar. Las ciudades norteamericanas se volvieron así muy dinámicas espacialmente, con la construcción de grandes áreas suburbanas para gente rica con un impacto ecológico muy negativo. Pero la contrapartida de este desarrollo fue una cantidad enorme de viviendas abandonadas en el centro de las ciudades. Esto fue lo que pasó en Baltimore, hasta el punto de que a finales de los 1990 había unas 40.000 casas vacías en la ciudad, que es una cifra impresionante. Cuando Pasqual Maragall vino a Baltimore yo lo llevé a visitar la ciudad. Maragall miraba esas 40.000 casas vacías y decía: "¡Ya me gustaría a mí tener todas estas casas en Barcelona!", y yo le contesté "Y a mí me gustaría tenerlo a usted de alcalde en Baltimore".

E: Usted señala también otro aspecto de estos desarrollos: la emergencia de una competencia global en la que las ciudades intentan atraer turismo e inversores construyendo grandes museos, centros comerciales... El caso del Museo Guggenheim en Bilbao es paradigmático.

DH: Esta es la otra cara de la huída a los suburbios: la reocupación del centro, tratando de convertirlo en un centro cultural o en un campo de consumo. Se invirtieron para ello muchos recursos públicos, y muy a menudo a expensas de otras necesidades de los ciudadanos. La teoría con la que se trata de justificar esto es que si consigues revitalizar el centro habrá "beneficios inducidos" para el resto de la ciudad. No podemos negar que hubo algunos, pero en la mayor parte de los casos no llegaron muy lejos. Esto, de alguna manera, es la versión espacial de la famosa tesis del mecanismo de "goteo", que dice que si enriqueces a las clases altas la riqueza acabará por llegarle a todo el mundo. Lo interesante de este proceso de revitalización en el caso de Baltimore es que los beneficios se esparcieron solamente hasta un determinado punto, y la pobreza se quedaba siempre fuera.

E: En La condición de la postmodernidad usted sugiere que la reestructuración actual del tejido urbano tiene como marco estético e ideológico un rechazo de la planificación modernista y una celebración de la arquitectura postmoderna. ¿Cuál es la conexión entre esta arquitectura -que usted llama en algún momento "populismo de libre mercado"- y las fuerzas financieras que remodelan la ciudad en la era neoliberal?

DH: Creo que es muy peligroso establecer una simple relación causal entre estas dos cosas, pero en la medida en que el pensamiento postmoderno promovía las ideas de juego, de apariencia superficial y de atracción de la mercancía, muchas características de la arquitectura postmoderna podían desplegarse fácilmente en el desarrollo de los centros de las ciudades. Pero hay que decir que, en realidad, si analizas la arquitectura postmoderna desde un punto de vista estructural, no es nada más que arquitectura modernista con adornos por encima. Mies van der Rohe decía: "¡Quitemos los adornos!", y la arquitectura postmoderna dice al contrario: "¡Volved a poner los adornos en la misma estructura subyacente!". Hay que decir que existen algunas excepciones a esta pauta, como el trabajo de Michael Grave.

E: Una de las tesis más importantes de La condición de la postmodernidad es que el capitalismo moderno respondió a la crisis económica de los 1970 con una mutación profunda en lo que usted denomina régimen de acumulación "flexible" o "postfordista". ¿Cómo tuvo lugar este proceso y cuáles son las características de la acumulación flexible?

DH: En cualquier situación de crisis, como la que estalló entre 1973 y 1975, el capital -y el estado- necesita encontrar una solución para salir de ella. Por ejemplo, durante la crisis de los años 1930, el estado y el gran capital estaban de acuerdo en que la solución era adoptar una política keynesiana. Esto se debía a que, correcta o incorrectamente, se consideraba que el origen de esta crisis era el subconsumo y la falta de demanda efectiva. El análisis que se hizo de la crisis de principios de los 1970 fue que el capital no tenía la suficiente flexibilidad, ni a nivel geográfico, ni a nivel de mercado de trabajo, ni tecnológicamente. Por lo tanto comenzó a abrirse camino la idea de que la solución a la crisis pasaba por un incremento de la flexibilidad en estas áreas, y esto dio lugar a una increíble liberación de los poderes del capital financiero como el medio para transferir fondos, relocalizar la producción... El capital financiero asumió así el papel que antes se le había asignado al estado, que parecía ser una institución demasiado rígida.

De la misma manera en que el período de los años 1950 y 1960 se conceptualizó a nivel socioeconómico en términos de keynesianismo, y dado que la flexibilidad estaba emergiendo como el tema dominante, creí oportuno hablar sobre esta tendencia a la flexibilidad como un ingrediente fundamental a la solución de la crisis de los 1970. Las características de este capitalismo flexible son el aumento de la exportación de capital, mucha mayor fluidez para la circulación de fondos a través del mundo entero (incluso internamente, dentro de los Estados Unidos o de Europa), la insistencia en un cambio tecnológico muy rápido, y la desregulación en el mercado laboral.

Esta insistencia en la flexibilidad significaba por supuesto que había que atacar instituciones que presuntamente carecían de ella, como por ejemplo los sindicatos, así como algunos aspectos del estado. Hubo, y hay aún, una lucha sobre el desmantelamiento del estado de bienestar, que se pretende llevar a cabo con la excusa de que es una especie de barrera burocrática a la flexibilidad. Aún hay muchos países en Europa que no han recorrido ni la mitad del camino hacia este estado de cosas, y sufren el ataque de esta filosofía neoliberal.

E: Usted identifica la acumulación flexible como la base material de la cultura postmoderna. Pero, ¿existe realmente una cultura postmoderna? Acaba de comentar ahora mismo que la arquitectura postmoderna y la modernista comparten las mismas estructuras, y en La condición de la postmodernidad afirma que hay muchos rasgos ideológicos comunes al modernismo y al postmodernismo -como por ejemplo la insistencia baudelairiana en lo efímero.

DH: Una de las cosas que sucedieron en la transición económica al postfordismo, además de la creciente flexibilidad, fue la emergencia de transformaciones muy rápidas en lo que podemos llamar la cultura del consumo. La relativa estabilidad que había existido durante los años 1950 y 1960 en términos de patrones y hábitos de consumo desapareció en los años 1970 y 1980 con la insistencia en la flexibilidad de los mercados, la diferenciación, la efimeralidad, la moda... Fue una transformación crucial del funcionamiento del capitalismo en el campo cultural, y se reflejó en cosas como la aparición de los estudios culturales en el mundo académico, y en la idea de que la única liberación posible es la del consumidor, puesto que el consumidor es el centro de la flexibilidad, es él quien pide, quien se cansa de una cosa y busca otra...

Por lo tanto, aunque pienso que la transición cultural entre los años 1950 y los 1980 es importante por sí misma, no la veo como una ruptura con el modernismo, y no creo que la diferencia entre los años 1950 y 1960 y los años 1980 se pueda caracterizar como una diferencia entre el modernismo -tal como lo describía Baudelaire, por ejemplo- y lo que más tarde comenzó a llamarse postmodernismo. De hecho, cuando investigué la manera en que la gente intentó definir el modernismo en el siglo XIX, me encontré con que no tenía nada que ver con la definición de lo "moderno" que daban los postmodernistas de los años 1980. Si miras por ejemplo al ambiente cultural del París del Segundo Imperio, en los años 1850 y 1860, ves que hay muchos paralelismos con lo que sucedió en los años 1980, mientras que el París del Segundo Imperio se considera tradicionalmente un período modernista.

E: Por otra parte, usted parece sugerir que hay una verdadera división política entre ciertas formas de modernismo en el período de las vanguardias, que aspiraban a resistir o trascender al capital, y el postmodernismo, que más bien lo celebra como el horizonte final de la historia.

DH: Creo que eso es correcto en términos políticos, y creo también que la política postmoderna fue de alguna manera una respuesta a los movimientos de finales de los años 1960. ¿Qué pedían los movimientos estudiantiles de 1968? Pedían una cierta libertad para explorar su propia identidad, y una de las respuestas políticas que el capital encontró para esta demanda fue decir: ¿queréis libertad? Muy bien, ¡podréis tenerla en la esfera del consumo!

E: ¿Cree usted que en los últimos años el discurso postmoderno perdió peso debido al resurgimiento de la efervescencia política en el movimiento altermundialista?

DH: Creo que sí hay un retorno a la política a través del movimiento altermundialista, aunque algunos movimientos políticos, como el ecologista, aparecieron ya en los años 1980. Pero todos estos nuevos movimientos son muy diferentes de los de la izquierda tradicional. Los movimientos políticos clásicos de la izquierda, que eran fuertes a finales de los años 1960, se construían alrededor de los sindicatos, en las fábricas. Les preocupaba lo que pasaba en el punto de producción y constituían una respuesta al keynesianismo y a la socialdemocracia. Los nuevos movimientos tienen que ver con lo que sucede en la esfera de consumo y con lo que yo llamo "acumulación por desposesión": están en contra de la mercantilización, de la privatización y del individualismo, y hay que considerarlos como una respuesta al neoliberalismo. Así que, sí, en efecto, ha habido un resurgimiento de lo político, pero en torno a una serie de problemas muy distintos de los de la izquierda tradicional.

E: Tenemos también la emergencia de lo que usted llama fordismo periférico en el Sur global. El capital está utilizando modos decimonónicos de explotación de la mano de obra en países como México o Indonesia, y eso ha vuelto a poner en la agenda de los nuevos movimientos sociales el punto de la producción, como sucede con los Students against Sweatshops en los Estados Unidos...

DH: Esto es también debido a la aparición de un movimiento sindical muy significativo en Corea. En efecto, el fordismo no desapareció con la emergencia del postfordismo, sino que se trasladó a la periferia y se implantó en formaciones socioeconómicas diferentes. Las formas clásicas de lucha no desaparecieron por completo, pero si miras a Seattle y al altermundialismo ves que el movimiento obrero es sólo una parte, y existe una lucha mucho más amplia contra lo que significa el neoliberalismo, contra lo que el neoliberalismo está haciendo.

E: Su libro El nuevo imperialismo analiza el poder imperial contemporáneo. ¿Cuáles son las características políticas y económicas de este nuevo imperialismo y quiénes son sus actores principales?

DH: Creo que tenemos que reconocer que existen muchos tipos diferentes de imperialismo. En este libro analizo mayormente el imperialismo de los Estados Unidos. Los Estados Unidos definieron su modelo particular de imperialismo en contraposición al colonialismo europeo, y América Latina fue el conejo de indias para su estrategia. El imperialismo de Estados Unidos funcionaba así: primero se definía una esfera de intereses geopolíticos, y después los Estados Unidos imponían su hegemonía en esa esfera, mediante el uso de dos o tres estados-cliente, gobernados por hombres fuertes apoyados económica y militarmente por los Estados Unidos . Por lo tanto, esta hegemonía era una especie de control indirecto que al mismo tiempo ofrecía beneficios a ciertos grupos de la población. En América Latina las clases altas apoyan incondicionalmente a los Estados Unidos, de tal manera que los movimientos populares luchan contra estas clases pero también contra el poder imperial norteamericano.

El imperialismo de los Estados Unidos funcionó así hasta principios de los años 1970. Como explico en La condición de la postmodernidad, en ese período hubo una transición al postfordismo, y creo que después de la crisis de 1973 hubo igualmente una transición en el funcionamiento del poder imperial norteamericano: a partir de entonces se ejercitó de manera creciente a través de las instituciónes financieras internacionales, a través del poder de los Estados Unidos sobre el FMI y el Banco Mundial. Esto se hizo especialmente claro durante la era Clinton. Pero en los últimos dos o tres años hemos podido ver una ruptura de este sistema de imperialismo financiero, y un cambio hacia un tipo de imperialismo más militar. La pregunta es: ¿Por qué se están comportando así los Estados Unidos ahora? ¿Por qué se están involucrando en intervenciones directas como la de Iraq? Es evidente que no podemos explicar esto en base al 11/9, ya que ahora hay una evidencia muy fuerte de que los Estados Unidos iban a ir a Iraq de cualquier manera, y el 11/9 fue una excusa estupenda para hacer lo que de todas maneras iban a hacer. Yo creo que la razón de esta transición a un imperialismo militar es que ahora los Estados Unidos son económicamente débiles, no sólo desde el punto de vista de la producción, sino también financieramente, debido a su enorme deuda.

Esta forma de imperialismo militar de los Estados Unidos es muy diferente de la forma europea actual de imperialismo. A los europeos les interesa mucho más ejercer el poder imperial económica y políticamente, y son remisos a la utilización de medios militares. Parte del conflicto que existe ahora entre Europa y los Estados Unidos es sobre la forma de imperialismo a adoptar. Chirac es tan imperialista como George Bush, pero tiene concepciones muy distintas sobre cómo ejercer el poder imperial.

E: En la conferencia El otro Davos, en Zürich, usted comentó que en muchos sentidos Bush y Chirac son imágenes especulares el uno del otro...

DH: Sí, los dos llegaron al poder mediante una especie de elección ilegítima, los dos usaron la guerra de Iraq para ganar cierta legitimidad popular, y también como un vehículo para una política interna de derechas.

E: ¿Cuál es la relación entre el imperialismo financiero y el régimen postfordista de acumulación que usted ha descrito anteriormente?

E: Creo que el imperialismo financiero forma parte de la creciente flexibilidad característica del postfordismo. Los propios Estados Unidos tuvieron algunas dificultades a principios de los años 1970, con crisis fiscales, y este tipo de financialización fue una válvula de escape. Dejadme que os dé un ejemplo muy concreto: Nueva York estaba en medio de una enorme crisis financiera en 1975 y acabó declarándose en quiebra. El gran problema era que se habían erosionado las bases económicas de la ciudad y había que reconstruirlas. Una de las cosas que siguió a la crisis de 1973 fue el aumento por parte de la OPEP del precio del petróleo. Ahora sabemos, gracias al servicio de inteligencia británico, que en 1973 los Estados Unidos estaban preparados para invadir Arabia Saudí y Kuwait y ocupar los campos petrolíferos. Sabemos también que los Estados Unidos y Arabia Saudí hicieron un trato: los sauditas invertirán en los bancos de Nueva York el dinero que ganasen con la subida de los precios del petróleo, así que los Estados Unidos se quedaban con todo el negocio del reciclaje de los petrodólares. Nueva York se convirtió en el centro financiero de este sistema flexible, lo que llevó al resurgimiento de la economía neoyorquina. Durante los años 1990 hubo crisis financieras en todo el mundo -Asia del Este, América Latina, ...- y Nueva York se hizo increíblemente rica gracias a ellas.

E: Usted apuntó también que uno de los mecanismos del nuevo dominio imperial es la "acumulación por desposesión". ¿Cómo funciona este mecanismo?

DH: Creo que, desde el principio, uno de los objetivos de la nueva flexibilidad era encontrar nuevos campos para la acumulación de capital. Uno de los mayores impedimentos para esta acumulación era el hecho de que el capital no se podía introducir en la salud, en la educación, en la vivienda pública…, así que parte del programa de flexibilización era convertir todo esto en una mercancía para que el capital privado pudiese gestionarla. Por ejemplo, una de las primeras cosas que hizo Margaret Thatcher fue privatizar la vivienda pública tanto como le fue posible. Esto abrió todo un nuevo área de actividad en Gran Bretaña para la acumulación de capital, que antes estaba básicamente bloqueado. Después privatizó el agua, todo tipo de actividades estatales públicas, y finalmente llegó el desmantelamiento del estado de bienestar.

Pienso que deberíamos ver esto como parte de un largo proceso histórico que podemos llamar, en referencia a las privatizaciones en el campo británico, el "enclosure of the commons", el cierre de los campos comunales, la privatización de la propiedad comunal. Notad que, con el neoliberalismo, el capital utiliza a los gobiernos para privatizar, y curiosamente en el siglo XVIII también fue el gobierno británico quien cerró los "commons". Como la privatización abre nuevas oportunidades para la acumulación, los capitalistas pueden decir que tenemos una economía muy dinámica, pero el precio que hay que pagar por ello es que la gente pierde sus derechos comunales en todos los dominios que se privatizan. Por esa razón yo le llamo a esto "acumulación por desposesión".

E: Usted explica en El nuevo imperialismo que la acumulación por desposesión es en realidad otro nombre para lo que Marx había llamado acumulación primitiva. En ese sentido, hay que entender la acumulación primitiva como un proceso aún en marcha, más que como un momento histórico fundador.

DH: En efecto, se trata de un proceso que se está revitalizando muchísimo en la era neoliberal. Una de las cosas que yo hago es interpretar algunas de las características del neoliberalismo como un fenómeno de acumulación por desposesión, y un nuevo cierre de los campos comunales. Esto también se refleja en las respuestas políticas al neoliberalismo: uno de los argumentos del movimiento ecologista es que no deberíamos privatizar la propiedad colectiva medioambiental, y Naomi Klein, una de las figuras más significativas del movimiento altermundialista, escribió un texto titulado "Reclamando los campos comunales". Creo que este es uno de los grandes temas que tiene ahora mismo mucha resonancia política y que apenas tenía en los años 1950 o 1960.

E: Esto parece sugerir que tanto los planes de ajuste estructural del FMI como la invasión de Iraq son parte de la misma estrategia de acumulación por desposesión y privatización en el Tercer Mundo.

DH: No creo que ésa sea la única razón para invadir Iraq, pero está claro que los Estados Unidos quieren establecer un gobierno formal en Iraq en el que todo esté privatizado, y una parte de las objeciones norteamericanas al gobierno de Sadam era que no existían oportunidades para la acumulación de capital. Por otra parte, lo que hace el FMI con sus programas de ajuste estructural es privatizar "pacíficamente", aunque a menudo hay revueltas y protestas en contra. El Un ejemplo reciente del este proceso es el programa" la cuenta" de desafío de Milenio de la ayuda del la el norteamericana exterior. Se trata de un programa en el que los países en vías de desarrollo piden ayuda económica a los Estados Unidos, pero para poder recibirla tienen que satisfacer una serie de criterios. Uno de ellos es que el país tiene que adoptar una estructura institucional compatible con la de los Estados Unidos, y eso quiere decir que tiene que privatizar y fomentar los mercados privados... En resumen, los Estados Unidos dicen: si quieres que te ayudemos, tienes que adoptar nuestro sistema. Esto es una práctica imperialista. ¿Y qué puede hacer el país pobre, si necesita ayuda? Acabará por cumplir las exigencias de los Estados Unidos.

E: Parece que usted concuerda con otros analistas en que el Este asiático, y sobre todo China, es el centro emergente de la acumulación de capital. ¿Cómo está respondiendo el imperialismo de los Estados Unidos al auge del capitalismo asiático?

DH: Lo que está sucediendo en China en los últimos cinco o seis años es absolutamente extraordinario. El crecimiento de la economía global se debe en gran medida a todas las inversiones que se están haciendo en China. Este crecimiento está dando lugar a una reestructuración sorprendente del empleo en la manufactura: en los últimos tres años desaparecieron 200.000 trabajos de la zona de la maquiladora en México para irse a China. El auge de China como potencia es muy significativo: China tiene un tremendo superávit en su balanza de pagos con respecto a los Estados Unidos, y por lo tanto tiene la capacidad de ejercer influencia financiera sobre ellos. Debido a su enorme deuda, los Estados Unidos necesitan un gigantesco flujo de dinero para financiarla , y los chinos, japoneses y taiwaneses tienen un gran poder gracias a eso. Además, los chinos están siendo competitivos en todo tipo de áreas, como por ejemplo la tecnología de satélites. Creo que no es un accidente que Bush haya anunciado que Estados Unidos va a tener una estación en la luna tres meses después de que los chinos lanzaran un satélite. China pone muy nerviosos a los Estados Unidos, económicamente, políticamente, e incluso militarmente. Aunque Estados Unidos tiene un poder militar gigantesco en términos de tecnología, tienen más problemas cuando se trata de movilizar tropas, como vemos en Iraq.

Uno de los argumentos de mi libro es que la tentativa por parte de los Estados Unidos de controlar el petróleo de Oriente Medio, que tiene una larga historia, se volvió aún más importante ahora, y no tanto para proteger las fuentes de crudo norteamericanas, que son muy diversas, sino para controlar la economía global y la competencia por parte de otros bloques económicos: en primer lugar Japón y China, que no tienen fuentes de crudo propias y dependen del petróleo de Oriente Medio, y hasta cierto punto también Europa.

E: ¿Qué consecuencias va a tener la emergencia de China como potencia global?

DH: Una de las posibilidades a tener en cuenta es la siguiente: si China se convierte en la potencia hegemónica del Sureste asiático, habrá un bloque de poder emergente en la zona. Tendríamos entonces tres bloques de poder: el Este asiático, Estados Unidos y la Unión Europea, con una importante competición entre ellos. Esto nos llevaría a un imperialismo competitivo como el analizado por Lenin a comienzos del siglo XX, con la diferencia de que ahora sería entre bloques de poder, en lugar de ser entre países.

E: Este escenario daría lugar a una ruptura del mercado mundial en distintas áreas y a un retorno del proteccionismo, como sucedió en la era del imperialismo clásico...

DH: De hecho estamos viendo algunas indicaciones de semejante escenario, como cuando Bush impuso la tarifa para el acero y la Unión Europea lo denunció ante la OMC. Los europeos pretender atacar a los Estados Unidos también en otras áreas a través de la OMC, y creo que dentro de poco muchos países -incluidos China e India- van a empezar a atacar tanto a los Estados Unidos como a la Unión Europea debido a los subsidios agrícolas, que son una de las cuestiones más importantes en el mundo ahora mismo.

E: Usted sugiere también que otra posible alternativa podría ser un nuevo keynesianismo global...

DH: Si analizas las tensiones dentro del sistema capitalista, te das cuenta de que históricamente los períodos de rápida redistribución de los ingresos en los que los ricos se hacen increíblemente ricos -que es una de las características de la fase neoliberal en la que estamos- generalmente van seguidos de una crisis. Eso fue lo que pasó en los años 1920, y hubo una crisis profunda en los 1930. La razón de esto es que el capitalismo no puede sostenerse fácilmente cuando toda la riqueza está concentrada en una clase muy pequeña que no está dispuesta a renunciar a ella. Así que una posible solución para estabilizar la situación actual es algún tipo de keynesianismo redistributivo, no sólo en los Estados Unidos, sino también a nivel internacional. La pregunta que me hago a veces es: ¿defendería yo esa solución, por ser mejor que lo que tenemos ahora? A veces digo que un poco de keynesianismo y auténtica socialdemocracia no serían una mala idea, y en países como los Estados Unidos, donde alternativas más radicales son muy improbables, eso es lo más progresista que puedo imaginar. (...).

E: El último capítulo de Espacios de esperanza, Edilia, es de hecho un extraordinario ejercicio de imaginación utópica al estilo de Morris o Bellamy, en el que usted esboza una posible sociedad post-capitalista. ¿Qué piensa usted de alternativas más radicales al capitalismo, como por ejemplo el socialismo de mercado?

DH: Pienso que ciertamente identificar el capitalismo con el mercado es un error. Es como identificar el dinero con el capital. La pregunta que tenemos que hacernos es si hay maneras distintas de entender cómo funcionan los mercados. En Edilia sugerí que técnicas informáticas contemporáneas podían ser utilizadas para definir electrónicamente un sistema de intercambio mercantil, y creo que podemos y debemos utilizar algunas de las tecnologías actuales para impulsar formas distintas de organización social y política . A fin de cuentas, Marx siempre insistió en que la sociedad sólo puede construir lo nuevo a partir de lo que está latente dentro de ella, de lo que ya existe.

Más Europa para más europeos

Más Europa para más europeos

Escrito por Josep Borrell Fontelles, es Presidente del Parlamento Europeo
El Periodico - 03/01/05

En el año que hemos dejado atrás, la Unión Europea se ha ampliado a 10 nuevos estados, ha decidido abrir negociaciones con Turquía y ha aprobado un proyecto de Constitución. El divorcio transatlántico no se ha resuelto, el Pacto de Estabilidad sigue sin cumplirse ni reformarse y el euro ha seguido subiendo con respecto al dólar.
La ampliación al Este ha sido, en sí misma, un éxito histórico. El pasado 1 de mayo se acabó con el secuestro de la mitad de Europa perpetrado en Yalta y con la triste herencia de Hitler y Stalin. Nunca antes en la historia de nuestro continente tantos estados se habían asociado libremente para gestionar democráticamente sus intereses comunes.
Pero forzoso es reconocer que, con la ampliación, el proyecto de la Unión Europea ha cambiado su naturaleza. Probablemente mucho más de lo que nos dábamos cuenta. Ahora lo estamos percibiendo. Habrá que acostumbrarse a trabajar en una Europa más diversa y más heterogénea. En esta tarea, el Parlamento Europeo tiene un papel especial. Como única institución directamente elegida por los ciudadanos europeos, es el foro adecuado para que se expresen las inquietudes de estos nuevos países, que en ocasiones tienen tintes diferentes a las nuestras. La crisis de Ucrania, por ejemplo, no se ve igual desde Polonia que desde Lisboa.
Los portugueses, españoles y griegos entramos en la Comunidad Económica Europea guiados por el paradigma socialdemócrata centroeuropeo, que conjugaba crecimiento y protección social. Pero para los que ahora llegan el modelo social alemán no les sirve de modelo a seguir. Al contrario, todos quieren ser como Irlanda: mercados laborales desregulados, impuestos muy bajos y elevada inversión extranjera.
Enfrentada al riesgo de la competencia social y fiscal, el éxito real de la ampliación dependerá de que la Unión pueda mantener su política de solidaridad y cohesión. Para ello hará falta que sus recursos financieros estén a la altura de sus ambiciones, teniendo en cuenta que han aumentado mucho los desequilibrios entre los estados miembros.

Ésta es la cuestión que plantean las nuevas perspectivas financieras 2007-2013, que se van a comenzar a negociar en el 2005. Y, desde luego, no será reduciendo el presupuesto comunitario y haciendo más difícil el esfuerzo de solidaridad entre regiones más y menos desarrolladas como Europa se hará más visible a sus ciudadanos.
No es aceptable que cada vez haya más europeos a costa de que cada vez haya menos Europa. Que haya más ciudadanos en la UE exige aumentar los recursos que financian el proyecto europeo, so pena de que su dimensión sólo sirva para diluir su sentido. Desde esta perspectiva, es preocupante que los países que más favorables son a la adhesión de Turquía sean los más opuestos a aumentar el presupuesto de la UE. En esta materia, el papel del Parlamento Europeo será determinante, puesto que su acuerdo es imprescindible para aprobar los presupuestos del periodo 2007-2014. Una razón más para comprender la importancia de esta Cámara, que con la investidura de la comisión de Barroso ha alcanzado su mayoría de edad.
Al mismo tiempo que el euro sube frente el dólar, la productividad de la economía europea sigue disminuyendo con respecto a la de EEUU. Para remediarlo, el próximo año debería ser el de la revisión de la llamada Estrategia de Lisboa. A fecha de hoy, los objetivos que nos propusimos allí en el 2000 están lejos de alcanzarse y la responsabilidad recae esencialmente en los estados miembros.
Por poner un ejemplo, de las 40 directivas que guardan relación directa con estos objetivos, sólo siete se han transpuesto en todos los estados. Para hacerla más efectiva, convendría cambiarle de nombre, porque con el de Estrategia de Lisboa nadie sabe de lo que estamos hablando. Habría que bautizarla Estrategia para la competitividad, la cohesión social y la protección del medio ambiente, que es de lo que se trata. Sólo haciéndola comprensible podemos pretender hacer de ella un instrumento para mantener el modelo europeo, combinando la eficacia económica, la justicia social y un medio ambiente sostenible. Esos deberían ser los elementos característicos y diferenciales del proyecto político europeo.

PARA consolidar ese proyecto, el año 2005 nos traerá los primeros referendos de ratificación de la Constitución Europea. En España, el 20 de febrero. Ese proceso de ratificación, que se extenderá a lo largo de los dos próximos años en toda Europa, será una gran ocasión de hablar de más Europa a más europeos.
Las opciones son claras: una Europa políticamente integrada y más fuerte con la nueva Constitución o un continente que se vería frustrado ante el fracaso del intento más serio de unión política que nunca ha tenido.
Con la decisión sobre Turquía hemos dado un paso histórico, y el Parlamento europeo votó a favor de hacerlo. Empezamos un largo proceso que se prevé pueda durar 15 años o más. Las negociaciones con Turquía puede que no conduzcan finalmente a su adhesión, pero éste es el objetivo aunque la opinión en algunos países, Austria y Francia por ejemplo, sea hoy muy contraria. Turquía necesita aún grandes cambios antes de poder entrar en la Unión Europea.
Y todos deberemos realizar un intenso esfuerzo de explicación que evite los estereotipos, la caricaturización y los malentendidos históricos que nos separan. Pero antes de que la Unión englobe a más europeos, tendremos que superar muchos de los problemas que nos impiden tener más Europa. Éste es el gran reto del 2005. En definitiva, un 2005 lleno de desafíos para la Unión Europea.

El desafío mestizo

El desafío mestizo

Sami Naïr es profesor invitado de la Universidad Carlos III
El Pais – 04/01/05

Estamos en medio de un cambio de época, tenemos la sensación de que algo está desapareciendo mientras que la novedad del mundo aún no ha revelado un rostro reconocible. Estamos a la expectativa. El lugar en el que se desarrolla nuestra vida es la ciudad, que engloba el conjunto de las esferas de nuestra existencia, pero nuestra relación con la ciudad sigue prisionera de múltiples condiciones: familiares, sociales y políticas. Por definición, la ciudad es el lugar de encuentro, el espacio de la socialización, el crisol del intercambio humano. Pero la ciudad se ve asimismo presa de una transformación cuya importancia no medimos.

El cambio histórico: es, en sustancia, la globalización de lo humano. En los países más ricos pero también en casi todas partes, la ciudad se ha convertido, por la necesidad del trabajo y de los desplazamientos que generan la distribución internacional de la economía y la desigualdad de las riquezas, en el espacio en el que se encuentran unas naturalezas humanas diferenciadas, unos orígenes múltiples, unas visiones del mundo diversificadas, en ocasiones radicalmente opuestas entre sí. Ya no es sólo el lugar donde uno ha nacido, es también, y sobre todo, el espacio del que uno procede, del que uno emigra o al que uno inmigra.

Sabemos que ya a los antiguos griegos les resultaba muy difícil definir la ciudad: en Política, Aristóteles no se decide a proponer una definición rigurosa. Propone la "polis", palabra que designa al mismo tiempo la ciudad, la comunidad, el Estado, unas reglas de comportamiento, una reunión de personas diversas y la sociedad. Y añade, para fundamentar su punto de vista, que el hombre es un "zoon politikon", es decir, un ser de comunidad, de sociedad, de ciudad. Dicho de otro modo, la ciudad es la unidad entre el hombre como ciudadano y la comunidad como espacio y vínculo de existencia. Es un espacio y un tiempo, un suelo y un cielo.

Esta definición sigue siendo muy cierta. Debería incluso serlo todavía más hoy que en el pasado. Porque la fuerza de la propuesta de Aristóteles se deriva de que rechaza todo planteamiento étnico, confesional o tribal. Está articulada alrededor de la idea de pertenencia a una comunidad humana abstracta y a un territorio concreto. Aquello que conforma la ciudad, lo que une a los ciudadanos, es precisamente su condición de ciudadanos. Y nada más.
O, más bien, todo lo demás, es decir, la naturaleza del hombre, sus mitos, sus creencias, sus convicciones, están como envueltos en esta condición carnal y espiritual, esta función de ciudadanía, esta "politicidad". Rousseau, que estaba fascinado por esta prodigiosa invención griega, por este genio del humanismo naciente, pero que lamentaba que dicha concepción no pudiese aplicarse al individuo de la sociedad moderna, decía que, mirándolo bien, sólo un pueblo de dioses podía imaginar algo así.
Pero los hombres no son dioses... Como fundador de la gran filosofía de las luces, sólo veía un cimiento para la ciudad moderna: aquel que se establece en la articulación entre la razón y la voluntad, para dar nacimiento al contrato. Pero un contrato entre intereses, individuos que realizan un intercambio, sujetos de derechos y deberes. La abstracción del hombre se vuelve la condición de la socialización, la fuente de la comunidad humana.

Esta concepción es rebatida por los procesos contemporáneos de formación de la identidad social. Porque vivimos, al mismo tiempo que la entrada en la globalización de lo humano, una reacción inversa inducida por movimientos "identitaristas" inherentes a nuestra historia. Éstos se desarrollan a través de un seudomodernismo, un modernismo regresivo, que toma el aspecto de la diferenciación "identitaria", de la apología del origen y del "comunitarismo" particularista que la acompaña.
El contrato sigue existiendo, pero ahora está condicionado tanto por los intereses como por las determinaciones del origen, que atan al sujeto humano al color de su piel, a la religión transmitida por sus antepasados, a su "origen". Esta ideología regresiva se ha desarrollado con mayor facilidad porque la globalización económica, al provocar la desestabilización del Estado nacional, engendra la perturbación de la identidad social y provoca la aparición de nuevas formas de pertenencia.
La ideología "multicultural", que a menudo sirve para enmascarar una cultura dominante, legitima este proceso regresivo disfrazándolo con las virtudes de la democracia y del respeto a los demás. Pero la realidad sigue siendo la desaparición de la ciudadanía ante el individualismo, la dislocación de la pertenencia común en beneficio de la comunidad tribal, la crisis de la referencia nacional provocada por la sumisión al imperio mercantil, que aparece como la única verdadera comunidad en un mundo cada vez más tribalizado.

La ciudad es cada vez menos el espacio político en el que se elabora el futuro común. Un poderoso movimiento de disociación está en marcha y no afecta únicamente a los individuos, sino también a los grupos, que tienden cada vez más a particularizarse. Este repliegue provoca unas reacciones complejas. Una de las más importantes consecuencias remite a lo que se podría denominar la territorialización diferenciadora en la ciudad.
Con la modificación progresiva de los modos de producción, la decadencia de la industrialización y la gestión de las poblaciones de inmigrantes recientes, la ciudad moderna adquiere en casi todas partes el mismo aspecto: cada vez más, el centro está habitado por las capas medias tradicionales y nuevas, los inmigrantes son alojados en núcleos de confinamiento periféricos y las capas ricas viven en suburbios protegidos o en zonas residenciales económicamente prohibidas para los más desfavorecidos.

Esta territorialización se acomoda fácilmente a una fuerte exclusión social y étnica, delimita unas capas ya no sólo diferenciadas en función de su condición social, sino también, y sobre todo, en función de su "pertenencia" étnica y, cada vez más, confesional. La ciudad, por decirlo en una palabra, tiende a volverse "racista". Racista en el sentido de la distribución territorial de los individuos en función de sus supuestas "razas" o confesiones. No es que la determinación social haya desaparecido, es que ahora se le añade claramente la determinación étnica y confesional. La exclusión resultante incrementa los mecanismos clásicos de dominación y de marginalización.

La época de las retóricas "identitarias" legitima perfectamente esta territorialización. Postula un determinismo "identitario" que encierra a los individuos en una "pertenencia" originaria asfixiante. El camino hacia la universalización, que es propio de toda comunidad ciudadana, se ve frenado por el obstáculo de la "pertenencia". Aquel que busca la solidaridad universal siempre es remitido a su supuesto "origen". Una especie de fascismo suave de la identidad, de totalitarismo de las comunidades de pertenencia, vuelve irrespirable la atmósfera para aquel ciudadano que sencillamente va en busca de la solidaridad humana.
Esta ideología tiránica del origen es producto de un doble movimiento. Por un lado, a menudo surge, bajo una forma afirmativa o negativa, como una reivindicación de los propios grupos e individuos estigmatizados. Éstos transforman en su contrario aquello que es presentado como un estigma para convertirlo en algo perfectamente asumido o incluso en una cuestión de orgullo.
Es el negro que reivindica su negritud, el musulmán su islamismo, el judío su judaísmo, porque estas cualidades están estigmatizadas. No hace falta decir que esta actitud es, por definición, legítima. Pero entre la afirmación del Yo y la negación del Otro, la frontera no siempre está clara. Por otro lado, es la propia sociedad, al tomar conciencia de la exclusión identitaria de determinados grupos, la que busca concederles derechos en función de su especificidad. De este modo, procede a una discriminación "positiva" en nombre de la lucha contra la discriminación negativa. Pero una discriminación es siempre una discriminación, sea positiva o negativa (por no hablar de que se puede fácilmente pasar del derecho a la discriminación a la discriminación de los derechos).

Lo hemos visto en Gran Bretaña y en Holanda: en ambos casos se han afanado en reconocer unos derechos "específicos" que han conducido, bajo el pretexto de respetar la cultura del Otro, a justificar la poligamia, la opresión de las mujeres, etc. El ejemplo holandés es hasta tal punto caricaturesco que ha provocado una reacción xenófoba intensa en la sociedad: ésta se veía de pronto "amenazada", debido a la aparición de costumbres diferentes, por una inmigración musulmana pese a todo relegada a un gueto comunitario religioso, a su vez consecuencia de una concepción tontamente diferenciadora del vínculo social.
A fuerza de halagar aquello que separa, se ha terminado por generalizar la separación. Y unos grupos de presión, surgidos de esta parte de la población inmigrante, han utilizado su concepción trivialmente retrógrada del islam para tratar de imponerse como los únicos interlocutores ante los poderes públicos.
De igual modo, en España, el imán que escribe un libro para explicar cómo hay que pegar a una mujer, lo hace precisamente con el objetivo de separar a los inmigrantes musulmanes del resto de la población. De este modo, el contribuir a desvalorizar la religión a la que pretende servir es para él positivo, porque lo que busca es ganar legitimidad pretendiendo luchar contra esta misma desvalorización. Hay que tener el valor de decirlo: estas personas envenenan las relaciones sociales e impiden, para la gran mayoría de los inmigrantes, el acceso al lugar común. Son, al igual que los racistas, los enemigos acérrimos de la ciudad mestiza.

Nunca se repetirá lo suficiente que ninguna ciudad mezclada es posible sin valores comunes. Ello implica reglas, normas y obligaciones comunes. Los conflictos culturales y sociales, inevitables en toda sociedad, no pueden superarse únicamente mediante el respeto ingenuo de las diferencias, mediante la apología de lo que separa, aunque sea en nombre de la democracia y de la política de reconocimiento que se debe a unos individuos o grupos.
Sólo la búsqueda de una identidad compartida, que no es un producto de la naturaleza sino de la voluntad, permite construir estos valores comunes. Este camino, largo y difícil ya que consiste en fabricar voluntariamente la identidad común, implica una visión clara de los derechos y deberes en la ciudad. Porque la condición necesaria para la ciudad mestiza, lejos de los racismos y de las demagogias de la pertenencia exclusiva, afortunadamente es y seguirá siendo siempre la universalidad de lo humano.

El mundo al revés

El mundo al revés

Escrito por Javier Pérez Royo. Catedratico de Derecho Constitucional Universidad de Sevilla
El País - 08/01/05

Cuesta trabajo pensar que el lehendakari, Juan José Ibarretxe, considera que la aprobación parlamentaria de la reforma del Estatuto de autonomía es una decisión de la sociedad vasca y su eventual rechazo en el Congreso de los Diputados es un decisión partidaria del PSOE y del PP. Y sin embargo, eso fue lo que literalmente dijo en su conferencia de prensa de 4 de enero.

En mi opinión, lo que ocurre es más bien lo contrario. La decisión parlamentaria de aprobación de la reforma del Estatuto ha sido una decisión partidaria, con componentes esquizofrénicos, como el de Batasuna, que únicamente caben en decisiones partidarias y no en decisiones directas de los ciudadanos. La reforma del Estatuto no ha sido hasta la fecha una exigencia perentoria de la sociedad vasca, que se ha sentido bastante a gusto con el Estatuto de Gernika durante los pasados veinticinco años, como han puesto de manifiesto todos los estudios de opinión solventes. Han sido los partidos nacionalistas, mejor dicho, las direcciones de los partidos nacionalistas vascos las que han situado la reforma del Estatuto en el centro del debate político, sin que existiera una demanda en ese sentido por parte de la sociedad vasca. No hay, por lo tanto, hasta el momento una decisión de la sociedad vasca, sino una decisión de una mayoría parlamentaria expresiva en las últimas elecciones autonómicas de algo más del cincuenta por ciento de la sociedad vasca, con una oposición frontal de una minoría, expresiva de algo menos del cincuenta por ciento de dicha sociedad. Sobre esa decisión parlamentaria es sobre la que tiene pronunciarse ahora el Congreso de los Diputados.

Obviamente esa decisión la van a adoptar los parlamentarios integrados en los distintos grupos que existen en el Congreso. Pero en este caso sí que estoy absolutamente convencido de que la decisión que se adopte va a ser la expresión de una voluntad inequívoca de la sociedad española. Se equivoca el lehendakari si piensa que contra la reforma del Estatuto de autonomía aprobada por mayoría absoluta en el Parlamento vasco sólo están las direcciones de los partidos políticos españoles. Contra esa reforma está casi la mitad de la sociedad vasca y la casi totalidad de la sociedad española.

Justamente por eso, es por lo que la reforma del Estatuto propuesta no tiene posibilidad alguna de prosperar. No porque esté en contradicción con la Constitución española tal como está redactada en estos momentos, sino porque no es compatible con ninguna Constitución española imaginable, esto es, susceptible de ser aceptada de manera claramente mayoritaria por la sociedad española. En los términos en que se ha hecho la propuesta de reforma del Estatuto de Gernika no es posible llegar a ningún acuerdo. Sería un suicidio para la dirección de cualquier partido español intentar siquiera alcanzarlo, porque no podría conseguir posteriormente que fuera aceptado por los ciudadanos.

En la propuesta de la reforma del Estatuto vasco hay básicamente un componente partidario. El rechazo de esa propuesta es básicamente social. Aquí sí que va a haber una demanda clara e inequívoca de la sociedad española de que no se acepte dicha reforma. En pocos casos va a haber una coincidencia tan exacta y tan inequívoca entre la voluntad de los representados y la de los representantes como la que se va a producir en el Pleno del Congreso en el que se adopte la decisión sobre la aceptación o no de la reforma del Estatuto de Gernika. Exactamente al revés de lo que dijo el lehendakari el 4 de enero.

Ibarretxe se escora

Ibarretxe se escora

Escrito por Fernando López Agundin, es Licenciado en CC.Politicas y Periodista
El Mundo – 04/01/05

El desorden de tu nombre es ya algo más que un título literario de una excelente novela de Millás. Es el título político que mejor define la nueva situación de Ibarretxe. Ha conseguido lo que se proponía justo dónde, cómo, cuándo y con quién no se proponía. Por mucho que haga virtud de la necesidad, el lehendakari no puede ocultar que le han cambiado la agenda política.
Aprovechando que el Parlamento vasco es el único que no exige los dos tercios de los escaños, como en Cataluña, o los tres quintos para aprobar una reforma estatutaria, todo ha sido bien desordenado por la habilidad, cintura y pragmatismo de la «autoridad militar competente». Ha visto cómo se votó lo que no tenía previsto votar, con inesperados e incómodos aliados y en la peor de las condiciones peores. Sacó adelante su plan, desde luego, pero a beneficio de inventario. Porque el orden de los factores, sobre todo en política, siempre altera el producto.

De la tarde a la noche del penúltimo día del pasado año, Ibarretxe ha sido empujado hasta el rincón de la intransigencia. Entró en el Parlamento de Vitoria como el eje centrista, con sus dos manos libres, y salió con una bien encadenada a la de Batasuna. Perdió en el debate parlamentario ese espacio intermedio que determina los resultados electorales.
Ahora ocupa la izquierda de un escenario social, contradictorio en un partido ajeno al radicalismo, ocupado en la derecha por los populares mientras que los socialistas se aprestan a ocupar el centro entre la ruptura de Ibarretxe y el inmovilismo de Rajoy. Como ocurrió con Suárez durante la primera Transición, el centrismo vasco de la segunda trata de que la reforma no caiga en los cepos inconstitucionales ni en las trampas preconstitucionales. Siempre atento a esa mayoría silenciosa, mitad nacionalista, mitad constitucionalista, ajena a los mitos de Euskal Herria y del Santiago y cierra España.

Acaba, sencillamente, de desmoronarse el atípico contexto político que gestó el último Gobierno de Ibarretxe. Mikel ’Antza’ está en prisión, Aznar en las Azores y Mayor Oreja en Estrasburgo.Ni Otegi le veta -acaba de votarle su plan- ni Zapatero le empapela -se opone a las interesadas iniciativas judiciales o policiales de los de siempre-. Queriendo o sin querer, ése es el resultado del muy meditado voto de Batasuna. Le ha dado unos escaños a cambio de mantener atados sus propios votos sin preocuparse del rebote electoral que puedan tener esas malas compañías en algunos sectores del nacionalismo democrático. Se han terminado los bloques, los juegos de patriotas y los choques de trenes que ansían los nostálgicos de Vitoria y Madrid. Hay que situarse ante el nuevo escenario.

Nadie ignora que lo que está en juego en las próximas elecciones es la consecución de una nueva mayoría de signo transversal que permita la apertura de una mesa de todos los partidos políticos para la elaboración consensuada de un nuevo plan del Parlamento vasco

«Estatutu berri on?»

Escrito por Inmanol Zubero, es profesor de Sociología de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) y secretario de la plataforma Aldaketa-Cambio por Euskadi.
El Pais – 04/01/05

No era fácil en la última mañana del año 2004 desprenderse de la sensación de que algo se ha roto definitivamente en nuestro país. Algo muy importante, que va (que iba) mucho más allá del balance de transferencias, del cálculo de cupos o del nivel de autogobierno. Algo de complicada objetivación y, por ello, de difícil valoración contable; pero algo fundamental, pues era lo único que nos constituía como polis vasca.
En su última sesión, el Parlamento vasco dijo sí al plan Ibarretxe y, con ello, dijo no al Estatuto que hasta ahora nos había reunido. Lo hizo posible una improbable coalición de ideales, intereses y desatinos. PNV y EA han apoyado una propuesta que, de no haberse aprobado, hubiera conformado su programa en las ya próximas elecciones; EB ha dicho sí en Vitoria a lo mismo que IU dirá no en Madrid; y Sozialista Abertzaleak ha dicho sí y no a la vez, advirtiendo de su voluntad de decir no, y sólo no, tan pronto como la propuesta de nuevo Estatuto Político pase del "nuevo modelo de relación con el Estado español" recogido en el preámbulo a la "asociación al Estado español" de su artículo 1. Ingeniería política con label vasco y Q de quebradura. Aquella raya en la arena dibujada en Lizarra, que fue provisionalmente borrada por la marea de la violencia, ha vuelto a trazarse de nuevo: el nosotros vasco es hoy, más que nunca antes, un "nosotros dos". Aquellas que debían ser instituciones de todos, el Parlamento y la Lehendakaritza, han sido el escenario y el ejecutor de esta vivisección.

En consecuencia, no es fácil, cuando me siento ante el ordenador, dejar a un lado la preocupación. La lectura de la prensa no ayuda demasiado a reconducir estas ominosas sensaciones. "A muchos se les puso cara de tsunami", publica la última de Deia. "Tsunami en el Parlamento Vasco", titula Mariano Ferrer su artículo de El Mundo. "Se removieron los cimientos" dicen en Gara. Tan excesiva analogía, si tenemos en cuenta la tremenda destrucción del maremoto de Indonesia, no deja sin embargo de tentar al comentarista. Si allí el terremoto desplazó el eje de rotación del planeta Tierra, aquí se ha desplazado el eje de rotación del planeta Euskadi.

Sólo me tranquiliza la reacción templada del PSE y del Gobierno de Rodríguez Zapatero. Y es que a partir de ahora debemos evitar, más que nunca, que el proceso que se nos avecina pueda hacerse pasar como un enfrentamiento entre "La Soberana Voluntad de los Vascos y las Vascas Representada por el Parlamento Vasco" y "Madrid". Si algo ha provocado la solipsista estrategia soberanista es la disolución del sujeto político vasco. A pesar del resultado final, todo el mundo ha podido ver cómo 35 parlamentarios vascos argumentaban su oposición a la propuesta: el 46,6% del Parlamento; el 47% si contamos sólo los votantes efectivos; el 43% si descontamos esos tres votos negativos de SA. Sin fallos técnicos ni errores humanos que encubran la voluntad real de los votantes. No son la mayoría, pero son muchos. Así pues, muerto el Estatuto que constituía la polis vasca, que nadie pretenda representarla en exclusiva.

A partir de ahora, habrán de permitir que muchos ciudadanos vascos no nacionales expresemos pacífica y democráticamente nuestra desafectación hacia el proceso que ahora inician y hacia el objetivo que persiguen (si logran que las cuatro patas en que se sostiene caminen al unísono). Hablo de desafectación, que no de desafección (mala voluntad) ni de defección (separación desleal de una causa común), actitudes estas últimas que han caracterizado la relación del nacionalismo vasco con el marco de derechos y libertades que nos ha permitido a todos construir Euskadi y a ellos gobernarla.

Hablo de desafectación; es decir, de considerar que el proyecto de Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi nace radicalmente desvinculado de cualquier uso común y de actuar en consecuencia. No es nuestro proyecto. Hemos de decirlo aquí, en Euskadi. Alto y fuerte. Aquí. Nosotros, los ciudadanos vascos no nacionales.

Imprevisiones y Temporales

Imprevisiones  y Temporales

Escrito por Felipe M. Cañibano
30-12-04

A varias reflexiones nos lleva lo acaecido con motivo de los temporales

Una primera tendría que ver con las actitudes tomadas por el partido del gobierno y resto de oposición, cuando se encontraba en la oposición posiblemente se produjo un “exceso verbal” en sus criticas. Aun no dejando de reconocer que los temporales sufridos no tienen parangon en varios decenios, está bien la "autocritica" realizada por la Ministra de Fomento Doña Magdalena Alvarez.

Una segunda, tendría que ver con la “regañina” llevada a cabo por la responsable de Protección Civil hacia los conductores cuando hacia saber que, cuando menos el 60 por ciento de sus vehículos no circulaban con cadenas. Todo esto en los primeros momentos del temporal y sin procedimiento “demoscopico” convalidado. ¿Llevaban los agentes de tráfico, estadillo de control ?, etc. Etc. No seguimos. La respuesta del Presidente del Gobierno nos parece adecuada.

Una tercera, tendría que ver con la disposición de los medios propios por parte del Gobierno de España para poder intervenir desde el primer momento. Esta bien que se estudie lo que pasó y que se reconozca que existieron errores y se subsante. Pero a los responsables de la confección de los planes o protocolos de actuación han de pagar políticamente lo sucedido.

Una cuarta, tendría que ver con la actuación de los servicios de las concesiones (autopistas) en sucesos de este tipo. ¿Está previsto algún tipo de intervención por parte de las concesionarias y de control por parte del Ministerio competente? ¿Qué actuaciones tuvieron lugar con motivo del presente suceso?

Una quinta, tendría que ver con las posiblidades de intervención en el caso de empresas privadas de la Administración Local (por ser la más próxima al ciudadano). ¿Qué tipo de control y obligaciones se tiene en el caso de situaciones de emergencia o catastrofes?

En todos los casos pedimos más previsión y más certeza

ver noticias sobre el temporal

¿Contagiará Ucrania a Rusia?

El pulso de la prensa internacional
Escrito por Carlos Elordi
El Periódico - 29/12/04,

Como era de suponer, la prensa occidental ha aplaudido sin reservas el triunfo de Viktor Yuschenko. Y aunque la preocupación ha teñido buena parte de los comentarios relativos a cómo pueden transcurrir, a partir de ahora, los acontecimientos, la sensación que en general transmiten los análisis es que no se teme un desastre y, más bien, se prevé que las decisiones del nuevo Gobierno se irán adaptando a las limitaciones que la realidad impone y, particularmente, a la necesidad de llevarse bien con Rusia.
Así lo ha visto THE NEW YORK TIMES: "Yushchenko ha prometido acabar con la élite corrupta que se enriqueció con la privatización de los recursos estatales. También ha asegurado que orientará a Ucrania hacia Europa y hacia Occidente. Pero si quiere que esa mitad de la población que cree que ha perdido las elecciones deje de hablar de separatismo, también tiene que restablecer sus relaciones con Rusia". El editorial del FINANCIAL TIMES también ha ido por esa línea.

Pero el análisis que ha hecho Daniel Vernet en LE MONDE plantea la cuestión desde la óptica de la otra parte, la de Moscú, y esa visión complica no poco las cosas: "Para Vladimir Putin la victoria de Yuschenko es un duro fracaso. ... Pero, contrariamente a lo que ha repetido la propaganda del Kremlin, no existe riesgo alguno de que Ucrania dé la espalda a Rusia. ... No era eso lo que Putin temía de un éxito de Yuschenko. Ni tampoco el fin del sueño de la 'reunificación' de Ucrania y Rusia, dado que el presidente ruso es lo suficientemente realista para saber que, en la actual situación internacional, todo lo que pueda parecer una reconstitución de la URSS es imposible. Una Ucrania bajo su influencia le basta a su diseño geopolítico".
"Y si el nuevo presidente debe la tercera vuelta, y su elección, a los europeos --prosigue Daniel Vernet--, éstos, asustados por su propio coraje, se han apresurado a tranquilizar a Moscú y asegurarle que la adhesión de Ucrania a la UE no figura en el orden del día. ... Más que la orientación internacional de Ucrania es su régimen político interior lo que preocupa al jefe del Kremlin. Un hombre de orden como él no soporta la idea de que las urnas puedan decidir libremente la suerte de un Gobierno.
... Al igual que la 'revolución de las rosas' de hace un año en Georgia, la 'revolución naranja', amenaza a la internacional 'nomenklaturista' que ha conservado del sistema soviético un modo de ejercer el poder que es incompatible con el pluralismo. Y amenaza también en Rusia. Aunque la influencia del aparato político-policial ... es más fuerte en Moscú que en Kiev".

Boris Kagarlitsky, columnista de THE MOSCOW TIMES, un diario independiente que se edita en inglés en la capital rusa, ha abundado en lo anterior: "La 'revolución naranja' ha llevado la esperanza a los corazones de la oposición liberal rusa y generado grandes temores en el corazón del Kremlin. ... Pero una comparación sencilla entre las situaciones de Ucrania y de Rusia revela que no hay motivos para esperar una repetición de la 'revolución naranja'.
... La sociedad ucraniana ha seguido siendo extremamente soviética y se parece a Rusia de mitad de los 90. Eso define la naturaleza de las movilizaciones de masas en ambas partes. ... De otro lado, el sistema político ruso es mucho más estricto que el ucraniano. ... En Rusia a Yuschenko no se le habría permitido siquiera levantar la cabeza"

«Bailaba con lobos»

«Bailaba con lobos»

Escrito por José Saramago
El País - 29/12/04
No volveremos a ver la melena blanca de Susan Sontag, no escucharemos nunca más su voz fuerte y a la vez aterciopelada, no encontraremos en los periódicos los artículos de análisis, de crítica y también de protesta e indignación que nos aseguraban que la honradez intelectual seguía obstinada en no ser una mera conjunción de vocablos.
Tampoco sus novelas y ensayos luminosos tendrán continuación. Ahora mismo los Estados Unidos deberían de estar de luto si el luto cívico fuera, hoy por hoy, en este país, compatible con la atmósfera perversa y enrarecida que el poder da a respirar a la mentalidad de sus ciudadanos.
Susan Sontag "bailaba con lobos", ella misma era una loba, y a veces ululaba de desesperación porque el dolor no se acaba en el mundo, porque la guerra no se acaba en el mundo, porque lo humano tarda en llegar y lo inhumano nos va calcando a los pies todos los días y en todos los lugares. Adiós, Susan, no volveremos a vernos.
Te voy a echar de menos, te lo aseguro. Tú ya eres, según el tópico manido, una "pérdida irreparable". Mañana comenzaremos a saber mejor hasta qué punto.

Democracia (La)

Democracia (La)

Escrito de Felix Gordon Ordas *
Fotografía de Pepe Gracia

(…)
Aquí se publica un diario, organo del partido [partido republicano], que se titula “La Democracia”. Este periodico se moría por el abandono de todos. Y para que pudiera salvarse han tenido que arrendarselo a un socialista, a un simple obrero, muy inteligente, que ha salido de la nada para convertirse en la personalidad política de más relieve en León. Este obrero, que se llama Miguel Castaño Quiñones y a quien yo considero un amigo fraternal, ha conseguido en la lucha contra el Sr. Merino obtener alguna mayoría en las elecciones muncipales, mientras los republicanos no se atrevían a presentar un solo candidato. (…)
La unica nota simpatica que palpita en el Republicanismo leonés es “La Democracia”. En este periodico trabajan unos cuantos muchachos bajo la dirección de Publio Suárez Uriarte, el exquisito cronista. Todos ellos son cultos y entusiastas y algunos destacan vigorosamente. Alfredo Nistal Martínez, un hijo espiritual de Heine, mejor humorista que Julio Camba y más poeta que Valle Inclan, un jovenzuelo que causará un alboroto en Madrid el dia que venza su inverosímil timidez y se decida a pelear a pecho descubierto en ese medio de consagración. Fernando Blanco un excelente pintor de la vida provinciana; Rafael de Pina, poeta delicado y buen prosista.
Esos cuatro individuos y Miguel Castaño Quiñones, son los únicos que procuran elevar en León el espiritu republicano. (…)

*: HISTORIA DE LEON. Vol III :“Edades Moderna y Contemporánea”. Pagina 1997, editado por LA CRONICA DE LEON 1997.

Feliz 2005

Feliz 2005

Fieles a una arraigada tradición, por la que buena parte de la gente opta por alejarse del mundanal ruido cuando llegan las fiestas navideñas, Ceranda suspenderá la edición hasta el lunes 10 de enero de 2005

La libertad es uno de los más
preciosos dones que a los hombres
dieron los cielos; con ella no pueden
igualarse los tesoros que encierran
la tierra y el mar: por la libertad,
así como por la honra, se puede
y debe aventurar la vida.

Cervantes, El Quijote

EXIGENCIA CIVICA, EXIGENCIA CIUDADANA

EXIGENCIA CIVICA, EXIGENCIA CIUDADANA

Escrito por Felipe M. Cañibano
01-01-05

Estos días y a raíz del empleo tan extendido del vocablo cívico/civismo en diferentes ámbitos políticos y con motivo de sucesos de índole diversa, algunos amigos/as me han planteado cual es el concepto que tengo del citado término. Fruto de ese pensamiento son las reflexiones que siguen, sin enmarcarlas deliberadamente en situaciones concretas.
Los más comprometidos políticamente entendemos como primera obligación ciudadana el enfrentamiento ideológico y la denuncia de quien ocupa el poder.
El civismo no es un ideal único y eterno , establecido de una vez por todas en la república de las ideas. En efecto, se trata de una construcción histórica siempre debatida cuyo objetivo esencial es permitir que todos seamos voluntariamente responsables de la gestión de la sociedad. Cada país suele tener sus déficits específicos.
En España es la confusión en torno a las atribuciones de la autoridad política . Entre nosotros existe la creencia generalizada que quien ostenta un puesto de relevancia publica puede permitirse más cosas que el resto de los ciudadanos. Así se espera de él portentosos y espectaculares milagros e igualmente se comprendan o disculpen determinadas actitudes … cuando en realidad, quien ocupa un alto cargo debería saber que puede permitirse menos genialidades que los ciudadanos comunes e incluso debe renunciar – precisamente por la parcela de poder que detenta en la administración de los bienes comunes- a los comportamientos inocentes en otra posición social. Por eso quienes son incapaces de renunciar a sus caprichos o vicios no deben aspirar a representación de clase alguna.
La ciudadanía no sólo consiste en renuncias y aceptación de tabúes razonables, sino que exige también disposición a formarse, argumentadamente, un criterio propio.
Es criterio conocido que los gobernantes, los revolucionarios, los periodistas, los catedráticos … por no hablar de los representantes de la Jerarquía eclesial, suelen mentir de forma compulsiva y reiterada (como forma de reafirmación de su “ego”). Sucede que como ciudadanos nos encontramos en estos momentos con una herencia, proveniente del estado del bienestar, que nos permite estar debidamente formados desde el punto de vista informativo, donde abundan medios de comunicación de masas a través de diversos soportes (libros, periódicos, radios, Televisión e Internet). Ser asiduo de ellos y, sobre todo, contrastarlos es un buen ejercicio de gimnasia civica y democrática.
Continuemos con ese ejercicio de civismo, que como el ser demócrata –en mi concepción- resulta una tarea inacabada, pero eso ya es otro tema.

Zh2o

Zh2o

Escrito por Felipe Mtnez Cañibano
10-12-04

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La democracia a escala europea

La democracia a escala europea

Escrito por Josep Borrell Fontelles. Presidente del Parlamento Europeo.
EL PAIS 19-11-04

Al valorar un acontecimiento importante, todos abusamos en ocasiones del término "histórico". Sin embargo, se ha utilizado de forma oportuna para calificar el papel inédito desempeñado por el Parlamento Europeo en la formación de la nueva Comisión presidida por José Manuel Barroso.

En efecto, el 27 de octubre, el presidente Barroso comprendió que no tendría un apoyo político suficientemente fuerte y pidió un aplazamiento para remodelar su propuesta de Colegio de Comisarios.

Y el 18 de noviembre, el Parlamento Europeo invistió a la nueva Comisión de Barroso por 449 votos a favor, 149 en contra y 82 abstenciones. ¿Qué enseñanzas cabe extraer de este momento importante de la democracia parlamentaria europea?

En efecto, el 27 de octubre, el presidente Barroso comprendió que no tendría un apoyo político suficientemente fuerte y pidió un aplazamiento para remodelar su propuesta de Colegio de Comisarios.

Y el 18 de noviembre, el Parlamento Europeo invistió a la nueva Comisión de Barroso por 449 votos a favor, 149 en contra y 82 abstenciones. ¿Qué enseñanzas cabe extraer de este momento importante de la democracia parlamentaria europea?

Antes del 27 de octubre, numerosos comentaristas se referían a las comparecencias como el simple e inútil formalismo de un Parlamento considerado como un "tigre de papel". Después se ha hablado de "crisis institucional". No puedo sino rechazar este análisis. A mi modo de ver, ni las comparecencias eran un formalismo ni el rechazo a la Comisión de Barroso ha abierto una crisis. Hay crisis cuando se produce una situación imprevista, de la que no se sabe cómo salir. En este caso se dio una situación nueva pero perfectamente previsible. Se hubiera producido tarde o temprano. Y la situación se ha resuelto en un plazo muy breve, inferior a un mes.

Todos los países de la Unión Europea practican una democracia parlamentaria. Su principio fundador, el mismo que la define en derecho constitucional, es el de la responsabilidad del poder ejecutivo ante el poder legislativo. Lo cual significa que el primero no puede existir ni subsistir sin la confianza del segundo. En cada uno de los Estados de nuestra Unión, la construcción de la democracia ha pasado de este modo por momentos cruciales en los que se ha ejercido este derecho fundamental de los representantes. A escala europea, nuestros textos fundadores, los tratados por los que se rige nuestra Europa, han ido adoptando progresivamente este mismo principio. Desde su revisión en Amsterdam, en 1997, se requiere expresamente esta confianza del Parlamento Europeo. Éste inviste en primer lugar al presidente de la Comisión y, a continuación, a la Comisión en su totalidad. Este poder de investidura establece el nexodemocrático vital entre las elecciones y la Comisión Europea, el "Gobierno de Europa". La Constitución europea, sobre la que se pronunciarán todos los países, después de Lituania que acaba de hacerlo, lo refuerza.

Algunos creían y deseaban que este poder fuera una mera formalidad. ¿Pero qué democracia europea estaríamos construyendo paso a paso si el poder atribuido no se ejerciera realmente? Una democracia de fachada. ¿Qué sería este Parlamento Europeo elegido por sufragio directo de los ciudadanos, si se limitara a obedecer las órdenes de los Gobiernos nacionales? Una Cámara de registro. ¿A qué equivaldría el examen parlamentario de las capacidades y opciones políticas de los candidatos a comisarios, mediante comparecencias públicas, si se respaldara a dichos candidatos independientemente del resultado de este trabajo democrático? A una tertulia más o menos entretenida. Un examen final sin posibilidad de penalización.

El debate se ha centrado en gran medida, aunque no exclusivamente, en temas de sociedad extremadamente sensibles: la cuestión crucial de la política de asilo y de inmigración, el papel de la mujer en la vida familiar y profesional, la no discriminación de las personas en razón de sus preferencias sexuales, y la relación entre ética y política. En una Europa que acaba de dotarse de una Carta de los Derechos Fundamentales, es normal que se sometan a debate este tipo de asuntos. Pero el Parlamento Europeo jamás ha discriminado a nadie por sus creencias. Si un no creyente o un musulmán se hubiera expresado de la misma manera, hubiera generado el mismo rechazo.

El Parlamento Europeo ha desempeñado su cometido institucional y político, nada más y nada menos. Era normal, por otra parte, que se expresaran opiniones a favor o en contra de las posiciones expresadas por algunos comisarios. El Parlamento estaba objetivamente dividido, pero independientemente de las apreciaciones de cada uno sobre uno u otro comisario designado, todo el mundo está de acuerdo hoy en que su papel institucional se ha visto reforzado. En el debate que tuvimos el 17 de noviembre, la casi totalidad de los presidentes de los grupos políticos, el mismo presidente Barroso, así como el presidente del Consejo Europeo -primer ministro de los Países Bajos, señor Balkenende-, se expresaron en este sentido.

Del mismo modo, e independientemente de las opiniones al respecto, el debate ha demostrado que nuestra Unión, más allá de sus características económicas, se basa en valores fundamentales comunes. Creo sinceramente que el Parlamento ha contribuido a reforzar los valores en los que se fundamenta Europa.

Esto se reflejó además en la onda expansiva de los debates del Parlamento Europeo. Nunca anteriormente la formación de una Comisión había suscitado tanta atención pública, tanta cobertura de los medios de comunicación, ni tanta atención de los propios ciudadanos. A menudo se oye el reproche de que "Bruselas" o "Estrasburgo" forman un universo cerrado, incomprensible, técnico.

No podemos sino alegrarnos de que haya pasado a ser abierto, accesible, político. Es mi deseo que la vida política encuentre otras ocasiones de centrar sus debates en el escenario público europeo. De este modo habrá más ciudadanos que participen en las elecciones europeas.

Sería erróneo interpretar estos acontecimientos como una lucha de poder entre la Comisión y el Parlamento. Cada una de estas dos instituciones sabe perfectamente que no le interesa debilitar a la otra. Al contrario. Europa necesita un Parlamento creíble y una Comisión fuerte. Hoy los tenemos más que ayer. Su complementariedad proviene, en primer lugar, de la experiencia de las democracias nacionales. Los Parlamentos vivos y poderosos son aquellos que saben trabajar en sinergia con los Gobiernos, de tal manera que cada una de las partes pueda ejercer plenamente su función. La debilidad de los Gobiernos de la IV República en Francia, o de las primeras décadas de la República Italiana, repercutió sobre los Parlamentos correspondientes, arrastrando incluso en ocasiones al propio régimen. Un ejemplo contrario lo constituyen el Congreso estadounidense, que goza de poderes considerables, independientemente del poder presidencial, la Cámara de los Comunes y otros muchos Parlamentos nacionales de nuestra Europa, que cumplen plenamente con su cometido legislativo y de control, apoyando al mismo tiempo a un Gobierno mayoritario y estable.

A esta primera razón se añade otra, específicamente europea. En toda la historia de la construcción europea, casi siempre han actuado de forma concertada. Ambas instituciones encarnan el interés general europeo. Ambas extraen su legitimidad de la superación de las consideraciones nacionales. Los comisarios proceden de los Estados, pero han de mantener su independencia frente a ellos. Los diputados al Parlamento Europeo se eligen en los ámbitos nacionales, pero acto seguido pasan a formar parte de grupos políticos europeos, donde se mezclan y superan las nacionalidades.

Durante los acontecimientos que han marcado este otoño, el Parlamento nunca ha tenido la voluntad de debilitar a la Comisión. Y al final habrá logrado una Comisión reforzada. Reforzada, porque se beneficia de una investidura mucho más amplia de la que quizá hubiera podido obtener la primera Comisión propuesta. Reforzada, porque las modificaciones que se han introducido permiten una mejor adecuación entre competencias y capacidades incluso si algunos grupos políticos y diputados individuales no las han considerado suficientes. Reforzada, porque la opinión europea, canalizada a través de los representantes electos europeos, se ha expresado. ¿Y qué es la democracia sino el gobierno de la opinión, la conducción de la política en función de la voluntad del pueblo? A escala nacional, todos, o casi todos, están ahora convencidos de ello. Y ya era hora de que esto también se plasmara a escala europea.