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Economia/Trabajo

SERVICIOS Y PRESTACIONES SOCIALES: LA RBC COMO PRESTACIÓN

SERVICIOS Y PRESTACIONES SOCIALES: LA RBC COMO PRESTACIÓN Escrito por Horacio Garcia Pacios
es Trabajador Social

El trabajo social se sitúa en un proceso orientado a facilitar, a individuos, grupos y comunidades, el acceso a la diversidad de recursos que necesitan, respetando y promocionando a aquéllos cuando plantean demandas o carencias socialmente reconocidas como de responsabilidad pública. Los servicios sociales son, junto a las prestaciones sociales, una manera fundamental en que se formalizan dichos recursos. Los primeros (servicios) son medios puestos a disposición de la comunidad para uso y disfrute colectivo. Y sus funciones principales se resumen en cuatro: 1ª) promover la integración social de todos los ciudadanos; 2ª) prestar protección social necesaria a cualquier ciudadano en estado de necesidad; 3ª) promover la prevención de la marginación social; y 4ª) atender preferentemente las áreas de actuación en grupos de población con mayores carencias. Las segundas (prestaciones) son medios proporcionados a los individuos para su uso privado, pero que cumplen una función social, ya que están orientadas a satisfacer necesidades sociales de dichos individuos. La RBC se incluiría dentro de las prestaciones sociales, pero desbordando el concepto tradicional de prestación social dirigida a pobres y marginados puesto que, al ser universal e incondicionada, también se dará a los ricos.
Entendemos por necesidad social aquella que transciende las posibilidades de satisfacción por parte de la propia persona necesitada, requiriendo la intervención pública e institucional para su cobertura. Así ocurre con las necesidades básicas (alimento, refugio, vestido, calzado, higiene…) de un número creciente de personas conciudadanas o extranjeras. Los efectos del neocapitalismo, el “fin de la civilización del trabajo” (fijo y de por vida) y la imposibilidad de alcanzar el pleno empleo estable y con derechos, hacen que el trabajo asalariado no sea ya habitualmente, para muchos, el vehículo proporcionador de los medios económicos para la subsistencia.
La respuesta a esas demandas y carencias, en las referidas circunstancias, se entiende cada vez más como una responsabilidad de los poderes públicos. Recordemos que según el art. 9.2 de la CE “Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”. La RBC vendría a darle una aplicación más real. Conviene, pues, establecer la RBC por meras razones de utilidad económica (dinamización de la economía, control de la infracción, equilibrio, mayor sostenibilidad y beneficio social…). Pero, al mismo tiempo, cabe destacar algunas de las repercusiones más beneficiosas de esta medida en el orden social:
1º) Permitiría romper la “trampa de la pobreza” consistente en que para recibir ayuda de los Servicios sociales “hay que ser un desposeído, lo que aboca a la marginalidad y ociosidad delictiva”. 2º) Crearía el clima propicio para cumplir más y mejor la función integradora que tradicionalmente se viene atribuyendo a los servicios sociales (Si bien no es la panacea ni permite sustituir a los servicios sociales. Se equivocan quienes intenten eliminarlos por aplicar la medida desde una óptica cerrilmente neoliberal. 3º) Establecería buenas condiciones para hacer un trabajo social más eficaz, pues muchas medidas bienintencionadas tienen efectividad efímera porque se estrellan contra el muro del paro estructural. Pensemos en grupos específicos: parados mayores de 40 años, mujeres maltratadas, jóvenes que desean emanciparse, expresidiarios, exdrogadictos, etc., etc. Imaginemos el impulso positivo que supondría para la libertad e igualdad del ciudadano necesitado el tener garantizado, por ley, un mínimo de subsistencia. 4º) Prevendría la precarización y marginación de colectivos cada vez más amplios. La RBC, lejos de incentivar la vagancia, permitiría un reproche social fundamentado de la misma y desactivaría la justificación de conductas antisociales provocadas por el maltrato que recibe a diario el ciudadano en una sociedad marcada por el economicismo más selvático. 5º) Por último, al ser incondicional, ahorraría dinero y burocracia, permitiendo una mejor utilización de los recursos. ¿Quién no ha oído hablar de la parte tan substanciosa dedicada a controlar las prestaciones condicionadas?

Fuegos y Amargores

Escrito por Juan Garcia Campal

El Mundo-La Cronica -08/08/05



Ahora, cuando me pongo a escribirles, sabado, la ola de calor que, como antaño la de pronografia y erotismo, nos invade por doquier se rompe afortunadamente en Bocamar gracias al rompeolas que representa el aire del noroeste. No arrastra el calor consigo, cierto. pero ayuda a acarrearlo a cuestas, a sobrellevarlo.

Rompe la bondad de la tarde de una exagerada columna de humo que, con su mal presagio, cruza hasta el oeste entristeciendo el paisaje y a quien lo contempla. Trayéndonos el recuerdo, la presencia de las vidas perdidas en la lucha contra el fuego, del daño producido en la naturaleza tan perezosa en su recuperación. Es ahora Castilla y León quien sufre la vehemencia del fuego. Abulenses y leoneses quienes principalmente sentimos el quemazon de la tierra, quienes vemos, ardientes de rabia e impotencia, la irracional manera en que nuestro patrimonio natural como humo se va.

No es descartable que sean estos incendios fortuitos, las investigaciones lo esclareceran, pero a mi me cuesta creerlo. Y aunque tambien me cueste creer que existan personas que atenten contra ese patrimonio común -se niega la razón a comprender las sinrazones- es de todo punto necesario que caiga sobre ellos, con todo rigor, el hacer de la justicia.

Estan quemando nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Y para ello que duda cabe que es imprescindible la colaboración ciudadana, la condena social, la intolerancia más absoluta con quien no muestre, no solamente el respeto, sino la prudencia mas absoluta con lo que, al margen de la titularidad, es un bien social, el patrimonio forestal. Nunca mas que ahora es cierto que cuando el monte se quema algo nuestro se quema.

En otro orden de cosas y no por ello llevando la mirada a lugares mas claros, en esta semana recuerdo la división de los sindicatos agrarios, perdon, organizaciones profesionales agrarias, con respecto a la propuesta contra la reforma del azucar. Mientras que la UPA no asistió a la manifestación del pasado viernes, si lo hicieron Asaja y Coag, acompañados como solidarios ciudadanos, de distinguidos cuadros del PP. En mi ignorancia, coincido con los convocantes en hacer de la remolacha "un problema de Estado".

Mas si tenemos en cuenta que de ella viene el azúcar y el tono amargo que ultimamente tiene la cosa politica en esta España nuestra.

Presten todas las administraciones, competentes e incompetentes, la debida atención al sector y su reforma y dulcifiquen los politicos el tono de sus decisiones. La ciudadania,los paganini, les ponemos mucho más humor a la cosa.

Nota del Editor:

En este asunto hay mucho irresponsable. Los de la "plataforma" y hablo en plural. Y los de la anti-plataforma (ASAJA). Y un gobierno de Castilla y León, convertido en una empresa de merchandising para la convocatoria de la manifestación. Que verguenza!.

Seguro que el café vespertino que se tome Jose Luis Rodriguez Zapatero, en la fiesta de UGAL, le sabra amargo, mas bien a cuerno quemado ...

Felipe Martinez Cañibano

La igualdad laboral en los convenios, una asignatura pendiente

Escrito por Eloina Terron Bañuelos

Diario de León - 03/08/05



es Trabajadora Social del SOEYP de la Junta de Castilla y León y responsable de Acción Sindical de Comisiones Obreras en León

La igualdad entre hombres y mujeres se pone de manifiesto cuando en todos los espacios de la vida, familiar, laboral y social, sus derechos, responsabilidades y oportunidades son las mismas.

En el mundo laboral la igualdad se construye en los convenios colectivos que obligan a las partes, empresarios y trabajadores, por igual.

Todos los años se establece un marco de negociación a nivel general y se determinan las prioridades de la misma para el conjunto del país. Este año, uno de los objetivos era introducir cláusulas sobre la igualdad de género y la salud laboral.

Desde CC. OO. es difícil entender, de ahí este artículo, la resistencia de empresarios de esta provincia a incluir este tipo de cláusulas en los convenios laborales que permitirían y mejorarían la conciliación de la vida familiar y laboral. Es difícil entender por qué se da entre muchos empresarios leoneses esta resistencia a introducir en los convenios principios que están asumidos en las leyes.

Es incomprensible la escasa predisposición de muchas empresas de León para incluir igualmente en sus convenios laborales cláusulas que favorezcan la igualdad de la mujer en el acceso, permanencia y promoción en el empleo.

En este país y en esta provincia, los datos nos dicen que el desempleo es tres veces mayor entre las mujeres. La razón es sencilla: no tienen las mismas oportunidades de acceso al empleo que detentan histórica y culturalmente los hombres. Se sigue considerando que hay trabajos para hombres y trabajos para mujeres. Pero los trabajos no tienen sexo. Sólo los prejuicios mantienen esta tesis, prejuicios que ponen en cuestión la capacidad, habilidad y destreza de las mujeres.

En este país, y más si cabe en nuestra provincia, se le sigue atribuyendo a la mujer el rol tradicional de «responsable de las tareas del hogar y atención a la familia». Por eso, cuando se introducen medidas de conciliación de la vida familiar y laboral, estas inciden, casi exclusivamente, sobre las mujeres dando lugar, en ocasiones, a efectos perversos, contrarios a las pretensiones primigenias: rescisiones de contrato, malas caras entre compañeros/as, etcétera.

Hay que establecer en los convenios colectivos acuerdos sobre el tiempo de trabajo y la organización del mismo en la empresa, de tal forma que permitan, tanto a los hombres como a las mujeres, hacerse cargo de sus responsabilidades familiares y domésticas.

En nuestra provincia, al igual que en el resto del país, existe discriminación salarial por trabajos de igual valor. Las profesiones que son desempeñadas mayoritariamente por mujeres se consideran que tienen menos valor, menos importancia y, por tanto, menos salario. En las raíces de esta discriminación laboral se vislumbra la persistente mentalidad retrógrada instalada en hombres -y alguna mujer- de empresa que perciben que la labor profesional realizada por mujeres tiene menos valor.

En este país y en esta provincia se comete acoso laboral, acoso que padecen algunos hombres, pero fundamentalmente mujeres. En la mentalidad machista de muchos «patrones» o jefes se considera que es más «fácil» intimidar a una mujer. Además la mujer tiene que soportar en ocasiones el acoso sexual.

Es difícil entender desde el Sindicato CCOO cómo hay empresas que se niegan a incluir en los convenios colectivos cláusulas que tipifiquen el acoso sexual como una falta grave, lo definan claramente, establezcan pormenorizadamente el proceso para denunciarlo y no dejen lugar a dudas que en su percepción de la relación laboral deben repudiar y combatir este tipo de actos. En este sentido, es justo resaltar y ensalzar a las empresas de León que dan ejemplo de buen hacer en este aspecto concreto y así en el momento de acceder a la misma se firma, junto con el contrato, un acuerdo de buenas prácticas entre las que aparece la siguiente cláusula «si eres testigo o presencias un acoso, vejación o trato intimidatorio debes comunicarlo a tu superior».

Tenemos que ser conscientes de que estas situaciones no sólo son perjudiciales para la persona que las sufre sino también para el propio funcionamiento de la empresa. Éstas deberían promover y aceptar incluir en sus convenios laborales apartados que combatan este tipo de actos ya que se traducen en un coste humano y social muy grave para los trabajadores y trabajadoras que los padecen, pero también en un coste económico para las empresas que se concreta en bajas por enfermedad, en muchas ocasiones de larga duración, mal clima de trabajo que invita a la desmotivación laboral, a la falta de interés, entusiasmo y malas relaciones entre los compañeros, con perdida del trabajo en equipo.

Desde CCOO nos hemos comprometido a adoptar severas medidas en la negociación colectiva que penalicen con dureza estas actuaciones, comenzando por obligarnos todos y todas a denunciarlas para erradicarlo.

En definitiva, desde esta Organización Sindical de CC. OO. no entendemos la cerrazón de algunos empresarios leoneses que discuten en la mesa de negociación la inclusión de este tipo de cláusulas en los convenios laborales de sus empresas, ya que en la mayoría de los casos no representan coste económico alguno, todo lo contrario, aportan a la empresa un valor añadido importante, reconocido socialmente. No olvidemos que lo que ocurre en la empresa es responsabilidad del empresario/a, sea conocedor o no de esta situación.

Así pues, hemos de concluir que reforzar la negociación colectiva mediante medidas que potencien la contratación indefinida, transformando empleo temporal en fijo, que mejoren y protejan los salarios, asegurando que los convenios cumplan el principio de igualdad retributiva y eliminen las diferencias salariales en función de la edad y del sexo, que gestionen el tiempo de trabajo, su reducción y organización para promover la conciliación de la vida laboral y familiar, que promocionen la diversidad profesional de las mujeres, de manera que las convocatorias vacantes favorezcan su selección y promoción y se combata el prejuicio de empleos masculinos y empleos femeninos, que reconozcan, en definitiva, la igualdad de oportunidades y de trato, harán de nuestra provincia y de nuestro país un mundo más igualitario y justo.

El grado de avance y consenso en las relaciones laborales de un país determinará el nivel de comprensión, igualdad, integración y libertad de una sociedad.

EL EXCESIVO PODER DE LA BANCA

EL EXCESIVO PODER DE LA BANCA El elevado desempleo europeo es consecuencia de la influencia política del capital financiero

Escrito por Vicenç Navarro López es Catedrático de Políticas Publicas Universidad Pompeu Fabra

El Periodico de Cataluña - 30/04/05

Estamos viendo hoy en Europa algo semejante a lo que ocurrió en España en los años 80. Durante aquella década, la banca y otros círculos financieros españoles atribuyeron el elevado desempleo del país a la rigidez del mercado de trabajo y a la excesiva generosidad de nuestro Estado del bienestar.

Debido al enorme poder e influencia de estos grupos financieros y de su portavoz, el Banco de España, tal percepción de las causas del desempleo se generalizó en la cultura mediática y política del país.

La evidencia acumulada desde entonces muestra, sin embargo, que las causas del paro radicaban más en el comportamiento de la banca que en la supuesta rigidez de los mercados de trabajo o en la excesiva generosidad del Estado del bienestar español, uno de los menos desarrollados en la UE.

En realidad, el poder de la banca (reforzada por unas políticas muy proteccionistas del capital financiero español que no permitía la liberación de los mercados de capitales) forzó unos intereses bancarios muy altos (de los más elevados de la UE) que dificultaron enormemente la inversión, siendo los costes financieros de las empresas en España los más altos de la Unión. Estos elevados intereses también crearon dificultades al consumo, obstaculizando así el crecimiento económico y la creación de empleo. Las políticas públicas, sin embargo, se centraron más en la desregulación de los mercados de trabajo (alcanzando la cota más elevada de precariedad en Europa), mientras que los beneficios de la banca española alcanzaban también las tasas más altas de Europa. Hoy estamos viendo una situación semejante a nivel de la Unión.

El Banco Central Europeo (BCE) promueve (con ayuda del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial) el pensamiento liberal que atribuye el elevado desempleo en Europa a la rigidez laboral de sus mercados laborales y al excesivo gasto público (incluido el social). El BCE es también una de las instituciones europeas que está presionando más para que el Pacto de Estabilidad se mantenga firme, exigiendo la penalización de aquellos países que tienen un déficit presupuestario público mayor que el 3% de su PIB. Es más, el BCE es también una de las instituciones europeas que más se ha opuesto al crecimiento del presupuesto de la UE que permitiera ejercer un mayor estímulo económico y una mayor corrección de las desigualdades regionales europeas. En apoyo de tales propuestas liberales, los círculos financieros citan constantemente a EEUU como modelo a seguir, atribuyendo erróneamente el elevado crecimiento económico y bajo desempleo norteamericanos a sus altamente desregulados mercados laborales y al escaso desarrollo de su Estado del bienestar.

Como ocurrió en España en los años 80, las causas del escaso crecimiento económico y alto desempleo en Europa hay que buscarlas, en parte, en el desarrollo de las políticas públicas favorecidas por el capital financiero. Una de ellas ha sido mantener unos intereses bancarios muy elevados, mucho más altos, por cierto, que los intereses de la Reserva Federal estadounidense, que tiene como objetivo no sólo controlar la inflación, sino también estimular el crecimiento económico.

La otra causa del bajo crecimiento económico en la UE es el Pacto de Estabilidad, que fuerza a los países europeos a tener un déficit público muy bajo (mucho más que el existente hoy en EEUU, un 5,2% del PIB), impidiendo que el gasto público aumente y anime la economía.

Y la tercera causa del bajo crecimiento económico y del elevado desempleo es la escasez de recursos del Gobierno europeo (la Comisión Europea) para estimular y redistribuir los fondos europeos, pues controla sólo el 1,2% del PIB de la Unión, en contraste con el Gobierno federal norteamericano, que gestiona el 19% del PIB de aquel país. Una consecuencia de esto último es que el Gobierno federal de EEUU no sólo ha sido más exitoso en estimular la economía que el Gobierno central europeo, sino que ha podido reducir las diferencias regionales de renta y de desempleo de una manera más
sustancial que la UE. La variabilidad regional en los niveles de desempleo dentro de EEUU, por ejemplo, va de un máximo del 8% a un mínimo del 4%, mientras que en la UE va de un máximo del 21% a un mínimo del 3%.

Es fácil imaginar qué pasaría a la economía estadounidense si su Gobierno federal gestionara sólo el 1,2% de su PIB, si los intereses bancarios de la Reserva Federal fueran constantemente más altos (y no sólo por unos pocos años) que los del BCE y si el déficit de su presupuesto central fuera menor del 3% de su PIB. No hay duda de que el crecimiento de EEUU sería mucho menor y el desempleo mucho mayor que el actual.

Tal como ocurrió en España en los años 80, el paro en la UE está alcanzando unas cuotas muy elevadas mientras los beneficios bancarios (y también del mundo empresarial) llegan a unas cuotas sin precedentes.

Como admite The Economist (12 de febrero del 2005), «el mundo empresarial y bancario está absorbiendo un porcentaje cada vez mayor de la renta nacional a costa de los trabajadores». Nunca antes, comenta este semanario, los beneficios del capital (y sobre todo del capital financiero) habían sido tan altos. Mientras, los portavoces de tales lobis económicos y sus economistas liberales continúan acentuando la necesidad de moderar los salarios, desregular los mercados de trabajo, rebajar los impuestos y recortar el gasto público como medida de reducir el desempleo.

Es consecuencia del enorme poder de la ideología liberal que esta interpretación de nuestras realidades haya sido aceptada también por algunos sectores de las izquierdas gobernantes hoy en Europa.

«Estar más horas en el trabajo no es trabajar más»

«Estar más horas en el trabajo no es trabajar más» Entrevista: Ignacio Buqueras, economista
Ignacio Buqueras es presidente de la Fundación Independiente Empresario.

Escrito por Núria Navarro
El Periódico - 19/01/05

España es el tercer país europeo que más horas pasa en el trabajo y uno de los menos productivos. ¿Por qué? Porque aquí se calienta silla, se dilata el almuerzo y se trasnocha a base de late show. La Fundación Independiente, que preside el entusiasta Ignacio Buqueras, ha puesto en marcha la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles y su Normalización con los demás Países Europeos.

--España es diferente... ¡hasta en el horario!
--Hasta los años 30, los horarios españoles eran similares a los de los demás países europeos. Como en Londres, París y Berlín, se almorzaba al mediodía y se cenaba a las ocho.

--¿Qué retrasó el tiempo?
--Tuvo mucho que ver el hambre de la posguerra, que hizo de los almuerzos largos un símbolo de riqueza. Pero, sobre todo, influyó el pluriempleo. En aquellos años de zozobra, el español prolongó sus jornadas laborales. Y luego la rutina ha perpetuado esa mala costumbre.

--¿La rutina o el interés del capital?
--La rutina. Pero si queremos tener una mejor calidad de vida y conciliar la vida personal, familiar y laboral hay que cambiar los horarios. Todos somos ya conscientes de ello.

--¿Todos? ¿La empresa también?
--Debería y sin temor. España es uno de los países europeos que más horas pasa en el trabajo y que menos productivo es. Estar más horas en el trabajo no es trabajar más. Y estar 9 o 10 horas no debe ser ya motivo de orgullo. Es más, la empresa debería considerar a ese tipo de empleado de forma negativa, porque define a alguien que no sabe valorar su tiempo, que no tiene en cuenta a la familia y a la formación personal.

--Difícil el cambio de mentalidad, imagino.
--¡En absoluto! Cada vez más empresas se apuntan a la jornada continua, y no son las menos productivas. IBM, presidida por una mujer, ya tiene flexibilidad de horarios, jornada continua y procura no convocar una reunión después de las cuatro. Además, los jóvenes empiezan a primar el tiempo sobre el dinero.

--Total. Hay que reclamar la flexibilidad de horarios.
--Sí. La flexibilidad de horarios no sólo sería buena para el trabajador y la empresa. También evitaría las dramáticas horas punta en las zonas urbanas, permitiría atender a los hijos, mejoraría la salud pública.

--¿Qué tiene que ver el horario con la salud?
--Mucho. Está demostrado que el español duerme una hora menos que la media europea. La Dirección General de Tráfico y las mutuas señalan la incidencia de la falta de sueño en el número de accidentes.

--Oiga, ¿al estómago español le sentará bien almorzar a las doce?
--¡Es cuestión de acostumbrarse! Lo importante es ser autores de cada minuto de nuestras vidas.

--Ya. Pero qué triste apurar el túper en un banco del parque, ¿no?
--Comer de una manera excesiva va en perjuicio del rendimiento. Nosotros sugerimos que al mediodía uno se detenga tres cuartos o una hora, tiempo suficiente para comer. Luego se puede tener una tarde más relajada y cenar alrededor de las ocho.

--Y ayudar a hacer los deberes.
--Sí. En las grandes ciudades aumenta el fenómeno de los niños llave, que llegan a casa a las cinco y no hay adultos hasta pasadas las ocho. Durante esas horas están abandonados a los riesgos de la tele y de internet.

--Usted también pide el recorte de las vacaciones escolares.
--Recientes estudios dicen que España es uno de los países con peores resultados escolares. Pero hay otro dato alarmante: el 63% de los docentes sufren estrés elevado. ¿Por qué? Los padres españoles depositan todo el peso de la educación en la escuela.

--No dan abasto, los padres.
--¡Claro! Y el actual horario hace que vayamos tensos desde que salimos de casa hasta que nos acostamos. Los atascos, las jornadas laborales larguísimas, los hijos desatendidos, la nevera condenada al vacío, el inicio de programas de TV con gancho a las once que te hacen trasnochar...

--Hay oficios que no pueden acortar horarios. ¿Qué solución les da?
--En una sociedad moderna tiene que haber servicios las 24 horas. Nosotros defendemos la libertad de horarios. Así que, en esos casos, se imponen los turnos. Eso fomentará la creación de más puestos de trabajo.

--¡Ahí está la pega!
--No tiene por qué.

--¿Cuándo cambiará la cosa?
--Cuando la sociedad tome conciencia y haga presión.

--En el siglo XXII, vaya.
--En el 2007, confío. Fíjese en el insospechado éxito de las campañas antitabaco. ¡Y el horario afecta a 42 millones de españoles!

HIPOTECAS AÚN POCO EUROPEAS

Escrito por Josep-Maria Ureta
El Periódico - 01/01/05

El volumen del crédito hipotecario español a final del 2004 era de 582.000 millones de euros (96,8 billones de pesetas). Un 24,5% más que en el 2003. Una parte del incremento también se puede atribuir a que el precio de la vivienda mantiene la tendencia alcista. Dicen que este año sí habrá moderación, pero con el manido recurso de decir que no se verá hasta el segundo semestre
Es una explicación que raya el tópico afirmar que esa tendencia a endeudarse --con eufemismo: aumenta la riqueza patrimonial de las familias-- se debe a los bajos tipos de interés que, combinados con un alargamiento de los periodos de amortización, hace que los prestatarios no sientan la agudeza de sus compromisos financieros. Otro tópico que se cumple menos es el que asegura que el euro crearía una convergencia de precios y de mercados. Ha sido así desde el punto de vista de los tipos hipotecarios en cada país, que a mediados de los años 90 podía ser de hasta 10 puntos y hoy se cuenta en décimas. Pero el panorama hipotecario europeo sigue presentando fuertes tendencias locales.
Hay muchas causas. Desde las culturales hasta el tratamiento fiscal que cada Gobierno otorga a la compra de vivenda. Desde el punto de vista estrictamente bancario, también hay mucha variedad en las fórmulas de acceder a un crédito hipotecario, cómo se garantiza y con qué disponibilidad para otras operaciones desvinculadas de la vivienda. En el caso español, la evolución del mercado hipotecario presenta un perfil singular con respecto al del resto de países del euro. El crecimiento del endeudamiento es de los más destacados de la UE, pero sin perder competitividad en costes. Por contra, uno de los aspectos de riesgo que más diferencia a España de sus socios es el ingente volumen de hipotecas a tipos de interés variable (68% del total), y más concretamente al interbancario europeo a un año. Esa tendencia sólo se da en Reino Unido, pero ese país está fuera del euro y el Banco de Inglaterra aún tiene poder de incidencia sobre los tipos.

Proyecto Socialista, Proyecto Ciudadano

Proyecto Socialista, Proyecto Ciudadano Escrito por Felipe M. Cañibano
Diario de León - 22/01/04


Ante la próxima cita electoral general de Marzo, www.democraciacivica.net – Foro del Socialismo Ciudadano quiere hacer una contribución, dirigida a los ciudadanos progresistas, a la opinión pública y a la próxima Conferencia Política que el PSOE organiza para el día 17 de Enero. Queremos dirigir nuestra reflexión y propuestas a temas muy centrales, que están en el núcleo del sentimiento de impotencia que tienen en estos momentos muchos y muy numerosos sectores ciudadanos.
Hay que tener miedo a la derecha española. No se ha denunciado todavía con la suficiente nitidez en España la profunda transformación que ha sufrido la derecha a manos de los "neocons", los nuevos conservadores. El principal adversario político del progreso no es ya el neoliberalismo económico, sino el neoconservadurismo político. Ese que, inspirado en las ideas de Leo Strauss, y desarrollado por los ideólogos de Bush, como Wolfowitz, considera que el Estado no debe ser un instrumento neutral que asegure a todos los ciudadanos sus derechos, sino un instrumento político para abrir camino a los más poderosos. Que la democracia parlamentaria debe de ser enflaquecida hasta sus formas más elementales, para que la mentira se convierta en arma al servicio de la "alta política". Que la arquitectura mundial debe organizarse en torno a un imperio que tenga a los EEUU como su metrópoli.
Estas ideas han servido como basamento ideológico del empobrecimiento de las libertades en los EEUU, de sus recortes sociales, de la ruptura completa del multilateralismo, de la ocupación de Irak, y de la subasta de ese país ocupado a las grandes empresas de la coalición liderada por Bush.
Pero esas ideas han prendido también como la pólvora en el gobierno del PP. Explican su trayectoria en estos cuatro años de mayoría neoconservadora en España. Están detrás de los intentos de colonización de medios de comunicación y grandes empresas desde el gobierno, detrás de su creciente ataque al laicismo, detrás de la regresión democrática que ha impuesto a nuestro país y detrás de la sustitución del diálogo por el enfrentamiento en la España autonómica.
El PP es hoy un partido "neocon", y no un centro reformista. Nos encontramos en España ante una nueva derecha, dura, que ni busca compromisos ni consensos, convierte al adversario o al contendiente político en enemigo, y coloniza todos los poderes o los somete desde el poder político del gobierno. Hay que temer a esta nueva derecha española porque, armada de esa ideología, en cuatro años más de mayoría podría destrozar de modo irreversible el pluralismo autonómico de España y a España misma, someter más y más al poder político del gobierno el resto de los poderes democráticos, acentuar su control sobre la opinión pública, empobrecer la cultura democrática y laica, y hundir aún más la autoestima ciudadana. Y, sobre tal base, pasará, si no lo impedimos, de la beligerancia política a la social, mediante el recorte de los derechos sociales de los ciudadanos.
Los neoconservadores españoles no se merecen ya ni ofertas de consenso ni pactos de Estado. Se merecen una clara denuncia, un rechazo sin compromisos y una movilización contundente por parte de todos los ciudadanos que valoran la democracia, la tolerancia y el progreso de España.
Pero para que esa movilización sea posible se necesitan dos condiciones: primero, que las fuerzas políticas progresistas se comprometan seriamente con la reconstrucción democrática de España y, segundo, que presenten proyectos solventes y comprensibles para los ciudadanos. Sólo a partir de ello será posible un rearme ético y político de los ciudadanos progresistas, que, en nuestro país, son mayoría.
Un compromiso serio con la democracia parlamentaria: pensamos que es la regresión democrática protagonizada por el gobierno del PP, junto al déficit de credibilidad que en este terreno tienen todos los partidos políticos, la causa más profunda de la sensación de impotencia que tienen grandes sectores de ciudadanos progresistas. Ganar en credibilidad en este terreno sólo se conseguirá si se defienden medidas eficaces como:
1) Asegurar que, cuando los representantes vulneran claramente la voluntad de los ciudadanos, éstos tengan mecanismos para manifestar directamente la voluntad popular a través de una mayor posibilidad de realización de referéndums ciudadanos o para desposeer al representante de su mandato, a través de procedimientos tasados de recusación ciudadana, de acuerdo con el nuevo sistema electoral que más abajo se propone.
 Para que el sistema de democracia representativa funcione, existen dos exigencias básicas respecto a los Partidos Políticos:
 
a) En la medida en que en España son los Partidos los encargados de presentar candidatos a las elecciones y los ciudadanos sólo pueden votar listas cerradas, los partidos políticos tienen la más taxativa obligación democrática, una obligación que hoy no se cumple, de elegir y presentar a los mejores de entre sus filas, mediante sistemas eficaces y transparentes de nominación y de confección de sus listas, basados en la competición leal entre candidatos, y la selección transparente a partir del mérito y la capacidad.
 
b) Que la Ley de Partidos, que en este terreno sólo realiza una serie de brindis al sol tase unos procedimientos internos precisos de funcionamiento democrático de los partidos, respecto a lo enunciado en el párrafo anterior y en punto al control y la participación en todas las grandes decisiones por parte de sus afiliados, por procedimientos como las primarias. En este terreno, la Ley Orgánica de Partidos Políticos, reformada en junio de 2002, fue una gran ocasión perdida por todos los partidos políticos para cambiar estos extremos.
 
Es necesario cambiar la Ley de financiación de los partidos, convirtiendo todas las donaciones en transparentes.
En la medida en que, en España no elegimos parlamentarios sino partidos, ni elegimos personas sino números en una lista fija, la rendición de cuentas se convierte en un acto innecesario para unos representantes populares que, en muchas ocasiones, terminan su mandato como perfectos desconocidos para sus representados. Es necesario cambiar la ley electoral, de modo que las listas presentadas sean cerradas pero no bloqueadas. La definición de una lista cerrada a escala provincial junto a la emisión de un segundo voto en el ámbito de demarcaciones electorales dentro de cada provincia, en las que se pueda votar a;candidatos individuales, asegurará el orden de la lista. De este modo conseguiremos en España algo que es absolutamente imperativo ya: que los cargos electos conozcan más de cerca a sus representados y se vean impelidos a rendirles cuentas en todo momento.
Es imperativo cambiar el funcionamiento de los parlamentos, en cuestiones básicas como las siguientes, que impedirán que las mayorías parlamentarias hagan casi inútil el trabajo de la oposición: las Comisiones de Investigación deben de ser controladas por la oposición y no por el partido mayoritario, se debe establecer la existencia y la transparencia de "lobbies" y las audiencias a los mismos, abriendo el parlamento a todos los grupos de afectados por la formulación de leyes, el control al gobierno debe de convertirse en un elemento central de la vida parlamentaria y se debe ampliar los supuestos de libertad de voto por parte de los diputados y diputadas.
Los entes públicos de comunicación deben de pasar a ser independientes, con su propio estatuto de Autonomía, deben de ser regidos por comités independientes de la política, retirándose los representantes de los partidos de sus Consejos de Administración, y eligiéndose sus más altos cargos por un periodo de seis años y por mayorías cualificadas en sus respectivos ámbitos parlamentarios. Esta medida se debe de tomar a todos los niveles: nacional, autonómico y local.
Es necesario que el "cuarto poder", los medios de comunicación, se doten de un código de buena conducta no sólo de Responsabilidad Social sino que también de Responsabilidad Democrática.
Es necesario que aumente en grado extraordinario la difusión a través de los medios de comunicación, de la cultura democrática y de sus valores y del debate político y social. Para ello, los medios públicos de comunicación deben de tener un Consejo que promueva estas actividades y elimine el sexismo, la violencia y la sistemática intromisión en la vida privada de su programación.
Es necesario que la clase política se dote también de un código de buenas prácticas individuales, que incluyan, más allá de la ética frente a la corrupción, la observancia de la cultura democrática y, sobretodo, normas éticas relativas a que los políticos deben de asumir responsabilidades ante sus errores.
Por último es necesario introducir en la escuela y los institutos, a lo largo de todos los ciclos, la asignatura de Educación Cívica y Democrática.
Pensamos que los grandes proyectos que necesita España son tres: soluciones efectivas y rápidas a la situación y el destino que en España tiene la juventud, la creación de un activo movimiento ciudadano por una Europa laica, progresista y autónoma en el concierto mundial, y el lanzamiento de un debate nacional que conduzca a la actualización y reforma de la Constitución que convertan de este modo el Proyecto Socialista en un Proyecto Ciudadano.

LA RENTA BÁSICA COMO DERECHO DE CIUDADANIA

LA RENTA BÁSICA COMO DERECHO DE CIUDADANIA Escrito por Ramiro Pinto Cañon
01/12/04
La Renta Básica es el resultado de la evolución de la economía. Basta darse cuenta de este criterio para ver que es una pieza que hace falta no sólo para el desarrollo económico, sino el de otros derechos, que sin la Renta Básica quedan como meros formalismos.
La Renta Básica es una cantidad que de dinero que se da a todo ciudadano, no como asistencia social sino como derecho ciudadano. Se mide sobre el umbral de la pobreza (421 euros) y se adquiere de manera incondicional.
Veamos que se trata de la base de un nuevo paradigma económico, más que un nuevo modelo. Se trata de un fundamento que da lugar a debatir y desarrollar diversos modelos económicos. Es como la democracia, en la que desde el punto de vista político, cada ciudadano le corresponde un voto, independientemente de su condición y no es a cambio de ninguna prebenda. La Renta Básica es para quien trabaja y para quien no, es para la persona por el hecho de ser un sujeto social, lo cual garantiza que sea un derecho de ciudadanía. Se trata pues de un criterio como el de la República en cuyo seno suceden diversas opciones políticas. Leamos lo que dice Manuel Azaña: "La República es el régimen jurídico de la libertad. La cual alcanza incluso a los mismos enemigos de la libertad". Aplicado a la RB podríamos decir: La Renta Básica es el modelo económico de la equidad. La cual alcanza incluso a los mismos enemigos de la solidaridad.
Se trata, pues de una medida económica, no sólo de una medida social. Responde a la necesidad de definir la nueva economía, en la cual se toma como medida de bienestar y de parámetro de desarrollo el crecimiento económico. A este respecto algo fundamental es preguntar ¿hasta dónde y hasta cuándo dicho crecimiento? De lo contrario estaríamos ante un crecimiento indefinido que no es posible, pues vivimos en un sistema con unos límites muy concretos y medibles, en el que los recursos energéticos y de materias primas son restringidos, la capacidad de regeneración de los bienes de la naturaleza es escasa
La primera pregunta ha quedado contestada con el fenómeno de la globalización, que va más allá de conceptos como internacionalización. El desarrollo tecnológico aplicado a la economía hace que el crecimiento económico se expanda en todo el planeta. Tanto el mercado productivo como el financiero ya abarca todo el globo terráqueo en una misma unidad de tiempo. Es un hecho que nos lleva a una situación nueva en la historia de la economía. Nos situamos en un modelo cerrado, frente a otros, antaño abiertos, en los que el comercio, la guerra, las migraciones abrían mercados y nuevas fuentes de materias primas. Hoy la misma dimensión del planeta es su límite. Esta situación ha llevado a ver la importancia del concepto de desarrollo sostenible, es decir desarrollar la economía sin destruir lo que son las bases de nuestra subsistencia, buscar energías renovables, medidas no contaminantes y dar prioridad al equilibrio entre economía y medio ambiente.
La imposibilidad de llevar a cabo tal equilibrio, debido a los intereses económicos hace que el respeto a la naturaleza, empezando por la naturaleza humana, sea en una contradicción permanente. Se aprueban los acuerdos de Kyoto, en relación a las emisiones de CO2 y no se cumplen porque significa reducir la capacidad productiva y evita mantener los puestos de trabajo. El mismo progreso tecnológico hace que cada vez se necesite menos mano de obra. Entonces se abren nuevos negocios y cada vez se depreda más el mundo en el que vivimos. No se evitan industrias que destruyen el patrimonio ecológico y con prácticas laborales peligrosas porque suponen el despido de miles de trabajadores.
Sucede otra paradoja nueva en la economía: las empresas ya no amplían su producción y por lo tanto sus beneficios incorporando más mano de obra, sino que despidiendo a la mitad de la plantilla se duplican las ganancias y la productividad, pues la riqueza productiva depende de lo que se conoce como Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i). Lo cual se aplica no sólo a la fase productiva, sino a la del consumo (publicidad) y a la de organización y gestión empresarial Cada día salta una noticia al respecto sin que se dé una respuesta más que golpes de pecho, generando una incertidumbre cada vez mayor en la sociedad.
Se hace, entonces, necesario responder a la segunda pregunta ¿hasta cuándo es posible el crecimiento económico? Precisamente es a este planteamiento al que responde la RB, pues marca el límite económico en el que el crecimiento es posible hasta que sea posible la renta Básica y por ende el desarrollo se hace sostenible. Esto nos lleva a favorecer el progreso económico de los países en vías de desarrollo a los que no se podrá aplicar la RB como medida económica, hasta que no se cumpla dicho crecimiento económico.
Nos encontramos en un cambio tal que significa una profunda reforma del sistema económico, pero que viene dada por su propia evolución. Es cuestión de darse cuenta de ello. Por ejemplo el trabajo ha sido un medio para resolver las necesidades materiales y otras. Hoy la tecnología suple esto con creces, pero al seguir con la idea del trabajo como elemento central se convierte en un fin y se hacen inversiones, se subvencionan industrias, se bajan los tipos de interés para mantener la capacidad de trabajo en una sociedad, en lugar de dejar que se desarrolle el empleo como medio dentro del mercado laboral. Lo cual es lo primero que conseguiría la aplicación de la Renta Básica. Es por ello que no solamente es posible su realización sino que, además, es necesaria. Lo que vemos como una realidad inexorable, el trabajo, es estudiado desde la sociología por Gorka Moreno en su libro "Trabajo y ciudadanía", concluyendo que el trabajo es una construcción social, y como tal relativa a unas circunstancias concretas. Este autor abre las puertas a un debate en profundidad sobre la Renta Básica.
Al ser la RB una medida económica y no un modelo de protección social no es algo que dé el Estado. Se preserva el modelo de impuestos para mantener, completar y perfeccionar el gasto público al que ha llegado la sociedad occidental después de una evolución histórica a lo largo de siglos. Se trataría de aplicar lo que se conoce como tasa Tobin, pero a todo el proceso de creación de valores que no tiene una relación directa con la economía productiva. Tal tasa la ideó James Tobin para los cambios de moneda que suponen, sin producir nada, una ganancia de dinero aprovechando los cambios del valor de la moneda. Propuso que un porcentaje de esta ganancia, el 1% se aplicase para ayuda a los países del Tercer Mundo. Si se amplía su aplicación para las recalificaciones de terrenos, para las inversiones especulativas en Bolsa, para la valoración de las empresas mediante operaciones de fusión y demás mecanismos de la economía financiera, con un 10% es posible financiar una Renta Básica, pero por supuesto en una zona monetaria. Ya no es una cuestión de una zona geográfica, sea autonomía o Estado. Insisto que es una medida económica
El mercado de capitales ha generado un modelo que permite crear riqueza con la comercialización del dinero, lo cual da origen al "plus capital", el cual hasta ahora no aporta su cuota al desarrollo social, como lo hacen los asalariados o productores industriales mediante los impuestos.
Por otra parte los Estados han sido superados por los grandes emporios económicos a la hora de manejar riqueza, por lo que se hace necesario establecer nuevas medidas, como la Renta Básica, que permita adecuar la economía a la nueva realidad. Es decir la Renta Básica no es sino un ajuste en el desarrollo económico. Es de tal calibre que supone una reestructuración, perestroika, del capitalismo. Tomemos en cuenta el dato que ofrece el profesor de Economía Política de la Universidad del País Vasco, Joaquín Arriola, cuando reflexiona sobre la globalización: las cien mayores empresas productivas multinacionales con 12´5 millones de trabajadores tienen un peso económico equivalente a los cien mayores países subdesarrollados, con 4.150 millones de habitantes. O cojamos las tablas del Banco Mundial y se comprueba que las cuatro corporaciones empresariales mayores del mundo venden anualmente por un valor superior al producto Interior Bruto del Estado Español. Es evidente que hacen falta nuevas pautas para redefinir el progreso económico y social. Lo cual ya no se sustenta sólo en el trabajo y sobre la base de la actuación de los Estados.
Las medidas de protección social surgen y llevan a modelos de estado totalitarios, lo que fue la política de Bismark, o mismamente las pagas extraordinarias ideadas por Girón y el sistema de puntos en la época de Franco. El modelo keynesiano de intervención pública en la economía llegó al límite de sus posibilidades a comienzo de los años 90 debido al incremento del desarrollo de las tecnologías, lo que ha hecho fracasar la política social de Shrröder en Alemania o de Blair en Gran Bretaña, pues desemboca irremediablemente en un déficit presupuestario que a la larga es insostenible y potencia precisamente lo que quiere evitar, como es el incremento de puestos de trabajo. Como indica D. Felipe Martínez Cañibano, hay que pasar del modelo asistencial y de control político a través de políticas sociales al de los derechos universales incluyendo en éstos la economía…
El Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, Febrero de 2001, pidió ante una convención de empresarios, que los derechos humanos no fueran sólo una exigencia política, sino que también se desarrollasen en la economía, como derechos del trabajador y el respeto al medioambiente. Con la incorporación de los derechos humanos a la economía se dará rostro humano al mercado global. Este deseo sólo será posible si se tiene en cuenta la Renta Básica.
Manuel Pérez Ledesma, catedrático de Historia, analiza que ciudadano es el que participa de la cosa pública y súbdito es quien esta "subyecto", sometido, al poder de otro. Si lo aplicamos a lo que venimos diciendo vemos que hoy somos súbditos, especialmente, del Poder económico. Durante los años 1776 y 1789, en que suceden la Revolución Francesa y la Declaración de Independencia de los EE.UU. aparece el concepto de ciudadanía, que implica derechos más deberes. El ciudadano es una unidad en un conjunto. Se han desarrollado los derechos civiles en el s. XVIII, los derechos políticos en el s. XIX, los derechos sociales en el s. XX (salud, educación...). En la actualidad nos vemos abocados a luchar por los derechos económicos, los cuales vienen definidos por la RB, sin la cual los demás hacen aguas. Pero no como algo utópico sino que parte de la realidad al exigir el derecho a un mínimo para vivir. Aceptando la desigualdad económica, pero a partir de una igualdad básica que permita la supervivencia. Lo cual nos lleva a recoger las tesis del economista indio Amartya Sen, en su obra "igualdad ¿de qué?".
Podremos abordar el republicanismo además de como una forma de Estado, también sobre la inserción del individuo a la colectividad que permita la autorrealización y la no dominación.
Podemos entender como derecho económico el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad". Como se puede comprobar no se trata de un derecho vinculado al trabajo, sino al hecho de tener la condición de ser humano. Lo cual garantiza per se la RB y además queda definida en dicho artículo.
El artículo 35 de la Constitución española establece que todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia. Lo que nos preguntamos, como hace Agustín Morán, es ¿y si no hay trabajo?. Más aún las nuevas condiciones laborales de temporalidad y precariedad impiden que muchos jóvenes puedan llevar a cabo una vida autónoma sin depender de nadie. En este artículo se indica el derecho a la elección de profesión u oficio, lo que en la mayoría de los casos no es posible.
El art. 47 se refiere al derecho de todos los españoles a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Lo que habrá que matizar indicando que será si se cuenta con dinero suficiente para ello, lo que una vez más nos lleva al ciudadano económico. Fuera de la economicidad muchos derechos quedan fatuos.
El art. 128 primero del Título VII, sobre Economía y Hacienda, dice: "Toda riqueza del país en sus distintas formas y sea cual sea su titularidad está subordinada al interés general". ¿Qué se entiende por interés general? De cualquier forma, la Renta Básica nunca entra en contradicción con las bases teóricas de la Constitución, más bien transforma unos conceptos abstractos en una práctica concreta y real. De manera que hace la interpretación más amplia y menos excluyente, sin cargas ideológicas para definir la "necesidad", "interés general", "equipar", "protección social y jurídica", "justa distribución". Por ejemplo se puede entender como "interés general" una base de subsistencia básica para todos los ciudadanos, de manera se describe la ciudadanía económica. En definitiva la RB como derecho económico es una hipóstasis de los demás derechos, les da su ser, es decir logra hacer viable los demás derechos constitucionales y los derechos Humanos que quedan en lo abstracto si no se aplican en lo concreto con medidas como la Renta Básica.
La RB nos sitúa ante un cambio de modelo, de visión del mundo y más que la viabilidad de tal medida lo que nos impide verlo es nuestra mentalidad, construida a lo largo de siglos de historia. Sucede igual que cuando se descubrió que la tierra es esférica. La gente se preguntó que los que vivieran abajo se caerían o que irían haciendo el pino. O cuando se supo que la tierra se mueve alrededor del sol ¡si estamos quietos! O como cuando Ramón y Cajal descubrió que una masa tan densa y homogénea como es el cerebro está formada por células separadas unas de otras. Con la Renta Básica nos pasa lo mismo, supone un cambio de paradigma que exige una nueva manera de ver el mundo, la economía.
Otro mundo es posible, otra economía también, si somos capaces de pensar de acuerdo a la nueva realidad. La Renta Básica no se propone para interpretar el mundo, ni para cambiarlo, sino porque el mundo ha cambiado y es necesario interpretar dicha transformación. Por esto nos situamos en los albores de una revolución histórica por lo que significa como avance en la lucha por la libertad. En ello estamos.