Escrito por Ramiro Pinto Cañon
01/12/04
La Renta Básica es el resultado de la evolución de la economía. Basta darse cuenta de este criterio para ver que es una pieza que hace falta no sólo para el desarrollo económico, sino el de otros derechos, que sin la Renta Básica quedan como meros formalismos.
La Renta Básica es una cantidad que de dinero que se da a todo ciudadano, no como asistencia social sino como derecho ciudadano. Se mide sobre el umbral de la pobreza (421 euros) y se adquiere de manera incondicional.
Veamos que se trata de la base de un nuevo paradigma económico, más que un nuevo modelo. Se trata de un fundamento que da lugar a debatir y desarrollar diversos modelos económicos. Es como la democracia, en la que desde el punto de vista político, cada ciudadano le corresponde un voto, independientemente de su condición y no es a cambio de ninguna prebenda. La Renta Básica es para quien trabaja y para quien no, es para la persona por el hecho de ser un sujeto social, lo cual garantiza que sea un derecho de ciudadanía. Se trata pues de un criterio como el de la República en cuyo seno suceden diversas opciones políticas. Leamos lo que dice Manuel Azaña: "La República es el régimen jurídico de la libertad. La cual alcanza incluso a los mismos enemigos de la libertad". Aplicado a la RB podríamos decir: La Renta Básica es el modelo económico de la equidad. La cual alcanza incluso a los mismos enemigos de la solidaridad.
Se trata, pues de una medida económica, no sólo de una medida social. Responde a la necesidad de definir la nueva economía, en la cual se toma como medida de bienestar y de parámetro de desarrollo el crecimiento económico. A este respecto algo fundamental es preguntar ¿hasta dónde y hasta cuándo dicho crecimiento? De lo contrario estaríamos ante un crecimiento indefinido que no es posible, pues vivimos en un sistema con unos límites muy concretos y medibles, en el que los recursos energéticos y de materias primas son restringidos, la capacidad de regeneración de los bienes de la naturaleza es escasa
La primera pregunta ha quedado contestada con el fenómeno de la globalización, que va más allá de conceptos como internacionalización. El desarrollo tecnológico aplicado a la economía hace que el crecimiento económico se expanda en todo el planeta. Tanto el mercado productivo como el financiero ya abarca todo el globo terráqueo en una misma unidad de tiempo. Es un hecho que nos lleva a una situación nueva en la historia de la economía. Nos situamos en un modelo cerrado, frente a otros, antaño abiertos, en los que el comercio, la guerra, las migraciones abrían mercados y nuevas fuentes de materias primas. Hoy la misma dimensión del planeta es su límite. Esta situación ha llevado a ver la importancia del concepto de desarrollo sostenible, es decir desarrollar la economía sin destruir lo que son las bases de nuestra subsistencia, buscar energías renovables, medidas no contaminantes y dar prioridad al equilibrio entre economía y medio ambiente.
La imposibilidad de llevar a cabo tal equilibrio, debido a los intereses económicos hace que el respeto a la naturaleza, empezando por la naturaleza humana, sea en una contradicción permanente. Se aprueban los acuerdos de Kyoto, en relación a las emisiones de CO2 y no se cumplen porque significa reducir la capacidad productiva y evita mantener los puestos de trabajo. El mismo progreso tecnológico hace que cada vez se necesite menos mano de obra. Entonces se abren nuevos negocios y cada vez se depreda más el mundo en el que vivimos. No se evitan industrias que destruyen el patrimonio ecológico y con prácticas laborales peligrosas porque suponen el despido de miles de trabajadores.
Sucede otra paradoja nueva en la economía: las empresas ya no amplían su producción y por lo tanto sus beneficios incorporando más mano de obra, sino que despidiendo a la mitad de la plantilla se duplican las ganancias y la productividad, pues la riqueza productiva depende de lo que se conoce como Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i). Lo cual se aplica no sólo a la fase productiva, sino a la del consumo (publicidad) y a la de organización y gestión empresarial Cada día salta una noticia al respecto sin que se dé una respuesta más que golpes de pecho, generando una incertidumbre cada vez mayor en la sociedad.
Se hace, entonces, necesario responder a la segunda pregunta ¿hasta cuándo es posible el crecimiento económico? Precisamente es a este planteamiento al que responde la RB, pues marca el límite económico en el que el crecimiento es posible hasta que sea posible la renta Básica y por ende el desarrollo se hace sostenible. Esto nos lleva a favorecer el progreso económico de los países en vías de desarrollo a los que no se podrá aplicar la RB como medida económica, hasta que no se cumpla dicho crecimiento económico.
Nos encontramos en un cambio tal que significa una profunda reforma del sistema económico, pero que viene dada por su propia evolución. Es cuestión de darse cuenta de ello. Por ejemplo el trabajo ha sido un medio para resolver las necesidades materiales y otras. Hoy la tecnología suple esto con creces, pero al seguir con la idea del trabajo como elemento central se convierte en un fin y se hacen inversiones, se subvencionan industrias, se bajan los tipos de interés para mantener la capacidad de trabajo en una sociedad, en lugar de dejar que se desarrolle el empleo como medio dentro del mercado laboral. Lo cual es lo primero que conseguiría la aplicación de la Renta Básica. Es por ello que no solamente es posible su realización sino que, además, es necesaria. Lo que vemos como una realidad inexorable, el trabajo, es estudiado desde la sociología por Gorka Moreno en su libro "Trabajo y ciudadanía", concluyendo que el trabajo es una construcción social, y como tal relativa a unas circunstancias concretas. Este autor abre las puertas a un debate en profundidad sobre la Renta Básica.
Al ser la RB una medida económica y no un modelo de protección social no es algo que dé el Estado. Se preserva el modelo de impuestos para mantener, completar y perfeccionar el gasto público al que ha llegado la sociedad occidental después de una evolución histórica a lo largo de siglos. Se trataría de aplicar lo que se conoce como tasa Tobin, pero a todo el proceso de creación de valores que no tiene una relación directa con la economía productiva. Tal tasa la ideó James Tobin para los cambios de moneda que suponen, sin producir nada, una ganancia de dinero aprovechando los cambios del valor de la moneda. Propuso que un porcentaje de esta ganancia, el 1% se aplicase para ayuda a los países del Tercer Mundo. Si se amplía su aplicación para las recalificaciones de terrenos, para las inversiones especulativas en Bolsa, para la valoración de las empresas mediante operaciones de fusión y demás mecanismos de la economía financiera, con un 10% es posible financiar una Renta Básica, pero por supuesto en una zona monetaria. Ya no es una cuestión de una zona geográfica, sea autonomía o Estado. Insisto que es una medida económica
El mercado de capitales ha generado un modelo que permite crear riqueza con la comercialización del dinero, lo cual da origen al "plus capital", el cual hasta ahora no aporta su cuota al desarrollo social, como lo hacen los asalariados o productores industriales mediante los impuestos.
Por otra parte los Estados han sido superados por los grandes emporios económicos a la hora de manejar riqueza, por lo que se hace necesario establecer nuevas medidas, como la Renta Básica, que permita adecuar la economía a la nueva realidad. Es decir la Renta Básica no es sino un ajuste en el desarrollo económico. Es de tal calibre que supone una reestructuración, perestroika, del capitalismo. Tomemos en cuenta el dato que ofrece el profesor de Economía Política de la Universidad del País Vasco, Joaquín Arriola, cuando reflexiona sobre la globalización: las cien mayores empresas productivas multinacionales con 12´5 millones de trabajadores tienen un peso económico equivalente a los cien mayores países subdesarrollados, con 4.150 millones de habitantes. O cojamos las tablas del Banco Mundial y se comprueba que las cuatro corporaciones empresariales mayores del mundo venden anualmente por un valor superior al producto Interior Bruto del Estado Español. Es evidente que hacen falta nuevas pautas para redefinir el progreso económico y social. Lo cual ya no se sustenta sólo en el trabajo y sobre la base de la actuación de los Estados.
Las medidas de protección social surgen y llevan a modelos de estado totalitarios, lo que fue la política de Bismark, o mismamente las pagas extraordinarias ideadas por Girón y el sistema de puntos en la época de Franco. El modelo keynesiano de intervención pública en la economía llegó al límite de sus posibilidades a comienzo de los años 90 debido al incremento del desarrollo de las tecnologías, lo que ha hecho fracasar la política social de Shrröder en Alemania o de Blair en Gran Bretaña, pues desemboca irremediablemente en un déficit presupuestario que a la larga es insostenible y potencia precisamente lo que quiere evitar, como es el incremento de puestos de trabajo. Como indica D. Felipe Martínez Cañibano, hay que pasar del modelo asistencial y de control político a través de políticas sociales al de los derechos universales incluyendo en éstos la economía
El Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, Febrero de 2001, pidió ante una convención de empresarios, que los derechos humanos no fueran sólo una exigencia política, sino que también se desarrollasen en la economía, como derechos del trabajador y el respeto al medioambiente. Con la incorporación de los derechos humanos a la economía se dará rostro humano al mercado global. Este deseo sólo será posible si se tiene en cuenta la Renta Básica.
Manuel Pérez Ledesma, catedrático de Historia, analiza que ciudadano es el que participa de la cosa pública y súbdito es quien esta "subyecto", sometido, al poder de otro. Si lo aplicamos a lo que venimos diciendo vemos que hoy somos súbditos, especialmente, del Poder económico. Durante los años 1776 y 1789, en que suceden la Revolución Francesa y la Declaración de Independencia de los EE.UU. aparece el concepto de ciudadanía, que implica derechos más deberes. El ciudadano es una unidad en un conjunto. Se han desarrollado los derechos civiles en el s. XVIII, los derechos políticos en el s. XIX, los derechos sociales en el s. XX (salud, educación...). En la actualidad nos vemos abocados a luchar por los derechos económicos, los cuales vienen definidos por la RB, sin la cual los demás hacen aguas. Pero no como algo utópico sino que parte de la realidad al exigir el derecho a un mínimo para vivir. Aceptando la desigualdad económica, pero a partir de una igualdad básica que permita la supervivencia. Lo cual nos lleva a recoger las tesis del economista indio Amartya Sen, en su obra "igualdad ¿de qué?".
Podremos abordar el republicanismo además de como una forma de Estado, también sobre la inserción del individuo a la colectividad que permita la autorrealización y la no dominación.
Podemos entender como derecho económico el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad". Como se puede comprobar no se trata de un derecho vinculado al trabajo, sino al hecho de tener la condición de ser humano. Lo cual garantiza per se la RB y además queda definida en dicho artículo.
El artículo 35 de la Constitución española establece que todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia. Lo que nos preguntamos, como hace Agustín Morán, es ¿y si no hay trabajo?. Más aún las nuevas condiciones laborales de temporalidad y precariedad impiden que muchos jóvenes puedan llevar a cabo una vida autónoma sin depender de nadie. En este artículo se indica el derecho a la elección de profesión u oficio, lo que en la mayoría de los casos no es posible.
El art. 47 se refiere al derecho de todos los españoles a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Lo que habrá que matizar indicando que será si se cuenta con dinero suficiente para ello, lo que una vez más nos lleva al ciudadano económico. Fuera de la economicidad muchos derechos quedan fatuos.
El art. 128 primero del Título VII, sobre Economía y Hacienda, dice: "Toda riqueza del país en sus distintas formas y sea cual sea su titularidad está subordinada al interés general". ¿Qué se entiende por interés general? De cualquier forma, la Renta Básica nunca entra en contradicción con las bases teóricas de la Constitución, más bien transforma unos conceptos abstractos en una práctica concreta y real. De manera que hace la interpretación más amplia y menos excluyente, sin cargas ideológicas para definir la "necesidad", "interés general", "equipar", "protección social y jurídica", "justa distribución". Por ejemplo se puede entender como "interés general" una base de subsistencia básica para todos los ciudadanos, de manera se describe la ciudadanía económica. En definitiva la RB como derecho económico es una hipóstasis de los demás derechos, les da su ser, es decir logra hacer viable los demás derechos constitucionales y los derechos Humanos que quedan en lo abstracto si no se aplican en lo concreto con medidas como la Renta Básica.
La RB nos sitúa ante un cambio de modelo, de visión del mundo y más que la viabilidad de tal medida lo que nos impide verlo es nuestra mentalidad, construida a lo largo de siglos de historia. Sucede igual que cuando se descubrió que la tierra es esférica. La gente se preguntó que los que vivieran abajo se caerían o que irían haciendo el pino. O cuando se supo que la tierra se mueve alrededor del sol ¡si estamos quietos! O como cuando Ramón y Cajal descubrió que una masa tan densa y homogénea como es el cerebro está formada por células separadas unas de otras. Con la Renta Básica nos pasa lo mismo, supone un cambio de paradigma que exige una nueva manera de ver el mundo, la economía.
Otro mundo es posible, otra economía también, si somos capaces de pensar de acuerdo a la nueva realidad. La Renta Básica no se propone para interpretar el mundo, ni para cambiarlo, sino porque el mundo ha cambiado y es necesario interpretar dicha transformación. Por esto nos situamos en los albores de una revolución histórica por lo que significa como avance en la lucha por la libertad. En ello estamos.