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COMO DECIAMOS AYER

COMO DECIAMOS AYER COMUNICADO ASOCIACION UNIFICADA GUARDIAS CIVILES

Escrito por Enrique Meneses

Bitacora de Enrique Meneses -06/08/05



Volver a casa tras casi un mes de ausencia, del 7 de julio al 5 de agosto, por una rotura de cuello de fémur, es encontrar muchas noticias parecidas unas a otras y los mismos comportamientos y usos de la oposición mayoritaria.. No se sabe si Esperanza Aguirre quiso demostrar la maldad del sistema de las autonomías negando un buldózer a Castilla La Mancha durante los incendios del Alto Tajo o si todas las coordinaciones en la lucha contra incendios tienen que mejorarse y para ello es el gobierno central el que debe articularlas. Tenemos bastantes incendios cada verano como para dar trascendencia al asunto. España no se ha roto en mil pedazos pero se está quemando un verano tras otro.
El que un hombre acuda a pedir ayuda a un Cuartelillo de la Guardia Civil y salga muerto en una ambulancia, creíamos que eran cosas del pasado. ¿Recuerdan aquellos tres jóvenes que fueron de Santander a Pechín (Almería) para asistir a una Primera Comunión del hermano de uno de los tres, un fatídico 10 de Mayo de 1981? Confundidos por la Guardia Civil con un comando etarra, fueron torturados y posteriormente eliminados para borrar cualquier huella de los hechos. Como suele suceder, todo salió a la luz aireado por el PSOE de Felipe Gonzáles. Entonces en la oposición. La UCD se defendió argumentando el reciente asesinato del General Valenzuela y, sobre todo, el golpe del 23-F que se produjo unos meses antes. La Historia se repite y en un mismo rincón de España: Almería.
Al arco parlamentario español va a tener que tomar decisiones muy importantes sobre la Guardia Civil, un cuerpo que goza de la confianza de los españoles y que no puede ni debe verse en entredicho por unos cuantos indeseables esparcidos por cuartelillos de nuestra geografía. Una democracia avanzada, como se supone que es la nuestra, tiene que depurar rápidamente, y con claridad cristalina, los comportamientos ultra de algunos de sus miembros. Ni corporativismo ni obediencia debida.
En Londres se asesinó a un joven electricista brasileño de 27 años, Jean Charles de Menezes (algún lejano familiar de la rama portuguesa de los Meneses como lo era el Conquistador de Ceuta), sencillamente porque levantó sospechas. Nadie ha comprendido cómo, a un individuo de rasgos magrebíes del que se sospecha que lleva una bomba bajo las ropas, se le deja acceder a un autobús primero y a la estación de Metro Stockwell donde se le abate de 8 disparos, siete de los cuales directamente a la cabeza. Dicen los expertos que es a la cabeza a donde hay que disparar para evitar que explote la posible bomba. Pero el hombre estaba ya caído en el suelo cuando le dieron muerte. No se le harán reproches al policía porque cumple las normas de actuación de las Fuerzas de Seguridad en la lucha contra el terrorismo. Los derechos del individuo no cesan de restringirse en aras de la seguridad colectiva. Se parte de la expresión guerra contra el terrorismo para movilizar ejércitos. No cabe en cabeza con dos dedos de frente que unos uniformados, con estructura jerárquica, se enfrenten con un ejército de sombras que se mueven a su antojo en escenarios que les son bien conocidos y con las complicidades pertinentes. Si lo que pretende el terrorismo islamista es que la forma de vida de nuestras sociedades occidentales se resquebraje y caiga hecha añicos, lo conseguirá si cambiamos libertades por seguridad.
Utilizar al ejército para proteger lugares estratégicos es útil como medio disuasorio y para destinar a otras funciones a los profesionales de la policía, no lo es tanto como operativo. La lucha contra-terrorista consiste en infiltrar los núcleos revolucionarios y permitir el desmantelamiento de importantes sectores de la estructura revolucionaria, además de secar las vías de financiación y dificultando el apoyo del entorno. La legislación que se fue construyendo alrededor de los etarras gracias a la perseverancia y habilidad del juez Baltasar Garzón y al pacto Anti-Terrorista suscrito por el PP sobre ofrecimiento del PSOE. Las redes financieras, las escuelas o “madrasas”, los parentescos entre detenidos y entorno, la vigilancia de lo que dicen los ulemas en las mezquitas, todo ello favorecerá esa lucha, que no guerra entre unas sociedades que dejaron que se pudriese el problema de Palestina e Israel y favorecieron, y siguen haciéndolo, el rencor y amargura que hoy invade millones de jóvenes musulmanes sin futuro mientras negociamos con los sátrapas que ciegan ese futuro pero disponen del petróleo que nos hace tanta falta.
Nota No puedo dejar pasar esta ocasión para agradecer a quienes se han interesado por mi salud y deseado verme regresar a La Bitácora. Que a los 75 años haya pasado por primera vez por un quirófano, no me permite presumir de precoz aunque para los especialistas, estar en casa en vísperas de que se cumpla un mes de mi rotura de cuello de fémur y haya aprendido a valerme de las muletas, incluso caminar con una sola, tiene cierto mérito. Seguramente las obras que agujerean Madrid de punta a punta tardarán más en concluir que yo en reponerme del todo. Para algunos amigos, me sienta bien el Titanio, aunque suene al pasar los controles policiales. De todos modos ¡no confundan Titanio con Titadyne!

ANULAR LOS CONSEJOS DE GUERRA

ANULAR LOS CONSEJOS DE GUERRA Escrito por Carlos Jiménez Villarejo ex Fiscal Anticorrupción

El Periodico de Cataluña -22/04/05




El Consejo de Guerra permanente número 2 de Valencia juzgó y condenó, en 1941, a dos personas por delito de adhesión a la rebelión. El 19 de febrero dictó sentencia condenándolas a la pena de muerte, que fue ejecutada el 5 de abril. Veintidós años mas tarde, el 18 de abril de 1963, el Consejo de Guerra de la Primera Región Militar condenó a Julián Grimau, comunista, a la misma pena, siendo fusilado horas después.

Son dos de las incontables sentencias dictadas por los tribunales militares franquistas. Pero ambas tienen una especial significación. En los dos casos los familiares de los asesinados, ya en democracia, acudieron a la jurisdicción ordinaria solicitando la nulidad de las sentencias.

La razón era obvia. No fueron juicios justos, los acusados habían padecido una total indefensión y era evidente la ausencia de imparcialidad de los militares que formaban esos tribunales. Esos consejos de guerra, como todos, sacrificaron los principios y garantías, de inspiración liberal, en aras de la "rapidez y ejemplaridad" del procedimiento militar.

En todos los procesos incoados contra republicanos y demócratas, la jurisdicción militar actuaba como un instrumento de la dictadura para su represión y exterminio. Una jurisdicción militar instituida en el bando de guerra de 28 de julio de 1936 y mantenida por sucesivas disposiciones legales. La débil expectativa generada por la Ley de Orden Público de julio de 1959 se desvaneció por otro decreto de septiembre de 1960 que mantuvo la vigencia de las normas inmediatamente posteriores a la Guerra Civil y, por tanto, la continuidad de los tribunales militares.

Frente a lo que es una evidencia histórica, aquellos familiares reclamaban justicia. La respuesta de los tribunales, de la sala de lo Militar del Tribunal Supremo no ha podido ser más desalentadora. En los dos casos, han rechazado revisar las sentencias. Respecto del caso de 1941, el Supremo sostuvo el 13 de mayo del 2003 que la Constitución de 1978 no permite corregir las sentencias dictadas durante el franquismo, por los que llama "órganos jurisdiccionales". El Tribunal admite como ordenamiento jurídico entonces vigente el bando declaratorio del estado de guerra de 18 de julio de 1936 cuando ya es evidente que no hubo declaración del estado de guerra sino un golpe militar contra el Gobierno legítimo de la República. En coherencia, el Supremo entiende que los consejos de guerra de 1941 aplicaban el "derecho vigente" como si se tratara de un ordenamiento dotado de legitimidad democrática.

En el caso de Grimau, la sentencia del 30 de enero de 1990, fue idéntica, aunque concurrían en el tribunal militar circunstancias que hacían aún más patente su ilegalidad. El ponente no era licenciado en Derecho ni pertenecía al cuerpo jurídico militar, manifiesta irregularidad que también se dio en otros consejos de guerra. Pero en este caso el presidente del tribunal disintió de la solución adoptada y emitió un voto particular a favor de la nulidad de la sentencia que condenó a Grimau. Ello le llevo a consideraciones como estas: "la condena de Julián ha de reputarse inexistente", fue un "acto estremecedor para la conciencia jurídica", más que una sentencia era una "apariencia de sentencia". Aquella muerte, continuaba, "no fue el desenlace de un proceso, fue un acto despojado de todo respaldo jurídico; un hecho máximamente reprobable por su absoluta contradicción con el Derecho".

Ante estas dos resoluciones, puede afirmarse que el derecho a la tutela judicial efectiva frente a los tribunales franquistas ha sido completamente estéril. Pero, mientras tanto, continúan conservando validez jurídica los procesos y las sentencias que condenaron, como si de delincuentes se tratara, a miles de demócratas. Es hora ya, en pleno proceso de recuperación de la memoria histórica de las víctimas del franquismo, de que "el reconocimiento y satisfacción moral" de las mismas incluya la declaración de nulidad de todas aquellas sentencias porque eran nulas de pleno derecho.

Ya no se puede plantear que las personas condenadas, sus familiares u otras organizaciones deban recurrir a los tribunales, por mucho que se simplifiquen los trámites procesales, para solicitar la revisión de las sentencias. El Gobierno debe corresponder a ese derecho histórico de las víctimas arbitrando las formulas jurídicas precisas para declarar, de oficio, la nulidad de esas sentencias. Se ha intentado infructuosamente en diversas ocasiones. No basta con declarar ilegítimo y condenar el golpe militar de 1936. Hay que reparar el inmenso daño causado a los que sufrieron la feroz represión de la dictadura.

Cuando parece acabarse con la simbología franquista, éste debe ser uno de los objetivos prioritarios de la Comisión Interministerial para el estudio de la situación de las víctimas de la guerra civil y el franquismo.

EL SOCIALISMO COPA EL CENTRO EN PORTUGAL

EL SOCIALISMO COPA EL CENTRO EN PORTUGAL Escrito por Felipe M. Cañibano

Democracia -24/02/05

Como pocas veces ha ocurrido en Europa desde hace veinte años -excluidos los nuevos países democráticos del extinto bloque soviético-, las elecciones del pasado domingo en Portugal han evidenciado un fenómeno inquietante: los partidos socialistas están ocupando el espacio de centro...

Al mismo tiempo, la revitalizada derecha autoritaria (la llamada derechona) condiciona a los gobiernos conservadores y los hunde electoralmente.

Los socialistas que tiran hacia la derecha ganan electores (caso del PS de José Sócrates) y el centroderecha que pacta con la derechona se suicida, como le ha ocurrido al Partido Socialdemócrata (PSD) luso, un partido de centro como pocos hay -¿o había?- en Europa.

Los centristas lusos eran fieles a los planteamientos de su fundador, Sa Carneiro, y a los de su último líder ideológico, Cavaco Silva.

Los que han asustado

Pero esa línea y su correspondiente oferta electoral, caracterizada por su cerebral interclasismo y por su medido y equilibrado respeto a las clases dirigentes y a los ciudadanos del común, fue dinamitada por el ex maoísta Durão Barroso (el “cuarto hombre” en Las Azores); cuyo sucesor, Santana Lopes -un técnico sin poso ni habilidades ideológicas-, cayó en brazos de la derechona que representa el CDS-PP de Paulo Portas.

Barroso y luego el tándem Santana-Portas han logrado asustar a gran parte de las clases medias lusas -desde la media-baja hasta la media-media-, que han entregado su voto a un socialista de color rosa que sí ha sabido leer e interpretar lo que quiere la mayoría del electorado, que en Portugal exige cosas bien simples: poner coto al creciente desempleo, reorganizar las finanzas públicas, acabar con el nepotismo de la Administración barrosista, animar a los inversores y dejar de gastar dinero en lujos ideológicos absurdos …

Suspiros de España

Suspiros de España Escrito por Soledad Gallego Díaz
El País - 21/02/05

El suspiro de alivio se debió escuchar en casi toda Europa. España había superado el trance, no con brillantez (un 42,3% de participación debería dar origen a una seria reflexión para el futuro y moderar cualquier ánimo eufórico del Gobierno) pero sí con cierta compostura. Sobre todo porque no estuvo claro hasta el final que se consiguiera rebasar ese fatídico listón.

Quedar por debajo del 40% hubiera sido una auténtica catástrofe cara a los otros nueve referendos que se celebrarán después del nuestro en otros tantos países de la Unión.

España era la primera y logró desenvolverse con decoro gracias al casi aplastante voto favorable (76,7% frente a un 17% de noes).

Habrá que agradecérselo al esfuerzo y responsabilidad de los ciudadanos más que a los partidos políticos porque, superado el trance, hay que insistir en que ésta ha sido una campaña a favor del sí insuficiente, precipitada por parte del Gobierno y especialmente anémica por parte del Partido Popular y de los partidos nacionalistas moderados, incapaces de subordinar sus intereses estrictamente particulares a la defensa de una opción europea con la que, sin embargo, se han venido identificando desde hace años.

Ha sido realmente una ocasión perdida, una ocasión desaprovechada por parte de todos estos partidos para impulsar y animar ese gran sentimiento europeísta que, pese a todo, y a trancas y barrancas, sigue conservando, a lo que se ve, una buena parte de este agradecido país.

Las conferencias de prensa de anoche reflejaron hasta la náusea esa ansia partidista: los socialistas se esforzaron en ignorar la baja participación, como si el resultado del 42,3% hubiera superado todas sus expectativas.

Y el líder del PP, Mariano Rajoy, pareció por el contrario relamerse de puro placer ante esa escueta participación, ignorando que o bien sus propios votantes no le han hecho el menor caso cuando solicitaba el sí o bien ha consentido una campaña engañosa y flácida, en la que la poderosa organización de su partido se ha mantenido escrupulosamente al margen.

Tanto Rajoy como quienes le acompañaron anoche sabían perfectamente que si el Partido Popular hubiera mantenido una actitud menos obscena, el porcentaje de participación habría superado el 50%.

De lo que no deberían dudar los otros países de la UE es del espíritu europeísta de la mayoría de los españoles, porque incluso buena parte del voto negativo (17%) corresponde a un sector que no es, en absoluto, "euroescéptico" sino que rechaza la Constitución precisamente por lo contrario: por creer que es "insuficiente" o poco federalista.

Que Izquierda Unida (IU) quiera adjudicarse en exclusiva el voto del no, como pretendió anoche Gaspar Llamazares, sería injusto porque también tienen derecho a reclamarlo los nacionalismos más radicales, como Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y la ilegal Batasuna.

Casi milagrosamente, el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, ha salido indemne de este referéndum, especialmente difícil en estos momentos.

El PSC, angustiado con los problemas de Barcelona, no hizo prácticamente campaña a favor del sí, mientras que sus socios de Gobierno (ERC e ICV) llegaron incluso a organizar un envío masivo de cartas solicitando el no.

Aun así, los catalanes respaldaron la Constitución europea con un 65% de los votos emitidos (frente al 27% del no). Un gesto notable.

¿Socialismo de los ciudadanos?

¿Socialismo de los ciudadanos? Escrito por Manuel Escudero
Manuel Escudero es profesor de Macroeconomía y Análisis Político Internacional. Instituto de Empresa

El Pais - 13-07-04

Disiento de quienes piensan que el pasado cónclave socialista no ha tenido contenido político y de ideas. Merece particular interés detenerse en el concepto central presentado por Rodríguez Zapatero en su discurso de clausura del 36º Congreso del PSOE: el "socialismo de los ciudadanos".

Este concepto, bastante novedoso, ¿fue sencillamente un recurso de marketing feliz, como redondo broche de oro? ¿O fue, más bien, un embrión de un nuevo intento innovador para actualizar el pensamiento socialista?

Yo quiero pensar que se trata más de lo segundo que de lo primero. Lo digo porque, efectivamente, o el socialismo del siglo XXI es de los ciudadanos o no conseguirá en cuanto a renovación algo que vaya más allá de los magros resultados y el corto recorrido que ha tenido la Tercera Vía de Blair.

La piedra de toque, el único fundamento posible para repensar el socialismo en clave ciudadana, consiste en que hoy nos encontramos con un gran sector electoral compuesto por "nuevos ciudadanos". Se trata, por un lado, de ciudadanos que, debido a las transformaciones sociales producidas por el Estado de bienestar, están mucho mejor formados que en el pasado. Que, por ello, tienen una autonomía moral mucho más desarrollada. Y que, en consecuencia, miran con criterio propio a la política, son mucho menos manipulables y tienen otros intereses de agenda pública aparte de los suministrados por la política.

Pero hay otro fenómeno que también ha hecho de ellos "nuevos ciudadanos". La humanidad ha dado un salto enorme de reflexividad con la creación de las redes virtuales. Todos nos informamos de todo al mismo tiempo en todo el mundo, y todos tenemos acceso a los mismos análisis globales. Debido a ello, ha aumentado la capacidad preventiva de la estirpe humana, su habilidad para ser consciente de las consecuencias de sus propios actos. Y por ello se tejen con rapidez estados de conciencia muy compartidos por millones de ciudadanos a escala global.

De este modo ha surgido y se ha afianzado, en esa encrucijada global a la que hacía referencia hace unos días en este periódico el teórico del cosmopolitismo, David Held, una nueva conciencia difusa pero inequívoca, que se cimenta en tres creencias: la adhesión y defensa de los derechos humanos, la adhesión y defensa de una reorientación ecológica a escala planetaria y la convicción de que la globalización económica tiene que progresar en paralelo a la justicia social en todo el mundo. Estos principios ya son universales, en el sentido de que son profesados de modo activo por millones de personas, por encima de las fronteras.

De resultas de ello han surgido redes difusas de movilización ante lesiones flagrantes a estos principios. Y han surgido, país a país, nuevas organizaciones cívico-políticas nutridas por esos nuevos ciudadanos activos. Porque, no nos engañemos, las nuevas ONG, una gran parte de ellas al menos, no son organizaciones puramente sociales y ciudadanas: contienen muy a menudo una carga política indudable, un programa político más o menos desarrollado y sustentado en esos principios.

De ser cierto lo dicho hasta aquí, nos encontramos, inopinadamente, ante un nuevo sujeto político, que ya no es un sujeto colectivo como antaño lo era la clase obrera en bloque, sino que está formado por millones de ciudadanos individuales y moralmente autónomos, conectados de un modo muy desesctructurado a través de redes, con potencial de intervención en la agenda pública, tanto a escala global como al interior de los países.

Estos ciudadanos activos, que quieren ser tratados de tú a tú por la política tradicional, demandan, inequívocamente, unas nuevas reglas de juego: a la política le piden un nuevo contrato politico y a las empresas le piden un nuevo contrato social. Es por ello por lo que ha surgido, como un poderoso movimiento de responsabilidad social de las empresas.

¿En que consiste ese nuevo contrato politico que demandan los nuevos ciudadanos?. Creo que tiene dos componentes.

El primero es la petición a los partidos politicos tradicionales para que, de una vez, dejen de lado la “realpolitik” y aumenten su carga de “reformismo utópico”, cogiendo por los cuernos la necesidad de mas multilateralismo, de mas voz para los países menos beneficiados por la globalización, de una nueva arquitectura mundial basada en el dialogo pacifico, en la convergencia económica y el progreso social compartido. Es decir, la petición de que los partidos políticos abran espacios de actuación más allá de su dinámica electoral cortoplacista.

La segunda petición es, sin duda, la de una democracia representativa mas genuina: el la que no todo sea dar el voto; en la que los ciudadanos sean mas genuinamente representados, en la que tengan mayores posibilidades de control de quienes los representan; en la que haya mas deliberación con la gente, mas participación de la gente en la agenda publica, menos barreras de entrada, menos profesionalización de la política y menos distancia entre políticos y ciudadanos.

Hay que ser conscientes de la novedad teórica que implica este planteamiento. Por un lado, porque sugiere un nuevo sujeto como motor del progreso en el mundo actual: los ciudadanos activos. En segundo lugar, porque va mucho más allá de las tesis formuladas por los modernos teóricos de la democracia y el republicanismo: pues éstos se han referido hasta la fecha al perfeccionamiento institucional de la democracia, pero aquí se habla de una nueva fuerza social que sería el motor de ese perfeccionamiento.

Hay que ser también conscientes de los retos que supone interpretar el concepto del "socialismo de los ciudadanos" como núcleo central de una nueva teoría que repiensa el socialismo en el siglo XXI. Retos teóricos, sin duda, como el de la consistencia que pudiera tener ese nuevo sujeto. Y retos prácticos para la política tradicional tanto en el terreno internacional como en el de la construcción de una democracia representativa mucho más ciudadana en cada país. Por ejemplo, de ser cierta la reflexión que aquí se hace, los partidos de la izquierda habrían de aumentar mucho el grado de competencia y transparencia en su funcionamiento interno, y el episodio de la abolición de las listas abiertas dentro del PSOE no sería sino eso, un episodio en un partido que, sin embargo, en el largo plazo está condenado a la búsqueda de mecanismos que hagan más cívica la vida de los partidos políticos.

Por último, habría que ser conscientes de los potenciales beneficios de construir una nueva teoría y estrategia política basada en el concepto de un "socialismo ciudadano": el socialismo no se ha adaptado aún a la época de la globalización; la Tercera Vía de Blair ha terminado contra las cuerdas en los desiertos de Irak. Y, como alternativa, un socialismo que refuerce los rasgos radicales de sus convicciones democráticas, que ofrezca un nuevo contrato político a los nuevos ciudadanos y que sea la avanzadilla de "otro mundo posible", puede ofrecer respuestas a muchos de los grandes problemas del siglo XXI.

ETA aprende a hacer la Netwar

ETA aprende a hacer la Netwar Escrito por David de Ugarte
Las Indias - 03/12/04

Madrid, salida del puente de la Constitución: el nodo se mueve. 5 pequeñas explosiones colapsan durante unas horas las salidas de la ciudad. Más que un hacking experto al sistema de transporte, parece una tentativa de ataque de denegación de servicio por parte de un cracker novato. ETA saca sus consecuencias operativas del 11M. ¿Hasta dónde puede aprender? ¿Cúales son los nuevos peligros? ¿Será la ETA del futuro como AlQaida? ¿Qué hacer?

Tres de diciembre de 2004. Madrid se mueve para un largo puente de casi cinco días. Suena el teléfono en la oficina del entorno Indias: ETA ha avisado de la colocación de cinco bombas en gasolineras de las principales salidas de la ciudad. Estalla la primera, llegan noticias de la segunda. En Ciberpunk News cubrimos la noticia y hacemos los primeros análisis:

Parece un ensayo, bien presente la lección iraquí. Gara va cantando, como éxito propio cada explosión en tiempo real. Se olía: esta mañana los TEDAX recorrían Madrid con perros olisqueando coches, estaban en alarma, como hace diez días. Temían el coche bomba. Pero los etarras, los que queden, los más jóvenes, parece que habían aprendido más. Lo temíamos. Lo tememos, el upgrade al swarming es la antesala de la guerra de red (...)

Durante toda la semana la policía colocó controles en las entradas de Madrid dando altos por la noche, abriendo maleteros y buscando con linternas explosivos. Pero ETA había aprendido del 11M: reducir al mínimo la logística, multiplicar los golpes, dispersar las unidades. De este modo si uno cae se minimiza el daño. Distribuyendo el poder de daño la viejas formas de control y defensa empiezan a fallar.

A nadie se le escapa un retazo de hackerismo en la mirada del estratega etarra: el explosivo lo pone el sistema atacado. Si en el 11S y el 11M nuestro sistema de transporte fue el que llevó las bombas a su destino, en este atentado las gasolineras eran convertidas en bombas en potencia que ahorraban a los terroristas la compra, preparación y transporte de kilos de explosivo. El usado debía entenderse casi como detonador. Y el que estallaran lejos de los surtidores como un aviso.

El Ministro del Interior informa en rueda de prensa. Asegura, como un hecho que debería tranquilizarnos que ETA no tiene estructura estable en Madrid. En realidad se trata de todo lo contrario. La noticia es que ETA no necesita ya las costosas estructuras del terrorismo clásico para colapsar Madrid. Algunos amigos nos escriben en caliente: ETA ha sacado sus primeras lecciones del 11M, el viernes de la Constitución ha ensayado su propio hacking al sistema de transportes. Desde Francia nuestro compañero Pere Quintana lo caza al momento:

te escribo dl mobil, no tengo inet. acabo enterarme eta. los nuevos etarras aprenden? prefieren hackear las salidas d la ciudad y bloquearla q matar? es posible una nueva eta? o hacen esto pq no les queda nada? dsesperacion o netwar? espero q el caos no haya sido monumental, con el trafico q habia! n he visto imagenes solo comentario en france inter.

Otros, que no nos quieren tanto, pero por lo que se ve nos sobrevaloran tanto como infravaloran la magnitud del cambio de época, publican con desparpajo que Ugarte les ha convencido de pasarse del terrorismo al sabotaje.

Lecciones operativas
Pero hay importantes diferencias todavía entre el terrorismo de red y estos primeros ensayos etarras, aunque desde luego marquen una evolución y una voluntad que deberían hacernos reflexionar. ETA está aprendiedo de la experiencia iraquí más que lo que en su día, dónde todo estaba más mediatizado ideológicamente, aprendió de Vietnam. ETA, por su propia naturaleza, no puede tener más que problemas para interiorizar la lógica del swarming. Como escribíamos en agosto de este año en Ciberpunk News:

Leer el "Gara" tras el 11m ayuda a comprender la originalidad del terrorismo islámico -su articulación en redes-, en contraste con el terrorismo vasco -local e, incluso, familiar-. El llamado "problema de la dispersión de presos" es un ejemplo de ésto, y toda la retórica que se genera alrededor, acusando al gobierno español de asesino por obligar a conducir, a los que visitan a los presos, demasiados kilómetros por carreteras comarcales, refleja la obsoleta naturaleza de ETA. Es importante, por eso, estar muy al tanto de la posible aparición de un Bin Laden que redefina toda la organización.

Tan sólo dos días después ETA hacía en Asturias sus primeros experimentos con pequeñas cargas explosivas. Titulábamos: ¿ETA experimenta con redes?:

El 8 de septiembre de 2003 un grupo terrorista asturiano, llamado "Socialistas Asturianos" a imitación de "Sozialista Abertzaleak" ("Socialistas Patriotas", el grupo parlamentario afín a los postulados de ETA ), hizo su presentación en sociedad poniendo una bomba casera en una sede del PP en San Martín del Rey Aurelio. Hoy ha estallado en Llanes, Asturias, la quinta de una serie de pequeñas bombas que sin causar daños personales, parecen querer demostrar la "vida" de ETA en el Cantábrico. ¿Sería demasiado arriesgada la hipótesis de que ETA está experimentando con reorganizarse en red? Seguramente hace dos años sí. Pondría en peligro su naturaleza tanto "nacional" como jerárquico- militar. Ahora pocas alternativas tiene para captar nuevos militantes que "vender" tecnología y conocimiento a grupitos simpatizantes marginales en comunidades vecinas a cambio del uso de la marca histórica en España de la violencia organizada fuera del estado. Con todo sigue siendo una hipótesis aventurada, pero no hay que cerrar los ojos, la reinvención de ETA es un peligro real.

Pero, todavía en aquel momento, la tradición jerárquico- militar de la banda, fuertemente inserta en su identidad era el principal obstáculo para su redefinición en términos válidos para la guerra de red. La situación alcanzada por las fuerzas de seguridad y judiciales españolas y francesas se nos antojaba la óptima: casi destruídos los comandos y la estructura financiera pero con una cúpula fuerte y con mando que no toleraría la disolución del grupo en una red invertebrada.

Pero en Octubre las fuerzas francesas desarticulan la cabeza de ETA. No podemos dejar de pensar que se trata de un error, si no de un regalo envenenado de nuestros vecinos. Escribíamos entonces que:

No está nada claro que "quisiéramos" detener a Antza en este momento. Parece ser que lo que precipitó la operación fue el reseteo de los servicios secretos franceses, apremiados por su reforma interna a cerrar casos a toda velocidad. Pero ¿es lo que interesaba a España?. Tal vez no. Aumentar la velocidad de rotación de los cuadros eliminando de paso de la dirección a un "político" con legitimidad interna suficiente como para impulsar un proceso de negociación y el horizonte de fin de las armas, para que entren los borrokildes de jersey de bolitas, chapa y melenilla por detrás, no parece que fuera una prioridad para el Ministerio de Interior. Lógicamente. Entre los jarraetas ha habido más de uno que ha leído el 11M como una señal. ETA siempre ha querido -y combatido por- el monopolio de la violencia antiestatal. En su día hizo lo posible por eliminar a la "competencia" en la alteridad del estado. No una sino varias veces, desde los autónomos, hasta las tentaciones armadas de los primos emeceros, pasando por Terra Lliure. Pero los yihadistas son otra cosa. Y lo saben. La alternativa interna es reestructurarse (cosa difícil dada su naturaleza cuadrillil) y competir con ellos en terror y horror o abrir el camino hacia otra cosa, sin armas. Dejar a los jóvenes el camino abierto al mando podría escorar el futuro hacia la primera opción.

El gran peligro ahora: la netocratización de ETA
El atentado de ayer se inscribe en un proceso iniciado el 11M y que apunta hacia la netocratización de ETA. La clave está en que en el entorno nacionalista- soberanista- independentista vasco se están dando las condiciones que en su día se dieron en el del clericalismo político musulmán para la aparición de una netocracia armada.

Esto se ve desde la mera aproximación a las conversaciones en la calle del entorno nacionalista moderado hasta los debates que sobre Iraq y la experiencia de la "resistencia" iraquí tienen lugar en la prensa independentista.

Ahora imagínense una ETA netocrática: sin un mando central, sin una estructura "infiltrable", sin necesidad de un aparato financiero o de organización. Imagínense que en ese entorno directamente filoterrorista -de más de 20.000 personas- cada uno "sabe lo que tiene que hacer" y sólo contacta con "la organización" a posteriori, para usar la marca en la reivindicación si el resultado ha sido del gusto de los "teóricos".

Una red así no tiene marcha atrás precisamente porque no está jerarquizada y porque sus referencias, sus netocratas, lo son sólo en la medida en la que sirvan al objetivo fundacional, de ahí su maximalismo y nihilismo. De ahí que se conviertan fácilmente, en una llaga abierta por siempre. Vivimos un momento dramático, una verdadera cuenta atrás: o solucionamos definitivamente la "cuestión etarra" (negociando reagrupamientos e indultos y fortaleciendo a los nacionalistas frente a los filo terroristas por ejemplo) o es cuestión de tiempo que ETA aprenda las lecciones de la Yihad, no sólo operativa, sino organizativamente. Entonces ténganlo por serguro: podremos "ganar todas las batallas", como dice Rumsfeld en Iraq, pero las condiciones mínimas para garantizar las libertades habrán sido derrotadas por largo, larguísimo tiempo.

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Actualización 6/12/2004
Una los puntos con una línea... y rece
Llega la segunda parte del experimento etarra: ampliación de escala. Del hackeo local al nacional, de las salidas de Madrid, al eje norte- sureste. Tracen la línea de puntos del segundo atentado, compárenlo con las líneas de velocidad alta de tren y con las rutas por carretera que vertebran España. Confirmado: nada de las viejas estructuras estables, pisos francos y demás. No hacen falta.

La pregunta que queda es si se trata de un único comando. Si es así la hipótesis del "hackeo" como filosofía de acción se refuerza. Podría tratarse de un experimento fruto de la desesperación logística o de que ETA ha llegado a la convicción de que no requiere víctimas mortales para conseguir sus objetivos. Pero, aunque más difícil, podría tratarse de algo peor: que el mismo atentado estuviera preparado en red, con distintos grupos actuando en distintos lugares de manera coordinada. En ese caso se trataría ya de un experimento consciente de netwar, de terrorismo en red. Y lo que es peor, un tipo de experimento y de forma de organización que transitaría ya hacia la organización reticular. El eslabón necesario entre la jerarquía y la netocracia.

Pásalo!

Proyecto Socialista, Proyecto Ciudadano

Proyecto Socialista, Proyecto Ciudadano Escrito por Felipe M. Cañibano
Diario de León - 22/01/04


Ante la próxima cita electoral general de Marzo, www.democraciacivica.net – Foro del Socialismo Ciudadano quiere hacer una contribución, dirigida a los ciudadanos progresistas, a la opinión pública y a la próxima Conferencia Política que el PSOE organiza para el día 17 de Enero. Queremos dirigir nuestra reflexión y propuestas a temas muy centrales, que están en el núcleo del sentimiento de impotencia que tienen en estos momentos muchos y muy numerosos sectores ciudadanos.
Hay que tener miedo a la derecha española. No se ha denunciado todavía con la suficiente nitidez en España la profunda transformación que ha sufrido la derecha a manos de los "neocons", los nuevos conservadores. El principal adversario político del progreso no es ya el neoliberalismo económico, sino el neoconservadurismo político. Ese que, inspirado en las ideas de Leo Strauss, y desarrollado por los ideólogos de Bush, como Wolfowitz, considera que el Estado no debe ser un instrumento neutral que asegure a todos los ciudadanos sus derechos, sino un instrumento político para abrir camino a los más poderosos. Que la democracia parlamentaria debe de ser enflaquecida hasta sus formas más elementales, para que la mentira se convierta en arma al servicio de la "alta política". Que la arquitectura mundial debe organizarse en torno a un imperio que tenga a los EEUU como su metrópoli.
Estas ideas han servido como basamento ideológico del empobrecimiento de las libertades en los EEUU, de sus recortes sociales, de la ruptura completa del multilateralismo, de la ocupación de Irak, y de la subasta de ese país ocupado a las grandes empresas de la coalición liderada por Bush.
Pero esas ideas han prendido también como la pólvora en el gobierno del PP. Explican su trayectoria en estos cuatro años de mayoría neoconservadora en España. Están detrás de los intentos de colonización de medios de comunicación y grandes empresas desde el gobierno, detrás de su creciente ataque al laicismo, detrás de la regresión democrática que ha impuesto a nuestro país y detrás de la sustitución del diálogo por el enfrentamiento en la España autonómica.
El PP es hoy un partido "neocon", y no un centro reformista. Nos encontramos en España ante una nueva derecha, dura, que ni busca compromisos ni consensos, convierte al adversario o al contendiente político en enemigo, y coloniza todos los poderes o los somete desde el poder político del gobierno. Hay que temer a esta nueva derecha española porque, armada de esa ideología, en cuatro años más de mayoría podría destrozar de modo irreversible el pluralismo autonómico de España y a España misma, someter más y más al poder político del gobierno el resto de los poderes democráticos, acentuar su control sobre la opinión pública, empobrecer la cultura democrática y laica, y hundir aún más la autoestima ciudadana. Y, sobre tal base, pasará, si no lo impedimos, de la beligerancia política a la social, mediante el recorte de los derechos sociales de los ciudadanos.
Los neoconservadores españoles no se merecen ya ni ofertas de consenso ni pactos de Estado. Se merecen una clara denuncia, un rechazo sin compromisos y una movilización contundente por parte de todos los ciudadanos que valoran la democracia, la tolerancia y el progreso de España.
Pero para que esa movilización sea posible se necesitan dos condiciones: primero, que las fuerzas políticas progresistas se comprometan seriamente con la reconstrucción democrática de España y, segundo, que presenten proyectos solventes y comprensibles para los ciudadanos. Sólo a partir de ello será posible un rearme ético y político de los ciudadanos progresistas, que, en nuestro país, son mayoría.
Un compromiso serio con la democracia parlamentaria: pensamos que es la regresión democrática protagonizada por el gobierno del PP, junto al déficit de credibilidad que en este terreno tienen todos los partidos políticos, la causa más profunda de la sensación de impotencia que tienen grandes sectores de ciudadanos progresistas. Ganar en credibilidad en este terreno sólo se conseguirá si se defienden medidas eficaces como:
1) Asegurar que, cuando los representantes vulneran claramente la voluntad de los ciudadanos, éstos tengan mecanismos para manifestar directamente la voluntad popular a través de una mayor posibilidad de realización de referéndums ciudadanos o para desposeer al representante de su mandato, a través de procedimientos tasados de recusación ciudadana, de acuerdo con el nuevo sistema electoral que más abajo se propone.
 Para que el sistema de democracia representativa funcione, existen dos exigencias básicas respecto a los Partidos Políticos:
 
a) En la medida en que en España son los Partidos los encargados de presentar candidatos a las elecciones y los ciudadanos sólo pueden votar listas cerradas, los partidos políticos tienen la más taxativa obligación democrática, una obligación que hoy no se cumple, de elegir y presentar a los mejores de entre sus filas, mediante sistemas eficaces y transparentes de nominación y de confección de sus listas, basados en la competición leal entre candidatos, y la selección transparente a partir del mérito y la capacidad.
 
b) Que la Ley de Partidos, que en este terreno sólo realiza una serie de brindis al sol tase unos procedimientos internos precisos de funcionamiento democrático de los partidos, respecto a lo enunciado en el párrafo anterior y en punto al control y la participación en todas las grandes decisiones por parte de sus afiliados, por procedimientos como las primarias. En este terreno, la Ley Orgánica de Partidos Políticos, reformada en junio de 2002, fue una gran ocasión perdida por todos los partidos políticos para cambiar estos extremos.
 
Es necesario cambiar la Ley de financiación de los partidos, convirtiendo todas las donaciones en transparentes.
En la medida en que, en España no elegimos parlamentarios sino partidos, ni elegimos personas sino números en una lista fija, la rendición de cuentas se convierte en un acto innecesario para unos representantes populares que, en muchas ocasiones, terminan su mandato como perfectos desconocidos para sus representados. Es necesario cambiar la ley electoral, de modo que las listas presentadas sean cerradas pero no bloqueadas. La definición de una lista cerrada a escala provincial junto a la emisión de un segundo voto en el ámbito de demarcaciones electorales dentro de cada provincia, en las que se pueda votar a;candidatos individuales, asegurará el orden de la lista. De este modo conseguiremos en España algo que es absolutamente imperativo ya: que los cargos electos conozcan más de cerca a sus representados y se vean impelidos a rendirles cuentas en todo momento.
Es imperativo cambiar el funcionamiento de los parlamentos, en cuestiones básicas como las siguientes, que impedirán que las mayorías parlamentarias hagan casi inútil el trabajo de la oposición: las Comisiones de Investigación deben de ser controladas por la oposición y no por el partido mayoritario, se debe establecer la existencia y la transparencia de "lobbies" y las audiencias a los mismos, abriendo el parlamento a todos los grupos de afectados por la formulación de leyes, el control al gobierno debe de convertirse en un elemento central de la vida parlamentaria y se debe ampliar los supuestos de libertad de voto por parte de los diputados y diputadas.
Los entes públicos de comunicación deben de pasar a ser independientes, con su propio estatuto de Autonomía, deben de ser regidos por comités independientes de la política, retirándose los representantes de los partidos de sus Consejos de Administración, y eligiéndose sus más altos cargos por un periodo de seis años y por mayorías cualificadas en sus respectivos ámbitos parlamentarios. Esta medida se debe de tomar a todos los niveles: nacional, autonómico y local.
Es necesario que el "cuarto poder", los medios de comunicación, se doten de un código de buena conducta no sólo de Responsabilidad Social sino que también de Responsabilidad Democrática.
Es necesario que aumente en grado extraordinario la difusión a través de los medios de comunicación, de la cultura democrática y de sus valores y del debate político y social. Para ello, los medios públicos de comunicación deben de tener un Consejo que promueva estas actividades y elimine el sexismo, la violencia y la sistemática intromisión en la vida privada de su programación.
Es necesario que la clase política se dote también de un código de buenas prácticas individuales, que incluyan, más allá de la ética frente a la corrupción, la observancia de la cultura democrática y, sobretodo, normas éticas relativas a que los políticos deben de asumir responsabilidades ante sus errores.
Por último es necesario introducir en la escuela y los institutos, a lo largo de todos los ciclos, la asignatura de Educación Cívica y Democrática.
Pensamos que los grandes proyectos que necesita España son tres: soluciones efectivas y rápidas a la situación y el destino que en España tiene la juventud, la creación de un activo movimiento ciudadano por una Europa laica, progresista y autónoma en el concierto mundial, y el lanzamiento de un debate nacional que conduzca a la actualización y reforma de la Constitución que convertan de este modo el Proyecto Socialista en un Proyecto Ciudadano.