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Ceranda

INTERNET RURAL

Escrito por Jose Alvarez de Paz.Abogado. Fue miembro del Parlamento Europeo

TUVE ocasión de participar en interminables debates, en Bruselas y en otros foros europeos, sobre el futuro del mundo rural, debates donde reinaba siempre la unanimidad, es más, igual que en la comisión abierta en Fuensaldaña para hacer frente al problema más difícil de nuestra Comunidad- «hagamos una comisión», dijo el sabio cuando no vio otra salida mejor,- el único atasco consistía en la imposibilidad de ponerse de acuerdo sobre quien era más rural que el otro. En todo lo demás había consenso, otra cosa es que el mundo rural se enterase, la verdad es que en todas partes se han seguido cerrando pueblos, cercenando oportunidades, regateando recursos, haciendo bueno aquello de «quien bien te quiere te hará llorar».

El mundo rural es contemplado desde la instituciones comunitarias como una reserva a proteger, una de las señas de identidad irrenunciables, enunciando siempre como primer objetivo fijar la población. Acto seguido, se escatiman los recursos, se ignoran los objetivos de los programas y se concentran las actuaciones-esponja en núcleos urbanos definidos como depredatorios y parasitarios, desertizadores de su entorno . «La llanura está triste y solitaria/la ciudad se la come». El ejemplo más próximo de esta política lo tenemos en los «fondos miner», que igual sirven para restaurar catedrales que para montar una gran cafetería en el Campus universitario, mientras las escombreras siguen ardiendo en los pueblos exmineros y la desertización avanza imparable, hasta el punto de que el Obispado de Astorga anuncia la supresión de dos de sus seis arciprestrazgos en el Bierzo, debido, en gran medida,«a la disminución poblacional en la mayoría de las zonas».

El programa Internet Rural, fruto de un acuerdo entre el Ministerio de Agricultura, la Federación Española de Municipios y Provincias y la entidad Red.es nació preñado de buenas intenciones, pero sólo cuatro de los 44 municipios elegidos lo tienen instalado, aunque debería estarlo ya el año pasado. Las prisas y el mundo rural no son compatibles, ya lo dijo Durao Barroso, conocido por por haber llevado la economía de Portugal al furgón de cola de Europa.

La cohesión social puede esperar, dijo el presidente de la Comisión, olvidando sus raíces cristianas, en vez de recordar aquello de «misericordia quiero y no sacrificio». Tendrán que seguir esperando, en algunos casos sin luz eléctrica. En los demás casos, el último que salga, que apague la luz.

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