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Hacia una Tasa de Renta Basica como modificación cuantitativa y cualitativa de la Tasa Tobin aplicada como un impuesto único o específico para financiar la Renta Basica.

Hacia una Tasa  de Renta Basica como modificación cuantitativa y cualitativa de la Tasa Tobin aplicada como un impuesto único o específico para financiar la Renta Basica. De la Tasa Tobin a la Tasa Renta Basica
Escrito por Ramiro Pinto Cañon

Hacia una Tasa RB como una modificación cuantitativa y cualitativa de la Tasa Tobin aplicada como un impuesto único o específico para financiar la Renta Basica.

El proceso de transformación económica provoca la evolución de los impuestos. Si seguimos los pasos de este camino para llegar al modelo actual y observamos la naturaleza fiscal que debe financiar la Renta Básica, no es sino un paso más dentro del progreso económico a lo largo de la Historia.

La evolución del sistema tributario, hoy en día, consiste en adecuarse a la economía de cada momento. Por una parte el modelo económico requiere de un sistema fiscal adecuado, pero por otra es necesaria una fiscalidad que afronte los gastos que la sociedad exige, cuyas exigencias dependen, especialmente, del tipo de organización política.

Para que la fiscalidad se adapte a la economía debe abarcar hasta adonde llega la riqueza finalmente, que es al sector económico dominante, aquel que impulsa y determina a todos los demás. Hoy la economía financiera.

La política de subvenciones ha fracasado, pues desemboca en abrir industrias temporalmente para recibir las subvenciones. Esto ya sucede de manera generalizada en el sector agrario, lo que hace depender al sector de las ayudas europeas, la PAC.

El desarrollo no sólo depende de la riqueza, sino de la organización económica de la que se dota una sociedad. De esta manera si las ayudas al desarrollo para los países pobres no cuentan con una estructura económica y dinámica se convierten en un pozo sin fondo.

Tampoco es posible un desarrollo sostenible para las sociedades ricas si no se organiza la economía de manera que sea posible. No basta con tomar medidas sueltas o establecer un marco de buenas intenciones, con leyes y tratados que luego no se cumplen. La organización social de la economía implica a todos los ciudadanos, por lo que una parte de la riqueza que genera la economía ha de repercutir en el bien general, simplemente para que la economía funcione mejor, lo cual ya no es posible mediante la creación de empleo.

¿Cómo funciona el mercado financiera dentro del cambio que ha sufrido la economía en general, tanto por el desarrollo de la tecnología, como por la dimensión del dinero que diariamente se mueve? La creación de riqueza, impulsada desde el mundo de las finanzas, ha producido también una transformación en éste, y para nada se tiene en cuenta.

Muchas empresas mantienen su producción con un margen de beneficios muy mermados, pero necesitan mantener su productividad para que siga cotizando como negocio en la Bolsa, de cuya valoración obtienen grandes beneficios negociando con los capitales de los accionistas. Hay empresas que han llegado a falsificar sus resultados de venta de mercancía, para mantener y aumentar el valor de su cotización en Bolsa, que es por donde han recibido los beneficios.

En teoría la compra y venta de valores sucede en la Bolsa para lograr beneficios, dentro de unos riesgos que pueden hacer sufrir pérdidas. Sin embargo esta dinámica se ha transformado, de manera que los beneficios que se obtienen al invertir una parte del capital disponible de una empresa junto al de otras tienen tanto peso que determinan el mercado de valores, de manera que es la obtención de beneficios en sí lo que determina la compra y la venta de valores. Sobre todo desde que se opera con la suma de capitales de varios fondos empresariales. Es decir no se tienen beneficios por comprar o vender determinados valores, sino que el hecho comprarlos o venderlo influye en los beneficios, es decir el beneficio se reproduce a sí mismo. Es lo que hemos llamado en la obra anterior el pluscapital. De esta manera se ha pasado de un mercado de valores a una estrategia de valores. La cuantía de los capitales invertidos prefijan el resultado y condicionan el mercado de valores

Los gestores del capital son los nuevos dueños del mercado y de las empresas. Negocian con millones de dólares y sus decisiones de compra o venta determinan los aumentos y beneficios de una empresa en el mercado financiero. Con la globalización y la informática se esté presente en cualquier Bolsa del mundo en tiempo real: "el mundo entero es un mercado en el que invertir".

La propiedad real de muchas empresas, su capital, depende de las empresas que gestionan su valor en el mercado de la Bolsa. De esta manera un capital se une a otros a través de las empresas que negocian con ellos. El empresario se ha convertido en un gestor que invierte el dinero y relaciona la economía financiera con la productiva, porque su beneficio está en otro nivel.

En las circunstancias mencionadas, al comienzo del desarrollo de la nueva economía, el economista James Tobin, asesor del presidente Kennedy y de la Reserva Federal de EE.UU, observó el funcionamiento económico en las transacciones financieras y propuso una tasación al respecto. Su teoría fue muy valorada, hasta el punto de recibir el premio Nobel el año 1981.

Tobin ideó un impuesto sobre las transacciones de divisas para amortiguar las fluctuaciones en los tipos de cambio, cuyo fondo propuso poner a disposición del Banco Mundial (BM) A cada cambio de moneda pretendió imponer una tasa, la conocida posteriormente como Tasa Tobin, de un 0´5 % del valor de la transacción. La economía financiera había entrado desde los años setenta en una etapa puramente especulativa, que se ha ido desarrollando. Dos acontecimientos económicos marcan el impulso de esta nueva etapa. En final de la convertibilidad del dólar en oro (1971) y la liberalización de movimientos de capitales en EE.UU. (1974) Ambos procesos sirvieron para evitar el estancamiento económico. Se creó desde entonces riqueza directamente en forma de dinero y sobre esta base surgió una red de negocios financieros. Para que este modelo funcione tiene que socializar una parte de esa riqueza en pro de un bienestar global.

La medida que propone Tobin tiene un gran valor teórico porque plantea un mecanismo de adaptación a la nueva economía incipiente. El problema que tuvo es que no insertó un fin específico y se ha visto como un impuesto más añadido. La diferencia con la Renta Básica, es que ésta se inserta de lleno en la estructura económica para dinamizar su funcionamiento. Es necesario activar los mecanismos del funcionamiento económico actual, para que el objetivo de este movimiento en favor de aplicar dicha tasa suceda como desarrollo global de la economía. Y ahí es adonde apunta la Teoría Alternativa que explica la Renta Básica.

Llega un momento en que el planeta entero es su propio límite. Se hace necesario un desarrollo sostenible, pasar a un crecimiento cualitativo como expresión económica del capital y desarrollar las partes más depauperadas de la economía global. Ya no crecen los mercados, sino el capital, de manera dominante. Ya no se puede redistribuir la riqueza desde los mecanismos del mercado, mediante el trabajo, pero sí el incremento del capital sobre el crecimiento de su valor. Es posible, pero además es necesario para el buen funcionamiento de la economía en su conjunto. Necesario para la economía y para la sostenibilidad, de forma que se encauce la riqueza a partir de una base que garantice la supervivencia individual con medios para vivir dignamente.

La Renta Básica define el crecimiento económico: crecimiento económico hasta que sea posible la Renta Básica. Antes de que lo sea es necesario el trabajo de los ciudadanos hasta llegar a hacer eficiente un desarrollo tecnológico óptimo. De nada servirá llenar de ordenadores una aldea africana si carece de enchufes. Éstos no funcionarán si no hay tendido eléctrico, éstos no servirán si no hay fuentes de energía. Y nada de aquello serviría si no hay una administración adecuada, etc.

El trabajo ya no es el elemento central sino uno más, lo cual sucede no sólo como realidad económica sino como realidad histórica. El dinero que se emplea para crear puestos de trabajo inútiles y caros, puede sustentar la base del derecho económico. Permite un desarrollo sostenido, que dará lugar a la consolidación de la organización económica como resultado de la evolución histórica.

La negociación financiera basada en especular funciona económicamente. Ante esto no se trata de eliminar el capital o bloquear su funcionamiento, sino democratizarlo, lo cual es la función de la Renta Básica, una medida que regula y socializa la especulación.

Otra cosa es el acto delictivo en torno a la especulación, que se hace mediante la prevaricación de representantes de instituciones públicas que, a sabiendas y debido al poder que les da su puesto público, ejercen cambios e influencias con el objeto de obtener beneficios para negocios propios o a cambio de comisiones (las mordidas) o para favorecer a una empresa familiar o de alguien cercano a él. Fenómeno muy extendido que se camufla con la especulación, y hace que ambas cosas se confundan.

La Tasa RB consiste en una modificación cuantitativa y cualitativa de la Tasa Tobin aplicada como un impuesto único o específico para financiar la RB. Una tasa que proviene del conjunto de los incrementos de los valores creados sin gastos, sino como fruto de la inversión, que funciona sin costes de producción ni con trabajo, sino como revalorización de propiedades o como mecanismos financieros que dependen del volumen de dinero que se acumula, mediante fondos de pensiones, fusión de capitales, agrupación de acciones con los que negocian las operadoras bursátiles y añaden al capital más capital. Este pluscapital es sobre el que incide la Renta Básica. Pero no como confiscación de los beneficios, pues sería matar la gallina de los huevos de oro, y dañaría el nivel de vida en general, sino mediante la tasación de una parte, como ampliación de la fiscalidad y adaptación de la misma a la nueva economía. Al igual que lo fue el producto de la tierra, luego el patrimonio y los salarios, luego el consumo.

Las políticas de distribución que no generan riqueza fracasan. Las que crean riqueza sin una mínima distribución también. Conjugar la creación de riqueza y la redistribución social es el objetivo de la Renta Básica, en la nueva economía que emerge como realidad, a partir de la tecnología y la globalización.

Es un error frecuente asociar la Renta Básica a una ampliación de la política social o de subsidios. Como sucede en el gobierno vasco, por ejemplo, que puede hacerlo porque dispone de una fiscalidad diferente al resto de las autonomías que forman el Estado español. Una cosa es un salario social como añadido a una situación de bonanza económica, un plus social, y otra es la RB que forma parte del engranaje económico, que no depende de la bonanza. Alargar las ayudas sociales, los subsidios y subvenciones acaba en déficit y se convierte en una carga que antes o después se acaba por eliminar. Un ejemplo claro es la política social en Alemania durante siete años, que en el 2003 se tienen que dar por finalizadas, entrando este país n una crisis económica y social que no encuentra salida alguna. Su reacción ha sido reducir sus aportaciones a los fondos de cohesión, lo cual traslada una parte de su crisis a otros países.

Si la Renta Básica es un nuevo aspecto de la economía, para adaptarse a los cambios que ésta ha experimentado, su financiación ha de ser nueva y claramente diferenciada del resto del gasto público. De ahí proponer que no sea competencia del Estado, sino de la autoridad monetaria. Obviamente el que pueda desarrollarse dependerá del gobierno que impulse tal medida, con los mecanismos jurídicos para ponerla en marcha.

La razón de adaptación a la nueva economía es obvia. Tras la alianza, a modo de ejemplo, de Teléfónica con el BBVA el valor del mercado del conjunto de sus sociedades superó en 7 billones de las antiguas pesetas al Presupuesto General del Estado, de aquel año. Por eso una medida como la RB no puede ser una carga para el Estado, porque no es un gasto social, sino una medida económica, en una economía rica.

Este análisis que hacemos es esencial para el debate técnico sobre la Renta Básica. Su aplicación debe tener en cuenta el contexto en el que se desarrolle y una financiación adecuada. Me preocupa que desde estudios académicos se hagan exclusivamente análisis sobre el IRPF, porque no basta con que salgan las cuentas.

La RB se aplica a partir de garantizar los servicios públicos, o sea es una evolución de la sociedad del bienestar, no una sustitución. Puede darse el caso de que desde una postura neoliberal se ofrezca la RB eliminando los servicios públicos de sanidad, enseñanza, seguridad. La derecha política puede ofrecer la RB y que cada cual se busque la vida como pueda. De esta manera justificaría su empeño en privatizar todos los servicios. De ahí que el contexto político para su consecución sea, como mínimo, desde la socialdemocracia, al menos en teoría, junto a otras fuerzas políticas que lo impulsen tomando como base los servicios públicos garantizados de manera universal, para toda persona, sea o no ciudadano de
un determinado país.

Plantear la financiación de la RB desde el modelo fiscal con reformas del IRPF, como plantean economistas y profesores de economía [1] como Rafael Pinilla, Luis Sanzo, Marta Mercader, Jordi Alcarons, o, igual pero en otro sentido, José Iglesias [2], es un error que se debe a la falta de incorporar la Renta Básica en la teoría de la ciencia económica. Lo que hacen es coger una idea, hacer cálculos numéricos sobre ella y ver que puede salir porque cuadran las cuentas. Planteamiento necesario, pero no suficiente. Se insiste en este camino sin debatir a fondo cómo no es viable pues las causas y las consecuencias de una reforma del IRPF no se relacionan con lo que significa la Renta Básica desde el análisis de la teoría de economía política. En economía, por raro que pueda parecer, 2 + 2 no suelen ser cuatro. El resultado depende de cómo se invierta, de circunstancias externas, de comportamientos sociales al uso. Es una simpleza plantear, como lo hace Daniel Raventós [3], profesor de Teoría Social de la Universidad de Barcelona, que basta con que el 20% de los contribuyentes aumenten su aportación para favorecer al 30% más desfavorecido. De esta manera plantea eliminar la pobreza. Debería hacernos pensar que se ha incrementado un 300% las ayudas directas al Tercer Mundo, también las inversiones en Ayudas al desarrollo y la intervención de ONGs en la última década. El informe de la ONU de Enero de 2003 reconoce que a pesar de todo este esfuerzo la pobreza ha aumentado en el mundo. Se puede suponer que algo falla. Unos dirán que el sistema, otros que el vil capitalismo, pero es preciso hacer que lo que se da a los países más pobres se convierta en riqueza mediante una estructura económica. Como cuenta Ryszard Kapuscinski [4] la pobreza en África es debida a la lejanía de un mercado, de los caminos y la falta de camiones. Hace falta comercio, infraestructura y medios, como mínimo para que empiece a funcionar la economía. Esto es lo que permite, a nivel global, la Renta Básica mediante la tasa RB.

La Renta Básica exige un sistema propio de financiación. Deberá responder a una tasa sobre la revalorización económica, pero extendida a todos los ámbitos, pues no sólo sucede en las transacciones monetarias, sino en la revalorización del terreno, de un piso, de la imagen publicitaria, etc.

La Tasa Tobin en sí misma queda fuera del mecanismo económico, por ser parcial y aplicada como un mecanismo regulador de las transacciones monetarias. Su uso se convierte posteriormente en una donación solidaria. Por lo tanto carece de estructura económica. La Tasa RB sí forma parte del desarrollo económico. No se queda en la regulación de los mercados de transacciones financieras, sino en todo el sistema de revalorización que sucede de manera general en la estructura económica, ya que forma parte de ella, y tiene un objetivo económico, el cual permite el desarrollo sostenible desde el punto de vista económico, medioambiental y político.

* Autor del libro: Los fundamentos de la Renta Básica y la perestroika del capitalismo

Notas Criticas


[1] IV Simposium RB, Barcelona, 17 - IX - 04
[2] II Encuentro Internacional de RB, Barcelona, 18 - IX - 2004
[3] El Correo, 3 - XII - 04
[4] Ébano. Edt. Anagrama, Barcelona – 2000

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