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Ceranda

«Es lamentable el silencio de los medios de comunicación ante la propuesta de Zapatero en la ONU para una Alianza entre las civilizaciones occidental y arabo-musulmana»

Escrito por Mate Guerra
P. Digital -12/01/05

Entrevista a Francisco Carrillo

«La unidad de una especie humana debería ser una referencia inamovible»

«Hay que educar y formar ciudadanos, pero que sean al mismo tiempo ciudadanos del mundo»
«Sería ingenuo pensar que la modernidad se implantará desde fuera como una fábrica llave en mano»

BIOGRAFIA

Francisco Javier Carrillo Montesino, Málaga, 1944, Casado, dos hijos Estudios: Master en Sociología; Licenciado en Derecho; Licenciado en Ciencias Políticas (Sociología) y Licenciado en Letras. Escritor, poeta y ex-alto funcionario de la Unesco y de la ONU. Ex-Representante/Embajador de la Unesco en Túnez y en Libia; ex-Consejero regional en la región árabe; ex-Observador permanente ante el Instituto Árabe de Derechos Humanos; ex-Representante ante la Organización de la Liga Árabe para la Educación, la Ciencia y la Cultura; ex-Representante de la UNESCO ante el Presidente Arafat (época de la OLP en Túnez); ex-Coordinador Residente de la ONU en Túnez.

Libros publicados. "Nueva estrategia en Oriente Medio" (con prólogo de Maxime Rodinson),Barcelona, 1967. "Reflexiones literarias sobre arte" (Málaga, 1968). "Jácaras de pasión de un V Centenario" (prólogo de Jorge Amado), Málaga, 1992. "Búcaro de plata" (prólogo de Carlos Barral), Málaga 1992. "Jardín de Dar Almutamid" (en castellano, árabe y francés, con prólogo de María Teresa de Borbón Parma), Túnez, 2000. "Diálogo de culturas y desconocimiento del ’Otro’" (en castellano, árabe y francés", discurso de toma de posesión como académico de número en la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo.
-Colaborador con artículos de opinión en España (SUR y EL PERIODICO DE CATALUÑA. Ha escrito en EL PAÍS, así como en el mensual HABITANIA y en la revista de la Fundación Intervida, HABITANIA) En el pasado, fue colaborador de "Cuadernos para el Diálogo", "Signo", "Mundo Social", "El Correo de Andalucía", "La voz de Asturias", "Ruedo Ibérico" etc.. Y fuera de España: REALITÉS (Túnez), JEUNE AFRIQUE (París), en la revista ASTROLABE, y "El Correo de la Unesco".

-Premio de Poesía "Litoral" 1967. Premio de Periodismo "Francisco de la Torre Acosta", 1969. Miembro del Consejo del Instituto Europeo del Mediterráneo. Miembro del Consejo Mediterráneo de Cultura. Miembro del Consejo Asesor de la Fundación INTERVIDA. Académico correspondiente de la Academia Europea de Ciencias, Artes y Letras.

-Orden de Alfonso X El Sabio (Encomienda con Placa), España. -Orden de la República de Túnez (Comendador), Túnez. -Orden de la Artes y de las Letras (Oficial), Francia. -Orden de las Palmas Académicas (Oficial), Francia.

Francisco Carrillo ha sido nombrado miembro del Consejo Asesor del Instituto Europeo del Mediterráneo el pasado mes de diciembre. Diplomático de los pies a la cabeza, Carrillo aboga por el conocimiento reciproco de las culturas que rodean el Mediterráneo como requisito imprescindible para un mejor “estado de cosas”.

Políticas mediterráneas, migraciones, Culturas e identidades son nada menos que los tres pilares que sustentan la base de las discusiones al interior de este foro que pretende promover la cooperación entre los países mediterráneos, sin olvidar el arte, la ciencia y la cultura. 2005 es el Año del Mediterráneo. Pero ¿es posible lograr una bienestar mas o menos equilibrado en una zona tan llena de desiguales? Para responder a esta y otras cuestiones Francisco Carrillo conversó con P.D

¿Qué significado le atribuye a su nombramiento como miembro del Consejo del Instituto?

El hecho de haber sido nombrado para formar parte del Consejo del Instituto Europeo del Mediterráneo significa simplemente poner mi experiencia acumulada en numerosos años (entre ellos, 12 en el mundo árabe) al servicio de la cooperación internacional y de la diplomacia preventiva. El IEM creo es el instrumento de conocimiento mutuo, dialogo y cooperación más dinámico y activo que existe en España. No deja de ser un honor y gran satisfacción de estar en ese consejo con personas tan clarividentes y comprometidas con la paz, como son Amin Maaluf, Federico Mayor Zaragoza, Mohamed Charfi (el autor de "Islam y Libertad"), etc. Sigo partiendo de la base que hay un enorme incluso total desconocimiento e ignorancia cultural entre las dos orillas del Mediterráneo. No nos conocemos. Y para dialogar es preciso conocerse un poquito y crear bases de confianza mutua. Y el "no conocernos" es aplicable a otras culturas. Me atrevería a decir que es aplicable en el interior de España al desconocimiento casi radical, desde la castellaneidad, de la cultura catalana o de las fuertes tradiciones culturales en Euskadi. Si invertimos el mapa, algo semejante ocurre con las tradiciones culturales de Andalucía, que fue tierra de inmigración que demostró lo que es trabajar duro, muy duro, para sacar adelante las vendimias francesas o las fabricas de automóviles. Y todavía continúan residuos de aquel estereotipo de los andaluces que no les gusta trabajar... Si. Nos movemos en redes de estereotipos que es preciso desmontar a través del conocimiento y de mutuo respeto. Esta gran lección la he ido aprendiendo, sobre todo, a través de mis vivencias y convivencias en el mundo árabe, ya a finales de los años 60. No es fácil que las gentes se convenzan que la unidad de una especie humana debería ser una referencia inamovible y que su traducción en culturas diversas responde precisamente a la libertad de opciones que se derivan de esa unidad de la especie. Ni jerarquía biológica, ni jerarquía cultural. Pero no todos piensan así....

¿Cuáles cree que son los principales desafíos de esta instancia?...

Los desafíos, todos por delante. Abrir todas las vías posible (de ida y vuelta) para conocernos y para ayudarnos mutuamente. Cooperar para vivir un poquito mejor. ¿Por qué la emigración? ¿Por qué el Mediterráneo nunca fue un mar de paz y debería llegar a serlo? ¿Por qué tanto fanatismo? Me inquieta el neoracismo contemporáneo y el consiguiente rechazo del "Otro", rechazo que se encubre en peligrosas generalización es tales como todo el islam es terrorismo; todo árabe o musulmán, es un terrorista, etc. Pero no hay que sorprenderse demasiado. No hace muchos años, ese racismo cuyo hilo conductor proviene de la época de los Reyes Católicos y de la Reconquista, hacia estragos en plana guerra civil y en la post guerra con estereotipos tan elocuentes como "el moro traicionero", el "moro que esconde el cuchillo bajo la djillaba", "el moro y- la ausencia de higiene" (a este respecto, la cultura arabo-musulmana es una de las mas higiénicas del mundo)....

El silencio de los medios

Usted habla que en el Mediterráneo "no nos conocemos". Es un tema que se arrastra históricamente y tal como están las cosas ¿no cree que hay falta de compromiso de los Estados involucrados en romper esas barreras?

Lo que creo ha habido es un gran retraso para tomar conciencia de las consecuencias graves de este desconocimiento. El problema viene de lejos, cuando unas culturas se consideraron superiores a otras culturas. Cuando la civilización occidental se creyó hegemónica y excluyente, así como la única portadora de valores universales, incluyendo los religiosos y las creencias. Se llegó a establecer una jerarquía de culturas, incluso se llegó a defender una jerarquía biológica (los indios, Americanos y los negros de África no tienen “alma”, como ejemplo desgarrador). El problema se agrava en todos los procesos de colonización. Los efectos aún los sentimos en nuestros días.

¿Cuál debe ser el grado de compromiso del Estado español en este tema?

A este respecto, el compromiso de los Estados y de los intelectuales es insoslayable. El intelectual –como recientemente afirmó Jorge Semprún en Túnez, debe actuar con total independencia, incluso si es miembro de un partido político. A los Estados corresponde estar a la escucha de la voz de los intelectuales para abordar este tema tan fundamental como es el desconocimiento del “otro”. Los sistemas educativos tienen una responsabilidad particular. Es urgente proceder a nuevas revisiones de los manuales escolares, sobre todo, los de historia y de las ciencias sociales y humanas en general. Sería preciso generalizar el método comparativo: historia comparada, historia comparada de las ciencias, literatura comparada, estudios comparados del hecho religioso, etc., tanto de un lado como del otro. Hay que educar y formar ciudadanos, pero que sean al mismo tiempo ciudadanos del mundo. La tarea es ardua para liquidar todos los estereotipos que se presentan como grandes obstáculos para que los pueblos del mundo lleguen a remar juntos.

¿Cómo el Consejo del Instituto Europeo del Mediterráneo puede acercarse más a los ciudadanos que a veces parecen tan alejados de estas instancias?

Los programas del IEMed tienen como objetivos acercar a pueblos y culturas a través del conocimiento y de los intercambios. La reflexión, los estudios y la acción son los instrumentos básicos de navegación a través de la cuenca mediterránea, que históricamente y hasta los tiempos actuales fue no sólo una encrucijada de civilizaciones y de culturas, sino también un espacio de guerras y de confrontaciones. El trabajo es de gran envergadura. Podría decirse que el IEMed es como una aguja en un pajar. Se buscan sinergias y efectos multiplicadores a través de otras instituciones, organismos y ONG de todos los países mediterráneos. Me parece irremplazable, como digo más arriba, el papel de los sistemas educativos de esos países. El IEMed puede incrementar su función de concientización y difundir sus experiencias y actividades conjuntas con los países en los que opera y con los que coopera. Me consta desde hace muchos años que el Sr. Pasqual Maragall, Presidente del IEMed, al tiempo que President de la Generalitat, conoce bien los datos de la problemática mediterránea y que dará un impulso real y operativo para ir encontrando soluciones a través de la cooperación, el acercamiento y el diálogo. Lo mismo podría decir del Vicepresidente del IEMed, el Ministro Miguel Angel Moratinos, buen conocedor de la zona. Son personas adecuadas para que los problemas se traten de resolver con un nuevo estilo y una renovada sensibilidad en términos de justicia y de solidaridad. ¿Cómo llegar, si no, a encontrar una solución a la pobreza irritante y sus efectos de desesperanza, de rechazo y de intolerancia que inundan aún amplias zonas del Mediterráneo? ¿Cómo sería posible contribuir a la solución adecuada de la problemática del pueblo palestino, sin la justicia y sin la solidaridad como fundamentos?

La precariedad social, mientras sea tan profunda y diferente entre unos y otros ¿es el mayor impedimento para lograr un bienestar más general en la región mediterránea?

Me remito a lo hasta aquí dicho. Efectivamente, el conocimiento o es mutuo o sólo se queda en especulaciones mentales. No hay que olvidar que la situación actual es consecuencia directa
de las colonizaciones y del subdesarrollo. Baste con echar un vistazo a los indicadores sociales (educación, salud, mortalidad infantil, esperanza de vida, pobreza, distribución de la renta, etc.). En cierta medida, el actual “estilo” de la globalización (económica, financiera, cultural, desequilibrio de los flujos de información y de comunicación...), está agravando, a nivel de la ciudadanía, la situación global e incrementando las distancias. El subdesarrollo requiere inversiones para su superación endógena. Sería ingenuo pensar que la modernidad se implantará desde fuera como una fábrica llave en mano. (El caso actual de Irak es muy aleccionador). En este proceso, cuyos resultados no son a corto plazo aunque pueden acelerarse, no bastan solamente inversores. Se requiere una movilización de las sociedades civiles, a través de los muchos instrumentos de que disponen, para “entrar en contacto” a partir de sus diversos niveles de desarrollo. Con respeto mutuo. Con conciencia de la alteridad en fecundación mutua. Me atrevería a decir, con “talante democrático” y sin modelos políticos preconcebidos. Sin olvidar que Internet, uno de los ejes de la sociedad global de la comunicación y de la información, hace la guerra por su cuenta –valga la expresión coloquial-, y a veces va mucho más veloz que la cooperación entre Estados o que el diálogo intercultural entre sociedades civiles.

¿No parece un poco utópico hablar de conocernos un poquito más cuando la desigualdad entre los ciudadanos del Mediterráneo es tan profunda?

Me remito al discurso pronunciado por el Presidente del Gobierno español ante la Asamblea General de la ONU. En este discurso se desvela todo un “plan de acción” de cooperación con el llamado Tercer Mundo basado en la justicia, en la solidaridad y en el respeto del derecho internacional. (La retirada de las tropas españolas de Irak, porque así lo deseaba la mayoría de los integrante de la sociedad civil en el Estado Español, es un importante botón de muestra).El Presidente Zapatero planteó en la ONU la necesidad de una “Alianza de la civilización occidental con la civilización arabo-musulmana”, en lo político, en lo económico y en lo cultural. Y pidió que la ONU actuara en esa perspectiva, lo que no quiere decir, -es de suponer-, que el Gobierno español se cruzará los brazos en la espera de la acción de la ONU.

¿Cuáles son los hechos concretos?

Me consta que el tema ya fue debatido en la Cumbre de Estados Iberoamericanos, que se trató con la Liga de los Estados Árabes, y que cada país está recibiendo la propuesta hecha en la ONU para pasar a la subsiguiente acción conjunta. Creo que esta propuesta es una de las más importantes que se han sometido a la ONU desde hace muchos años. Creo que así queda respondida su pregunta. Hablo como ciudadano de a pié. El Gobierno español tendría muchas cosas que decir al respecto. Por mi parte, creo fue y es verdaderamente lamentable que la inmensa mayoría de los medios de comunicación guardaron un silencio inquietante –como está ocurriendo con las nuevas bases de la cooperación de ida y vuelta con Marruecos y con los programas y prioridades con este país vecino, así como con la reciprocidad marroquí. Por no hablar de los otros países del Magreb, como Túnez y Argelia en particular. He citado estos ejemplos para no salirme de la cuenca del Mediterráneo."

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